4 dic 2008

BOLETÍN INFOEKUMENE DIFUSIÓN. SUBSIDIA. Nº. 4 - 5-12-08

ECUMENISMO

MATERIALES PARA LA SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS Y PARA EL RESTO DEL AÑO 2009

Estarán unidas en tu mano (Ez 37, 17)

Preparados conjuntamente por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos del Vaticano y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias

Traducción preparada por la Comisión para las relaciones interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española –CERI–

A todos aquellos que organizan la Oración por la unidad de los cristianos

Buscar la unidad durante todo el año

Tradicionalmente, la Semana de oración por la unidad de los cristianos se celebra del 18 al 25 de enero. Estas fechas fueron propuestas en 1908 por Paul Watson para cubrir el periodo entre la fiesta de san Pedro y la de san Pablo. Esta elección tiene un significado simbólico. En el hemisferio Sur, donde el mes de enero es tiempo de vacaciones de verano, se prefiere adoptar igualmente en otra fecha, por ejemplo en torno a Pentecostés (sugerido por el movimiento Fe y Constitución en 1926) que representa también otra fecha simbólica para la unidad de la Iglesia.
Guardando esta flexibilidad de espíritu, os animamos a considerar estos textos como una invitación para encontrar otras ocasiones, a lo largo del año, y expresar el grado de comunión que las Iglesias ya han alcanzado, y orar juntas para llegar a la plena unidad querida por Cristo.


Adaptar los textos
Estos textos que han sido propuestos, cada vez que sea posible, se procurará adaptarles a las realidades de los diferentes lugares y países. Al hacerlo, se deberá tener en cuenta las prácticas litúrgicas y devocionales locales así como el contexto social-cultural. Tal adaptación deberá comportar normalmente una colaboración ecuménica.
En muchos países, las estructuras ecuménicas existen y permiten este género de colaboración. Esperamos que la necesidad de adaptar la «Oración» a la realidad local pueda animar la creación de esas mismas estructuras allí donde éstas no existen todavía.
Utilizar los textos de la Oración por la unidad de los cristianos
Para las Iglesias y las Comunidades cristianas que celebran juntas la «Oración» durante una sola ceremonia, este folleto propone un modelo de Celebración ecuménica de la Palabra de Dios.
Las Iglesias y las Comunidades cristianas pueden igualmente servirse para sus celebraciones de las oraciones y de otros textos de la Celebración ecuménica de la Palabra de Dios, de los textos propuestos por el Octavario y de las oraciones presentes en el apéndice de este folleto.
Las Iglesias y Comunidades cristianas que celebran la «Oración por la unidad de los cristianos» cada día de la semana, pueden encontrar sugerencias en los textos propuestos para el Octavario.
Las personas que desean realizar estudios bíblicos sobre el tema del año 2009, pueden servir de apoyo igualmente los textos y las reflexiones bíblicas propuestas para el Octavario. Los comentarios de cada día pueden concluir con una oración de intercesión.
Para las personas que desean orar en privado, los textos de este folleto pueden animar sus oraciones y su llamada a la comunión con todos aquellos que oran en todo el mundo por una mayor unidad visible de la Iglesia de Cristo.

Texto bíblico
El Señor me dirigió la palabra:
En cuanto a ti, hijo de hombre, toma una vara y escribe en ella: “Judá y los israelitas asociados a él”. Toma otra vara y escribe en ella: “José, vara de Efraín, y todos los israelitas asociados a él”. Júntalas después de modo que, cuando las agarres, parezcan una sola vara. Y, cuando tus compatriotas te digan: “¿No nos vas a decir qué es eso que tienes ahí?”, les responderás: “Esto dice el Señor Dios: Voy a tomar la vara de José, que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel asociadas a él, y pondré encima de ellas la vara de Judá: así los convertiré en una sola vara; serán una sola cosa en mi mano”. Sujetarás con la mano las varas en las que has escrito, de modo que las vean, y les dirás: Esto dice el Señor Dios: Voy a recoger a los israelitas de entre las naciones por las que han vagado, los reuniré de los países limítrofes y los traeré a su tierra. Los convertiré en una nación en el país, en los montes de Israel, y seré para todos un rey único; no volverán a ser dos naciones ni se escindirán de nuevo en dos reinos. No volverán a contaminarse con sus ídolos, sus imágenes y sus crímenes; los pondré a salvo de las infidelidades que cometieron y los purificaré. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. Mi siervo David será su rey: será un único pastor para todos ellos; se conducirán según mis leyes y respetarán y cumplirán mis normas. Se instalarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, donde estuvieron instalados vuestros antepasados; en ella vivirán siempre ellos, sus hijos y sus nietos, y mi siervo David será su príncipe para siempre. Haré con ellos una alianza de paz, que será para ellos una alianza eterna, y haré que se multipliquen. Pondré mi santuario en medio de ellos para siempre; mi morada estará junto a ellos. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Las naciones reconocerán que yo soy el Señor, que santifico a Israel, cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre.
(BTI, Biblia Traducción Interconfesional).

Introducción al tema del Octavario 2009
El tema bíblico
Los textos para la Semana de oración por la unidad de los cristianos 2009 provienen de la experiencia de las Iglesias en Corea. Frente a la división de su país, las Iglesias han buscado la inspiración en el profeta Ezequiel, quien también vivió en un país trágicamente dividido y que deseaba la unidad para su pueblo.
Ezequiel, profeta y sacerdote, fue llamado por Dios a los 30 años de edad. Su actividad que abarcaba el período que iba de 594 a 571 antes de Cristo, fue ampliamente influido por las reformas políticas y religiosas que emprendió el rey Josías en 621 antes de Cristo. Lanzándose a reformas referidas al restablecimiento de la ley y del culto verdadero del Dios de Israel, el rey Josías pensaba eliminar la herencia nefasta dejada por la conquista precedente de Judá por los asirios. Sin embargo, después de la muerte de Josías durante una batalla, su hijo el rey Joaquín rinde homenaje a Egipto y el culto de numerosos dioses se difundió. Los profetas que se atrevían a criticar a Joaquín fueron suprimidos brutalmente: Ouriya fue ejecutado y Jeremías desterrado. Después de la invasión babilónica y la destrucción del templo en 587 antes de Cristo, los responsables políticos y los artesanos del país -entre ellos se encontraba el joven Ezequiel- fueron capturados y deportados en Babilonia. Allí, Ezequiel, como Jeremías, crítica a los "profetas" que suscitaban esperanzas poco realistas y este hecho endureció la hostilidad y el desprecio de sus hermanos israelitas en el exilio.
A pesar de tales sufrimientos, el amor de Ezequiel a su pueblo aumentó. Criticaba a los jefes que actuaban contra los mandatos de Dios y procuró devolver a su pueblo a Dios, poniendo de relieve que sigue fiel a la alianza que concluyó con su pueblo del que es solidario. Pero sobre todo, en esta situación aparentemente sin salida, Ezequiel no desesperaba y por el contrario proclamaba un mensaje de esperanza: la renovación y la unidad del pueblo de Dios, que por encima de todo finalmente podría ser realizada. Dos visiones animaron a Ezequiel en sus esfuerzos, la primera bien conocida era la del valle donde los huesos secos, por la acción del Espíritu de Dios, vuelven a la vida (Ez 37,1-14).
Los textos de la Semana de oración de este año tienen como tema la segunda visión de Ezequiel, donde dos trozos de madera simbolizan los dos reinos en que Israel fue dividido. Los nombres de las tribus de cada uno de los reinos (dos de las doce tribus en el Norte y diez en el Sur) son inscritos sobre estos trozos de madera que luego son unidos para formar uno sólo (Ez 37, 15-23).
Para Ezequiel, la división de su pueblo era el reflejo y la consecuencia del pecado y del alejamiento de Dios. Formar de nuevo un solo pueblo era posible a condición de renunciar al pecado, de convertirse y de volver hacia Dios. Pero en definitiva, es Dios quien une a su pueblo purificándole, renovándole y librándole de sus divisiones. Para Ezequiel esta unidad no es una reunificación simple de grupos antes separados; se trata más bien de una creación nueva, del nacimiento de un pueblo nuevo que deberá ser un signo de esperanza para otros pueblos y para toda la humanidad.
Encontramos el tema de la esperanza en otro texto querido por las Iglesias de Corea. El Apocalipsis (21,3-4) menciona la purificación del pueblo de Dios que es llamado a encarnar la paz verdadera, la reconciliación y la unidad que está allí dónde está Dios: "habitará con ellos. Ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos. Enjugará las lágrimas de sus ojos y no habrá ya muerte, ni luto, ni llanto ni dolor..."
Estos son los temas bíblicos -la unidad como voluntad de Dios para su pueblo, la unidad como don de Dios necesitado de la conversión y la renovación, la unidad como la creación nueva, y la esperanza para que el pueblo de Dios pueda ser finalmente uno- que han inspirado a las Iglesias de Corea en la preparación de este folleto para la Semana de oración 2009.

El tema teológico

Los cristianos del mundo entero rezarán por la unidad en 2009 "con el fin de que estén unidos en tu mano" (cf. Ez 37,17). Ezequiel -cuyo nombre significa "Dios lo hace fuerte"- fue llamado a devolver la esperanza a su pueblo en la situación política y religiosa desesperada que siguió a la caída y la ocupación de Israel y al exilio de una gran parte de su pueblo.
Los miembros del grupo local de Corea han encontrado que el texto de Ezequiel presentaba similitudes sorprendentes con la situación que conocen en su país dividido y la de los cristianos desunidos. Las palabras de Ezequiel les dan la esperanza de que Dios reunirá de nuevo su pueblo para hacerlo uno sólo, al que pertenecerán y que les bendecirá para hacerles un pueblo poderoso. Una nueva y gran esperanza nació: Dios creará un mundo nuevo. Como en el texto de Ezequiel donde el pecado es considerado bajo sus formas más diversas, el pueblo se mancha a través de los ídolos y la trasgresión, así ocurre con el pecado de la división de los cristianos, que es causa de escándalo en el mundo de hoy.
Leyendo este texto del Antiguo Testamento, los cristianos pueden reflexionar sobre la manera en la que puede aplicarse nuestra situación de división. En particular, comprendemos que Dios solo puede restablecer la unidad, reconciliar a los hombres y originar una situación nueva. Israel unido, perdonado y purificado viene a ser un símbolo de esperanza para el mundo entero.
Como hemos subrayado más arriba, la segunda profecía sobre los dos trozos de madera unidos para formar uno sólo se encuentra en Ezequiel 37. La primera, que probablemente es más familiar a las Iglesias, es la de los huesos secos que vuelven a la vida por la acción del Espíritu de Dios. En una y otra, Dios es el que da la vida, el que es la fuente de un nuevo comienzo. En la primera profecía, el Espíritu de Dios es el espíritu de vida. En la segunda, es Dios mismo quien aporta la unidad, la reconciliación y la paz en una nación dividida. En otros términos, es la unión de las dos partes divididas la que da la vida nueva.
Los cristianos pueden ver el anticipo de la vida nueva que Cristo nos ofrece y a la que accedemos por la victoria sobre la muerte conforme a la voluntad de salvación de Dios. A través de ambos trozos de madera que forman su cruz, Jesús nos reconcilia con Dios; la humanidad es también llena de una esperanza nueva. A pesar de nuestros pecados, a pesar de la violencia y las guerras, a pesar de la disparidad entre ricos y pobres, a pesar de nuestra falta de respeto hacia la creación, a pesar de la enfermedad y los sufrimientos, a pesar de las discriminaciones y a pesar de nuestra desunión y nuestras divisiones, Jesucristo -con los brazos abiertos sobre la cruz- abraza a toda la creación y nos da el shalom de Dios. En sus manos, somos uno y somos atraídos hacia el mismo que está en la cruz.
Tomando como punto de partida la situación del país dividido pero que quiere superar las fracturas en las que sufre no sólo en el plano político sino también a nivel de las Iglesias cristianas desunidas, las Iglesias coreanas proponen el tema que sigue para la Semana de oración 2009: "estarán unidas en tu mano". Perciben que una nueva esperanza ha nacido de esta reflexión sobre la acción de Dios que reconcilia y trae el shalom al pueblo de Dios.

El octavario
A partir del texto central de Ezequiel, nuestra reflexión a lo largo del "octavario" de la Semana de oración por la unidad de los cristianos nos hace tomar conciencia de que la unidad de la Iglesia también contribuye a la renovación de toda la comunidad humana. Esto entraña para nosotros una responsabilidad importante: todos los que confiesan a Cristo como Señor deben esforzarse por cumplir su oración "para que ellos sean uno... y el mundo crea que tú me has enviado" (Jn 17, 21).
Por eso el Octavario comienza con una reflexión sobre la unidad de los cristianos. Frente a nuestras divisiones doctrinales y frente a nuestro pasado escandaloso hecho de divisiones -y a veces de odio- entre cristianos, rezamos para que Dios, que hace venir el Espíritu de vida a huesos secos y que modela entre sus manos nuestra unidad en la diversidad, haga soplar un viento de vida y de reconciliación sobre la aridez de nuestros corazones y sobre nuestras divisiones actuales. En este primer día y durante todo el Octavario, somos invitados a rezar por las situaciones del mundo donde la reconciliación es necesaria, y estar atento en particular al papel que la unidad de los cristianos puede jugar en su favor.
En el segundo día, las Iglesias oran para que la paz triunfe sobre las guerras y la violencia, para que, como discípulos del Príncipe de la Paz, los cristianos puedan aportar, a pesar de los conflictos, esta reconciliación que está arraigada en la esperanza. El tercer día nos ofrece una meditación sobre la fuerte disparidad entre ricos y pobres. Nuestra relación con el dinero, nuestra actitud hacia los pobres son un lugar de comprobación de nuestra vida de discípulos seguidores de Cristo, que vino para liberarnos y anunciarnos la buena noticia a los pobres, la libertad a los esclavos y la justicia para todos ellos.
La intención del cuarto día es rezar con el fin de que los cristianos comprendamos que juntos podemos proteger las maravillas de la creación que Dios nos confió, el aire que respiramos, la tierra que nos ofrece sus frutos y la creación que glorifica a su autor.
En el quinto día rezamos para que cesen los prejuicios y las discriminaciones en nuestras sociedades de hoy. Reconociendo que nuestra dignidad nos viene de Dios, nuestra unidad como cristianos testimonia la unidad del que, por su amor, hace de cada uno de nosotros un ser único. Somos llamados a edificar un reino de justicia y de amor, en el que las diferencias son respetadas porque somos uno en Cristo.
En el sexto día nos acordaremos en la oración de los que sufren y de todos los que les asisten. Los Salmos nos ayudan a comprender que los gritos de sufrimiento o de dolor que lanzamos hacia Dios pueden ser la expresión de un lazo profundo y fiel con él. La compasión de los cristianos frente a la desesperación de los que sufren es un signo del Reino. Unidas, las Iglesias cristianas pueden hacer cambiar las cosas tratando de obtener para los enfermos la ayuda material y espiritual que necesitan.
El séptimo día trata de los cristianos frente al pluralismo y rezando por su unidad en Dios. Sin esta unidad, nos será difícil construir un reino de paz con todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Con las intenciones de la oración para el día octavo, volvemos a nuestro punto de partida porque rezamos con el fin de que las bienaventuranzas aporten su espíritu a este mundo. Los cristianos llevan en ellos la esperanza que todo se renueva según el orden nuevo que Cristo estableció. Así es como pueden ser portadores de esperanza y artesanos de la reconciliación frente a las guerras, la pobreza, las discriminaciones y todas las demás situaciones donde seres humanos sufren y donde gime la creación.

Preparación de los textos para la Semana de oración por la unidad de los cristianos 2009
Origen de los textos

El proyecto de base ha sido preparado por un grupo de representantes de la Conferencia de los Obispos Católicos de Corea (CBCK) y del Consejo Nacional de las Iglesias en Corea (NCCK) compuesto por las personas siguientes: Rev. Dr. Chai Soo-il, profesor en la Han Shin University (PROK/NCCK); Rev. Dr. Kim Woong-Tae, presidente de Dong-Sung High School (CBCK); Rev. Dr. Shim Kwang-Sup, profesor del Seminario teológico metodista, KMC (NCCK); Sra. Jung Hae-Sun, secretaria general del NCCK; Rev. Padre Kang Diego, misionero de la Consolata en Corea (CBCK); Sra Han Mi-Sook, miembro del Movimiento de los Focolares de Corea (CBCK). Agradecemos muy sinceramente la seriedad y el empeño con que han cumplido su tarea.

El encuentro preparatorio internacional en Marsella (Francia)
Desde hace algunos años, uno de los miembros del grupo preparatorio internacional de la Semana de oración propuso organizar una reunión en Marsella. En efecto, un movimiento social muy interesante nació en esta ciudad: jefes religiosos de diversas confesiones, religiones y culturas se reagruparon alrededor del alcalde con el fin de asegurar la comunicación entre los grupos religiosos, mejorar sus relaciones mutuas y prevenir toda polarización entre partes diversas de la población de esta ciudad.
Esta organización se llama Esperanza Marsella. Conjuntamente, sus miembros superaron ciertos hechos a nivel local e internacional (profanación de tumbas, ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, etc.) que manifestaban la intolerancia religiosa y el odio y consideraban que su empeño común en favor de la tolerancia contribuyó a evitar ciertos disturbios de carácter interreligioso o intercultural que marcaron otras ciudades europeas. Independientes de todo partido político, observan un silencio total durante los períodos electorales. (La laicidad es un principio fundamental de la vida pública francesa). Su preocupación principal es la conservación de la paz en la ciudad, dejando voluntariamente a otros grupos ocuparse del diálogo teológico.
El grupo preparatorio internacional que comprendía a miembros protestantes, ortodoxos y católicos, así como dos miembros del grupo coreano que habían trabajado en el proyecto inicial (y sus dos consejeros) se reunió del 24 al 29 de septiembre 2007, en el Centro Nuestra Señora de Roucas, confiado al Camino Nuevo, una acogedora comunidad católica con vocación ecuménica: esta casa soleada que domina el mar está situada no lejos de la Basílica Nuestra Señora de la Guardia. El trabajo de adaptación de todo el texto, redactado en coreano, luego traducido al inglés y revisado para su difusión internacional, se celebró en una atmósfera alegre y confiada, fruto de un respeto mutuo entre todos los miembros del grupo. Al final del encuentro, los representantes del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos agradecieron sinceramente a Tom Best y Carolyn McComish antes de su próxima jubilación sus numerosos años de colaboración en el seno del grupo preparatorio internacional.
Durante esta semana, el grupo ha sido recibido por los miembros de Esperanza Marsella (ME) que le presentaron sus actividades, visitando lugares diversos particularmente significativos de Marsella para ME, entre otros la iglesia de la Abadía Saint-Victor y la mezquita de la ciudad. Agradecemos a Esperanza Marsella la acogida y la hospitalidad que nos han ofrecido, todas las informaciones detalladas sobre sus actividades así como el interés mostrado con respecto al trabajo del grupo preparatorio internacional. El grupo internacional ora con el fin de que la obra de Esperanza Marsella continúe no sólo garantizando la paz en la ciudad sino también siendo un enriquecimiento en la vida de los habitantes de Marsella, por el ejemplo de tolerancia religiosa que ofrece a todos.

Situación ecuménica en Corea [1]
1. El pueblo coreano: una nación unida durante 5000 años
Para comprender la actual situación ecuménica de Corea, es necesario conocer la historia muy particular de la nación y del pueblo coreanos.
Desde una óptica racial, Corea, fundada en 2333 antes de Cristo por Dankun, fue durante 5000 años una nación homogénea. Aunque gravemente fue amenazada por China en el curso de los 2000 primeros años de su existencia, Corea conservó su dignidad y permaneció como nación libre (Período Chosŏn). Desde el siglo I antes de Cristo hasta el siglo VII después de Cristo, Corea vivió bajo dinastías diversas. Desde el año 57 antes de Cristo hasta el 935 después de Cristo, las dinastías Kokuryeo (37 a.C.-668 p.C), Paikje (18 a.C.-660 p.C.) y Shilla (57 a.C.-935 p.C.) reinaron durante este período los llamados hoy comúnmente Tres Reinos de Corea (Samkuk). Al norte del país, en el curso del siglo X, sucede a la dinastía Balhae (698- 926 después de Cristo) la dinastía Koryo (918-1392). Después de este período fue fundada en el siglo XIV la dinastía Chosun (1392-1910). A lo largo de estos siglos, Corea no sólo permaneció como nación homogénea sino también conoció importantes desarrollos culturales.
En 1897 fue fundada la Corea Imperial (Daehan Jeguk) que debía marcar el principio de la era moderna en la historia de Corea. Desde 1910 a 1945, Corea fue ocupada por las tropas japonesas, pero los coreanos jamás perdieron la esperanza y nunca dejaron de luchar para reconquistar su libertad. Sus esfuerzos y su combate finalmente llevaron finalmente al fin de la ocupación japonesa en 1945 al término de la Segunda guerra mundial. La historia refleja bien la suerte de Corea: por su posición extremadamente interesante desde el punto de vista geopolítico, sufrió numerosas invasiones y ocupaciones por parte de las grandes potencias mundiales.
Corea también debió enfrentarse a sus propios conflictos internos, fruto de la oposición de ideologías diversas. Estos años de lucha ideológica acabaron con la fundación de la República popular democrática de Corea (RPDC) en Corea del Norte, basada en ideales comunistas, y de la República de Corea (RC) al sur de Corea que escogió la democracia y la libertad. El conflicto y el enfrentamiento de estas dos ideologías condujeron a la dramática Guerra de Corea (1950-1953) que costó la vida a numerosas personas. En 1953, el armisticio fue firmado y la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur, con su zona desmilitarizada (ZDM), fue el símbolo más evidente de la historia trágica de Corea.
Se habla de 10 millones de familias divididas por la guerra y sus consecuencias. Recientemente, estas familias tuvieron algunas posibilidades de encontrarse; pero la inmensa mayoría de ellas hasta no saben si los miembros de su familia que vive al otro lado de la línea que divide el Norte y el Sur viven todavía. Todos los coreanos sienten el dolor de estas familias; el orgullo y la misma identidad del país están profundamente dañados.

2. Norte y Meridional: reconciliación y colaboración
El 4 de julio de 1972 es considerado como una fecha decisiva en la historia de la Península de Corea. La Declaración conjunta firmada aquel día contribuyó a modificar sensiblemente la atmósfera conflictiva y hostil que reinaba antes, a reducir las injusticias recíprocas y a permitir un intercambio y esfuerzos concretos con el fin de alcanzar juntos la reunificación del país.
El Consejo ecuménico de las Iglesias y la Iglesia católica manifestaron su deseo profundo de contribuir a la paz y a la flexibilidad de las relaciones hasta aquí mantenidas. En 1988, La Asamblea general del Consejo nacional de las Iglesias de Corea (CNEC) anunció la publicación de la "Declaración de las Iglesias de Corea sobre la reunificación y la paz" y la Conferencia de los Obispos católicos de Corea (CECC) creó un Comité para la reconciliación nacional. Más tarde, diversas iglesias (tales como la iglesia católica de Changchungdang y la iglesia de Chilkok) han sido edificadas en Corea del Norte y el culto se celebra desde entonces.
Es en este contexto cuando el Premio Nóbel de la Paz, Kim Dae-Jung -ex presidente de la RC- se encuentra en una conferencia al líder norcoreano Kim Jong-Il. Como respuesta a este encuentro, el 15 de junio de 2000 fue publicada una Declaración común, que reforzaba la "política del rayo de sol" de Corea del Sur junto a la Corea del Norte. No obstante, en el ZDM las tensiones vivas entre el Norte y el Sur quedaban manifiestas. Los esfuerzos a favor de la paz en Corea realizados por las negociaciones diplomáticas que están en proceso entre seis Estados dieron como resultado la colaboración y la cooperación en diversos sectores: citamos, por ejemplo, el apoyo material ofrecido a ambos gobiernos y, respecto a la sociedad civil, los intercambios en los campos de la cultura, del deporte, de la religión y del arte así como de la educación y de la economía.

3. Superar los conflictos y la división que son un obstáculo a la unidad y a la unificación

A pesar de los numerosos esfuerzos realizados para alcanzar la paz y la reconciliación en Corea, los desacuerdos, la división y los enfrentamientos son difíciles de erradicar. Para alcanzar una reunificación pacífica, el Norte y el Sur deben afrontar temas comunes: el antagonismo entre liberalismo y socialismo, el foso que divide ricos y pobres y la represión de la fe y de la religión.
El muro que separa las poblaciones del Norte y del Sur parece difícil de abatir. Pero desde ambas partes, se espera y se desea la reunificación como testimonio del célebre canto en el Norte y el Sur de Corea que expresa esta esperanza (Uri Ui Sowon Eun Tongil). A pesar de las diferencias y de los conflictos, todos los coreanos confían en una reunificación pacífica y en una reconciliación de la península coreana. Como cristianos, esperamos que venga el día en que Dios reunirá las partes divididas; entonces alabaremos y daremos gracias a Dios por este acto de reconciliación y de creación nueva.

4. La Semana de oración por la unidad de los cristianos 2009 en el contexto del movimiento ecuménico coreano
La comunidad católica fue fundada en Corea en 1784 por el primer católico bautizado, Lee Sung-Hun, que difundió la doctrina católica entre sus compatriotas. El protestantismo fue introducido en Corea en 1880. En 1919, con la llegada de otras religiones, entre otros los responsables del Budismo, del Taoísmo Chon y de otras tradiciones religiosas, los cristianos coreanos organizaron la resistencia contra la fuerza japonesa para mantener la independencia de Corea.
El nacimiento del movimiento ecuménico en Corea aumenta con las recomendaciones y el espíritu del Concilio Vaticano II (1962-1965) y en particular el Decreto sobre el ecumenismo que subrayaba la importancia de los esfuerzos de todos los cristianos con vistas a la unidad cristiana. Las Iglesias comprometidas en el diálogo interconfesional en Corea son Metropolía ortodoxa de Corea, la Conferencia de los obispos católicos de Corea, el Consejo nacional de las Iglesias de Corea (y sus Iglesias miembros: la Iglesia presbiteriana en Corea, la Iglesia metodista coreana, la Iglesia presbiteriana en la República de Corea, el Ejército de Salvación en el Territorio coreano, la Iglesia anglicana de Corea, la Iglesia evangélica de Corea, las Asambleas de Dios del Pleno Evangelio en Corea), y finalmente la Iglesia luterana en Corea. Las Iglesias miembros del Consejo nacional de las Iglesias de Corea, que representa el protestantismo y la Iglesia católica en Corea, organizan alternativamente desde principios de los años 1970 una celebración común para la Semana de oración por la unidad de los cristianos. Esta oración común les ofrece a los cristianos un espacio para orar y contribuir juntos al movimiento ecuménico en Corea. En 1977, biblistas de las Iglesias protestantes y católica han terminado una traducción común de la Biblia por lo que, por primera vez, todas las Iglesias de Corea pudieron utilizar la misma versión de la Biblia en coreano.
La actividad del movimiento ecuménico coreano propone actualmente programas conjuntos a grupos de personas, tales como el personal al servicio de las confesiones diversas, los teólogos, los estudiantes de los seminarios y los moderadores de diferentes confesiones. Desde el 2000, un grupo de estudio formado por teólogos organiza regularmente un Foro ecuménico en el curso del cual son estudiados diversos temas teológicos, con el fin de animar la comprensión mutua entre las Iglesias protestantes y la Iglesia católica. Por otro lado, un grupo nacido de la iniciativa de seminaristas propone diversas actividades, tales como visitas a seminarios y la organización de competiciones deportivas con el fin de animar la amistad entre los miembros de las diferentes Iglesias. Los Moderadores de las diversas confesiones se encuentran y regularmente comen juntos, lo que es para ellos ocasión de conocerse mejor, de apreciarse y de cambiar sus puntos de vista.
Un seminario sobre la unidad de los cristianos en Asia se ha celebrado del 24 al 28 de julio 2006 en la Aaron´s House; constituyó un acontecimiento memorable en la historia del movimiento ecuménico coreano. Esta iniciativa tuvo como principal ponente al Cardenal Walter Kasper, Presidente del Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos, y reunió a responsables ecuménicos de diversos países asiáticos venidos para debatir e intercambiar sus ideas y puntos de vista sobre la unidad cristiana. El 23 de julio de 2006, en la XIX Conferencia metodista mundial que se celebró en Seúl, Corea, la Iglesia metodista "se adhirió" a la Declaración común sobre la doctrina de la justificación firmada en 1999 por la Iglesia católica y la Federación luterana mundial. Es en Asia donde tuvo lugar este acontecimiento importante e internacional para la unidad de los cristianos.
La fuerte experiencia y la confianza mutua adquiridas en el marco de sus programas comunes de actividades, responsables de las Iglesias protestantes y católica en Corea organizaron una peregrinación ecuménica desde el 8 al 16 de diciembre 2006. El grupo visitó al Papa Benedicto XVI en el Vaticano, al Secretario general del Consejo ecuménico de las Iglesias en Ginebra, Suiza, y a Su Santidad el Patriarca ecuménico de Estambul, Turquía. En Roma, también han sido recibidos por el Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos y en Ginebra por el equipo de la Comisión Fe y Constitución del Consejo ecuménico de las Iglesias. En el curso de estas visitas el grupo sugirió confiarles la realización del proyecto de textos para la Semana de oración para la unidad de los cristianos 2009 a los cristianos de Corea. Ambos organismos ecuménicos acogieron positivamente esta propuesta y aceptaron la idea de preparar las Iglesias de Corea un proyecto de textos.
El 23 de enero de 2007, las Iglesias de Corea han organizado los servicios de oración en la Semana de oración por la unidad de los cristianos en la iglesia anglicana Chongju, así como un encuentro al que fueron invitados teólogos protestantes y católicos. En esta ocasión, dos miembros protestantes y tres católicos han sido nombrados para formar el grupo preparatorio encargado de elaborar juntos los textos destinados a la celebración de la Semana por la unidad 2009. Este comité se reunió por primera vez el 8 de febrero de 2007 y escogió como tema el pasaje de Ezequiel 37,15-23 donde se encuentra la profecía del reino reunificado de Israel. Para las Iglesias en Corea, este pasaje de Ezequiel es particularmente evocador de la situación vivida en la península coreana que queda como el único país dividido en el mundo. Se ha decidido que cada confesión se encargue de la redacción de una meditación bíblica y de una oración para cada día del "octavario". Así empezó la tarea que finalmente llevó a la redacción final de los textos distribuidos en el mundo entero para la Semana de oración 2009.
Conclusión
La situación actual de Corea -donde los coreanos de una parte de la península están en la imposibilidad de comunicar con sus padres, niños, hermanos y hermanas, familias y amigos que viven en la otra parte- es inaceptable y debe terminarse absolutamente. El sistema político norcoreano que prohíbe a sus habitantes pertenecer en la tradición religiosa de su elección es un régimen autoritario que limita la libertad de conciencia. Tales antagonismos, conflictos, violencias y guerras que nacen de hostilidades religiosas, raciales y étnicas no existen únicamente en la Península coreana sino que actualmente existen en numerosas regiones del mundo. Por esto, la situación de división y los sufrimientos que viven los coreanos interpelan ciertamente a los cristianos y las sociedades del mundo entero. Los cristianos de Corea (católicos, protestantes y ortodoxos) trabajan juntos por el bien común -para llevar una paz auténtica a la Península coreana- con sus hermanos de otras religiones (Budismo, Confucianismo y otras religiones tradicionales incluido el Budismo Won y el Taoísmo Chon - Chon Do Gyo).
Durante la Semana de oración por la unidad de los cristianos 2009, los cristianos están invitados a rezar por la promoción de la unidad y por la construcción de la paz, que son importantes responsabilidades en las que los cristianos del mundo entero deben comprometerse. La esperanza sobre la que se funda esta oración es que todos los habitantes de la tierra se hagan pueblo de Dios; que Dios sea su Dios; y que se dé a la humanidad la gracia de conocer la alegría y la prosperidad de una vez, los enfrentamientos, los conflictos y las divisiones superadas y la unidad consumada. Los cristianos deben orar con paciencia hasta la llegada "de un cielo nuevo y de una tierra nueva": "ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios" (Ez 37,23).

[1] Este texto se publica bajo la responsabilidad del grupo ecuménico de Corea, constituido especialmente para la redacción del proyecto de textos para la Semana de oración por la unidad 2009.

NOTA: No publicamos la Celebración Ecuménica ni las notas adjuntas, por la falta de espacio en el boletín.

MENSAJE CON OCASIÓN DE LA SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD 2009

Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales –CERI–
Conferencia Episcopal Española

«Estarán unidas en tu mano»

1. Estas palabras proféticas de Ezequiel dirigidas al pueblo elegido son una alegoría de la unidad de la Iglesia, aunque el profeta las aplicó a la necesaria unidad de Israel rota por los pecados de los dirigentes y del pueblo. Habla el profeta de dos leños a modo de trozos de una vara de mando rota, que el Señor le ordena al profeta unir en su propia mano como signo para la casa de Israel (Ez 37,15-28). Son aplicables a la Iglesia dividida porque, al igual que el pueblo de la antigua Alianza, dividido en contiendas contrarias a la voluntad de Dios, también las divisiones de las Iglesias cristianas son contrarias a la voluntad de Cristo, que quiso una sola y única Iglesia visible: “Como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros. De este modo el mundo creerá que tú me has enviado” (Jn 17,21).

2. Estas palabras de Jesús en el gran discurso del adiós en la noche de la Cena, que nos ha transmitido san Juan, suenan cada año como un aldabonazo en el corazón de todos los cristianos, para que su empeño por la unidad visible de la Iglesia no cese, porque no son ellos los que lo sostienen sino la voluntad de Cristo, cuyo cumplimiento suplican en la oración. El Vaticano II recordaba a todos los cristianos que “en esta una y única Iglesia de Dios aparecieron ya desde los primeros tiempos algunas escisiones”, y que esto sucedió “no sin culpa de los hombres por ambas partes”; es decir, tanto por parte de los miembros de la Iglesia Católica como por parte de los cristianos agrupados en las otras Iglesias y Comunidades eclesiales (Decreto Unitatis redintegratio sobre el ecumenismo, n. 3). Sin embargo, la unidad es una de las cuatro características notas de la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica; y por tanto, no puede desaparecer de la Iglesia fundada por Cristo, ya que si así fuera la Iglesia habría dejado de existir. La unidad pertenece a la “una santa Iglesia de Cristo”, y nosotros creemos, con las palabras del Vaticano II, que “subsiste en la Iglesia católica” (Constitución dogmática Lumen gentium sobre la Iglesia, n. 8). Al mismo tiempo que afirma esta verdad de fe para todos los católicos, el Concilio dice también que “los que creen en Cristo y han recibido ritualmente el bautismo están en una cierta comunión, aunque no perfecta, con la Iglesia católica” (Unitatis redintegratio, n. 3).
Recientemente, el Magisterio de la Iglesia ha recordado esta doctrina católica, para que no se banalice la situación objetiva de la división entre los cristianos y no cejemos en el empeño por la reconstrucción de la unidad visible de la Iglesia. Se trata de hacer visible ante el mundo la unidad real de la Iglesia de Cristo que subsiste en la Iglesia católica, pero que también se halla presente en grados y elementos diversos en las Iglesias y Comunidades eclesiales que, por esta razón, mantienen una cierta unidad incluso visible, aunque no plena y perfecta conforme a la mente y a la voluntad de Cristo.

3. Todos han de tomar en consideración esta unidad ya existente entre todos los discípulos de Cristo. Tenemos un bautismo común, que hemos de esforzarnos todos por reconocer en su verdad y efectos de salvación. Hemos sido bautizados en el nombre de la Santa Trinidad de Dios y configurados con la muerte y resurrección de Cristo, somos verdaderamente hijos de Dios y miembros de la Iglesia una. Con algunas Iglesias, como es el caso de las antiguas Iglesias orientales y las Iglesias ortodoxas, compartimos la sucesión apostólica en el Episcopado y la misma fe en los sacramentos. Por esta razón, recientemente los Obispos españoles, conscientes de las necesidades espirituales de tantos hermanos nuestros provenientes de las Iglesias orientales, se han propuesto aplicar las orientaciones del Vaticano II, según las cuales “la práctica pastoral demuestra, en lo que se refiere a los hermanos orientales, que se pueden y se deben considerar diversas circunstancias personales en las que ni sufre daño la unidad de la Iglesia, ni hay peligros que se deban evitar, y apremia la necesidad de salvación y el bien espiritual de las almas. Por eso la Iglesia católica, según las circunstancias de tiempos, lugares y personas, usó y usa con frecuencia un modo de actuar más suave, ofreciendo a todos medios de salvación y testimonio de caridad entre los cristianos, mediante la participación en los sacramentos y en otras funciones y cosas sagradas” (Decreto Orientalium Ecclesiarum sobre las Iglesias católicas orientales, n. 26).

4. No hace todavía mucho, los Obispos españoles aprobaron unas orientaciones sobre los «Servicios pastorales a orientales no católicos» (2006), con ánimo de prestar la ayuda que les es posible a la cura pastoral de los fieles de estas Iglesias, sin ánimo alguno de proselitismo y fundándose en la ausencia de suficientes pastores propios y comunidades estables en las que estos fieles puedan integrarse. Al hacerlo han tenido también en cuenta cuanto dice la encíclica Ut unum sint, del Papa Juan Pablo II, de feliz y santa memoria, que se expresaba en ella invitando a proseguir por el camino abierto por el Vaticano II, y teniendo presentes las normas establecidas por el derecho de la Iglesia y las orientaciones del Directorio ecuménico. Así, al tiempo que invitaba a avanzar por el camino del diálogo teológico y de la caridad con estas “Iglesias hermanas”, el Papa pedía en la encíclica llevar a cabo estos servicios instruyendo bien a los fieles sobre su alcance y significado, “para que éstos conozcan con claridad las razones precisas tanto de esta participación en el culto litúrgico como de las distintas disciplinas existentes al respecto” (Ut unum sint, n. 58).
Juntamente con estas orientaciones, los obispos en sus diócesis han tomado providencias distintas para que los hermanos orientales no católicos puedan celebrar la Divina Liturgia compartiendo algunos templos expresamente puestos para este delicado cometido, o bien, según sus posibilidades, cediendo algunos locales para el ejercicio del culto y de la acción pastoral, siempre a tenor de las vigentes normativas diversas de las Iglesias hermanas y de la Iglesia Católica. En cualquier caso, se ha de proceder con conciencia clara de la propia fe y del propio rito en que se expresa, evitando siempre la caída en el confusionismo, contrario a los principios y a la práctica del ecumenismo. Ni el voluntarismo por sí solo produce unidad, ni tampoco el proselitismo es camino para lograrla. El proselitismo y la pretensión de eliminar las diferencias de fe y culto, como si se tratara de cosas sin importancia, son actitudes contrarias al verdadero ecumenismo. La práctica de un ecumenismo acorde con su propia naturaleza respeta tanto el carácter eclesial de la fe como la conciencia de los cristianos particulares.

5. También las relaciones con las Iglesias de la Reforma han avanzado notablemente y es necesario que los católicos tomen conciencia de los pasos dados. Recientemente ha sido presentada en Madrid la nueva «Biblia Traducción Interconfesional» [BTI], que es resultado de más de treinta años de trabajo conjunto de protestantes y católicos para conseguir un mismo texto en español de la Sagrada Escritura. Años atrás fue posible contar con una traducción ecuménica del Nuevo Testamento; hoy la Biblia Interconfesional es un motivo de gozo y comunión entre las Iglesias protestantes y la Iglesia Católica en España. Después del reciente Sínodo sobre la Palabra de Dios, el lanzamiento de esta nueva versión de la Biblia supone un impulso esperanzador para que la Palabra de Dios tenga el lugar que le corresponde en la vida personal y familiar. En el diálogo entre hermanos de las distintas confesiones, cristianos católicos y evangélicos podrán servirse de un texto común en las reuniones de estudio conjunto de la Palabra de Dios y en los foros de oración ecuménica. Todos debemos alegrarnos de ello y agradecer a los especialistas en las ciencias bíblicas, de la Iglesia católica y de las Iglesias y Comunidades eclesiales hermanas no católicas, a las editoriales católicas y a Sociedad Bíblica Española el esfuerzo que han realizado durante años para lograr esta traducción interconfesional, que viene a sumarse a las ya existentes en las grandes lenguas de uso común y en muchas otras.

6. Hemos mencionado en anteriores mensajes los importantes pasos que todos hemos dado hacia la unidad visible, pero nos queda un largo camino hacia la meta; por eso no podemos cejar en el empeño de la oración, cometido indeclinable de todos, tanto de los cristianos particulares que, movidos por el Espíritu Santo y unidos a Cristo, piden al Padre la unidad de la Iglesia, como de las parroquias y comunidades. El Octavario ha de estimular nuestro anhelo de unidad. Que los encuentros que se promuevan con cristianos de otras Iglesias y las asambleas de oración que se organicen no pierdan de vista que la unidad es un don de Dios y que sólo llegará como don, que es preciso suplicar con inmensa confianza en Cristo, que oró para que no le falte a la Iglesia la unidad.

+ Adolfo, Obispo de Almería y Presidente
+ José, Obispo de Tui-Vigo
+ César A., Obispo auxiliar de Madrid
+ Román, Obispo de Vic.

SAN PABLO Y LAS MUJERES

Estamos celebrando el "Año de San Pablo" y no pocas veces he escuchado, sobre todo a mujeres, el afirmar que San Pablo era "anti-feminista" "misógino" y "enemigo del sexo femenino".
Esa idea, tan generalizada, es totalmente falsa e injusta. San Pablo, más bien, es el gran promotor de los laicos y particularmente de las mujeres, como trataremos de probarlo en este pequeño trabajo divulgador.
¡Ojalá que, a raíz del "Año Paulino", los responsables de nuestra Iglesia vieran en San Pablo el gran apóstol del laicado, masculino y femenino, y tratasen de imitarlo!
Ya Santa Teresa de Jesús se vio frecuentemente criticada en su gran labor de reformadora cuando le exigían "recogimiento, penitencia y la oración". Sus críticos se basaban en el pasaje de San Pablo en el que se dice: "Las mujeres en la Iglesia deben permanecer calladas". La santa, muy conocedora de los escritos paulinos, les contestaba diciéndoles que no se basasen en un pasaje aislado de San Pablo sino que deberían conocer todo el conjunto de su doctrina y su metodología misionera.
Sin duda, la santa se refería a los testimonios sobre la praxis apostólica y, sobre todo, a las importantes responsabilidades que San Pablo depositó en las mujeres.
Las mujeres con las que San Pablo va tomando contacto, según el testimonio de los "Hechos de los apóstoles y de sus Epístolas, despliegan muchas y muy variadas actividades misioneras. Sin embargo, antes de referirnos a toda la relación de San Pablo con las mujeres a las cuales da responsabilidades y funciones de mando y de dirección, veamos las observaciones y las críticas que se le hacen en relación a su conducta con el mundo femenino.

Los textos del conflicto (1 Cor 11, 2-16 y 14,34-5)
Las críticas, sobre todo femeninas, a San Pablo se basan en esos dos textos de la Primera Carta a los Corintios.
En primer lugar debemos aclarar que lo que se dice en el segundo pasaje (1 Cor 1,34-35) exigiendo a las mujeres que se callen en las asambleas de los cristianos, los exegetas más calificados juzgan que ese texto es interpolado. Fue introducido en la Epístola de Pablo cuando él ya había muerto, en momentos en que el antifeminismo tomaba fuerza, como lo podenos ver en la Primera Epístola de Timoteo (2,12.) Esta Epístola, como las 3 llamadas "pastorales", marcadas con un claro patriarcalismo, no son de San Pablo, como lo acepta ya la crítica universal. Las encabezaron con el nombre de Pablo por el prestigio y la alta estima que de él tenían.
El notable grado de igualdad entre hombres y mujeres que se dio en las iglesias fundadas por San Pablo, pero, lamentablemente, eso no duró muchos años. Vemos en las Cartas Pastorales, publicadas pocos años después, las mujeres son reducidas al silencio. Un silencio que iba a durar a lo largo de los siglos hasta nuestros días.
En las Iglesias paulinas había mujeres que dirigían las asambleas de oración, mujeres profetas (1 Cor 11,3-5), diaconisas (Rom 16,1) y líderes femeninos capaces de explicar "con mayor exactitud el camino de Dios", como lo hizo Prisca con relación a un misionero de tanta influencia como era Apolo (Hch 18,26.)
Aunque el principio de la igualdad total de todos los fieles se seguía afirmando, sin embargo, la cultura patriarcal y los prejuicios ancestrales contra las mujeres volvieron a hacerse muy presentes en la praxis diaria de todas las comunidades cristianas.
El caso que nos presenta 1 Cor 11, 2-16, se trata de un conflicto totalmente intranscendente para nuestra mentalidad actual, pero que, en aquel tiempo, revestía de gran importancia, tanto en la cultura judía, como en la griega. Estaba en relación con la obligación que tenían todas las mujeres de cubrirse la cabeza con un velo en las asambleas y los actos religiosos públicos.
Podríamos hacernos la siguiente pregunta: ¿por qué algunas mujeres cristianas de Corinto tomaron la iniciativa de quitarse el velo en las reuniones y asambleas religiosas? Con toda probabilidad la causa fue la nueva libertad de que estaban gozando las comunidades cristianas de entonces, y que el mismo Pablo favorecía y animaba, lo que llevó a aquellas mujeres a realizar este gesto de desafío a las costumbres establecidas.
De hecho, las mujeres de las comunidades de Pablo tenían mucha más libertad y protagonismo que las mujeres que actualmente participan en nuestra Iglesia: eran líderes reconocidas y respetadas y colaboradoras en primera línea en el apostolado.
Era algo totalmente nuevo e inaudito para las costumbres de entonces el que las mujeres de las comunidades de San Pablo rompieran con esas normas antifeministas. Las mujeres cristianas de Corinto quizás fueron demasiado lejos, provocando la reacción de los elementos más conservadores de la comunidad.
Es evidente que los argumentos que expresa Pablo en contra este grupo de mujeres, hoy no los podemos aceptar ya que se basan en la dependencia de la mujer con respeto al hombre y manifiestan inferioridad del sexo femenino.
San Pablo cede, en este caso, ante las corrientes machistas de su tiempo, que estaban presentes, tanto en la mentalidad judía, como en la griega.
Lo curioso de este pasaje es que Pablo no parece muy convencido de sus propios argumentos, por eso da marcha atrás en la mitad de su reflexión diciendo "Si bien, para el Señor, no hay mujer sin varón, ni varón sin mujer" y, "si la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer y ambos proceden de Dios" (1 Cor 11,11).
Es evidente que todo este conflicto estaba relacionado con la unión entre la cultura tradicional y la novedad de Evangelio predicado por San Pablo. Una tensión que todavía hoy sigue en la propia Iglesia. (La Biblia de Nuestro Pueblo" Nota al pie de texto. Pág. 2117 y 1283).
La lectura de esta carta a los fieles de la Iglesia de Corinto revela que el objetivo fundamental de la misma, es el afrontar los conflictos que ponían en grave amenaza a la fraternidad que debía reinar siempre, sobre todos en las comunidades inspiradas en la metodología de Pablo.
Los conflictos en la Iglesia de Corinto eran varios y estaban relacionados con la predicación de Apolo, con las tensiones entre pobres y ricos y con el problema de los carismas. A todo esto se añadía, como algo muy grave, el que un grupo de mujeres optan por no ponerse el velo en los actos religiosos.
El Apóstol da por supuesto que hombre y mujer participan en pie de igualdad en la celebración: ambos rezan y profetizan (11,45) pero vemos que Pablo cede, para evitar el escándalo que se estaba produciendo como consecuencia de la ruptura de ciertas costumbres sociales por parte de estas mujeres de la comunidad. Pablo se da cuenta de que su primer mensaje de libertad provoca unos movimientos peligrosos para la fraternidad del grupo y esto le hace volverse más cauto.

Listado de las mujeres más activas y con mayores responsabilidades en las comunidades cristianas paulinas
San Pablo ya había afirmado en la Epístola a los Gálatas (3,28): "Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer; porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús".
Si recorremos las páginas del libro de los "Hechos" y las Epístolas de Pablo, una de los datos más sorprendentes es la misión evangelizadora, activa y responsable, que se les da a las mujeres. Señalamos algunos nombres de mayor influencia:
Febe (Rom 16,1-2), es una cristiana de origen griego. Parece que gozaba de una confortable situación económica lo que explica sus viajes y su disponibilidad a ayudar económicamente a las comunidades cristianas. Pablo la llama "nuestra hermana, nuestra colaboradora". Le da los mismos títulos que a Timoteo y a Tito.
Pablo comunica a la comunidad de Centreas que ella era "diaconisa", que es el mismo título que Pablo se atribuye así mismo y a otros, como Timoteo y Tito. El Apóstol les recomienda para que "la reciban en el Señor, como corresponde a los santos, ayudándola en todo lo que necesite de ustedes. Ella ha protegido a muchos hermanos y también a mí".
Priscila o Prisca aparece citada 6 veces. Su marido, llamado Áquila, era un hombre muy influyente y gran colaborador en la misión, sin embargo, Pablo, al citar a ambos consortes, pone varias veces el nombre de la mujer en primer lugar. Pablo dice de este matrimonio "expuso la cabeza por mí (Rom 16,3).
Junia. A ella y a su marido Andrónico les dice Pablo que son "apóstoles insignes". Era el título que recibían los Doce y algunos grandes colaboradores como Tito y Epafrodito. San Pablo se rodea siempre de colaboradores y colaboradoras que van a constituirse en enviados oficiales de la comunidad.
Lidia era comerciante en telas preciosas, como la púrpura. Había establecido relaciones comerciales con algunos judíos aunque ella era de origen gentil. Pablo se alojó en su casa.
María, Trifona, Trifosa y Pérsida (Rom 16 6-12) se dice de ellas que "trabajaron duramente por nosotros o por el Señor" Es muy posible que desempeñasen alguna función importante como líderes locales.
Apfia (Flm 1,1-2) es mencionada en la Carta a Filemón. Pablo la llama "hermana" igual que a Febe y por esa razón ha de interpretarse que era una estrecha colaboradora de Pablo.
Evodia y Síntique (Flp 4,2) Dice de ellas que son dos mujeres que " han luchado por el Evangelio a mi lado".
La madre de Rufo (Rm 16,3) de la que dice Pablo " también es madre mía"
Hay otras muchas mujeres de las cuales solo conocemos el nombre como Julia y Olimpia. También nos costa de la existencia de grupos de mujeres anónimas que colaboran directamente en la labor evangelizadora, como el grupo que existía en Filipos (Hch 16, 13), o las mujeres que se juntan para despedir a Pablo en Tiro (Hch 21, 5), o las 4 hijas de Felipe, el predicador del Evangelio, que tenían el don de la profecía ( Hch 21,8), o el conjunto de mujeres de la alta sociedad de Berea (Hch 17,1).
Es sorprendente que en la Epístola a los Romanos, en la última página, Pablo cite nominalmente a 12 mujeres, todas ellas muy unidas al apóstol como colaboradoras, como bienhechoras o como diaconisas. De todas ellas afirma: "Han trabajado mucho por el Señor".
Llama la atención que Pablo envía esta carta tan importante a los cristianos de Roma cuando todavía él no conocía Roma. Esto nos indica que el conocimiento que Pablo tenía de los cristianos de Roma, y en especial de las mujeres, no era, por lo tanto, una relación de pura amistad basada en sentimientos, sino en la praxis misional de la cual Pablo era la expresión más dinámica y eficaz.
La praxis misionera de Pablo, confiriendo importantes responsabilidades apostólicas a mujeres, a pesar la visión tradicional opuesta, es una llamada a dejarnos cuestionar y a apostar por una Iglesia menos patriarcal y más integradora.
Es desde una participación de la mujer mucho más acogedora y con funciones importantes desde donde puede venir una auténtica renovación de nuestra Iglesia. (Sal Terrae, Junkal Guevara. Oct. 2008 p. 123 y s.).

Gregorio Iriarte o.m.i.,teólogo, analista social y político
[Publicado en Adital, 27-11-08].


20 AÑOS DEL DÍA MUNDIAL DEL SIDA, ES EL MOMENTO PARA QUE LAS RELIGIONES “HAGAN UNA EVALUACIÓN”

Los dirigentes religiosos "deberían proclamar a los cuatro vientos que el SIDA no es un castigo de Dios, sino una condición de salud que es evitable", afirma el antiguo líder de la Iglesia Anglicana de Sudáfrica, arzobispo Njongo Ndungane.
Ndungane hizo sus declaraciones anticipando el 20º aniversario del 1 de diciembre como Día Mundial del SIDA en una entrevista para la Campaña Mundial contra el SIDA, que tiene sedes en Ámsterdam y Ciudad del Cabo y es financiada por ONUSIDA. La campaña propugna que el Día Mundial del SIDA sea un día de "solidaridad mundial con respecto a una pandemia que ha causado más de 25 millones de muertes, y con los 33 millones de personas que viven actualmente con el VIH en todo el mundo".
Ndungange, que dirige actualmente African Monitor, un organismo de desarrollo continental, dijo que el SIDA "puede ser controlado y tratado, aunque no curado", pero también que no es un castigo de Dios.
Añadió que, "los líderes religiosos deben comprometerse desde ahora en trabajar para conseguir una generación sin SIDA y mostrar un cuidado y apoyo amorosos hacia las personas infectadas. Deben elaborar y aplicar estrategias imaginativas para combatir la estigmatización, asegurar que las personas infectadas puedan satisfacer necesidades esenciales como las de nutrición y asistencia médica, y alentar a las personas no infectadas a mantenerse exentas de la infección".
Linda Hartke, que dirige la Alianza Ecuménica de Acción Mundial, un organismo con sede en Ginebra que defiende la justicia en relación con la alimentación y el comercio, así como en favor de las personas VIH positivas, dijo que el 20º aniversario del Día Mundial del SIDA es el momento de "hacer una evaluación de la respuesta al VIH y al SIDA basada en la fe".
La Alianza está integrada principalmente por organizaciones cristianas, entre las que figura el Consejo Mundial de Iglesias, pero cuenta también entre sus miembros a organismos de otras religiones.
Hartke dijo a Noticias Ecuménicas Internacionales: "Podemos recibir inspiración de los esfuerzos comprometidos de personas de fe de todo el mundo que durante tanto tiempo han prestado asistencia y apoyo… para dar una respuesta mundial concertada que haga retroceder la propagación del VIH y llegue a erradicar el SIDA."
Señaló que "quienes principalmente han fortalecido y difundido respuestas eficaces basadas en la fe han sido los líderes religiosos que viven con el VIH, o están afectados personalmente por el VIH, y han elevado sus voces contra el estigma, la discriminación, las injusticias y la vulnerabilidad que fomentan su propagación".
Con todo, Hartke había advertido anteriormente, en noviembre, que sigue habiendo cada año millones de personas afectadas "y dos tercios de los adultos y el 85 por ciento de los niños necesitan urgentemente un tratamiento, por lo que hacen falta un liderazgo y una acción eficaces y comprometidos para conseguir el acceso universal a los medios de prevención, tratamiento, asistencia y apoyo".
Hartke dijo que alrededor de 2,1 millones de niños de menos de 15 años viven con el virus de la inmunodeficiencia humana o VIH, "pero siguen siendo olvidados en gran medida en los esfuerzos mundiales y nacionales para afrontar el VIH y el SIDA. Ocurre esto especialmente en lo que respecta al acceso a las pruebas de diagnóstico del VIH y a las medicinas para tratarlo, conocidas como antirretrovirales. Actualmente, sólo el 15 por ciento de los niños que necesitan tratamiento contra el VIH tienen acceso a él".

Por Peter Kenny, redactor jefe de Noticias Ecuménicas Internacionales (ENI).


Recursos del Consejo Mundial de Iglesias sobre el VIH y el SIDA:

Programa del CMI sobre la “Iglesia competente en materia de VIH”:
http://www.oikoumene.org/?id=3418&L=4

Iniciativa Ecuménica sobre el VIH y e el SIDA en África (EHAIA):
http://www.oikoumene.org/?id=3131&L=4

Instrumentos y declaraciones relacionados con el VIH/SIDA:
http://www.oikoumene.org/?id=3543&L=4

Declaración del Comité central del CMI sobre la respuesta compasiva de las iglesias al VIH y al SIDA:
http://www.oikoumene.org/es/documentacion/documents/comite-central-del-cmi/ginebra-2006/informes-y-documentos/informe-final-del-comite-sobre-cuestiones-de-actualidad.html#c10146

LÍNEAS PARA COMPRENDER EL PROTESTANTISMO LATINOAMERICANO

En distintos lugares se están llegando a las mismas conclusiones interpretativas. En la reciente Consulta de la Fraternidad Teológica Latinoamericana, que tuvo lugar en La Paz Bolivia (25-27 de octubre), y bajo el lema “Espiritualidades indígenas, interculturalidad y misión integral”, quienes componen el grupo que al interior del movimiento de la FTL estudia los resultados sociales del creciente pueblo evangélico en el Continente, compartió similares hallazgos en sus estudios sobre las comunidades protestantes/evangélicas realmente existentes.
De los varios puntos de coincidencia, en esta ocasión destacaremos, para los lectores de Protestante Digital, tres que consideramos son destacables. El primero se relaciona con el tema de la conversión y los cambios socioculturales que le acompañan, particularmente en los pueblos indígenas. La adopción consciente de una identidad religiosa distinta a la que primero fue históricamente única y luego abrumadoramente mayoritaria (el catolicismo), conlleva elementos que deben ser bien comprendidos. La conversión tiene varios factores que la explican. La misma es multicausal y, por lo tanto, no se puede reducir a un solo factor explicativo. Sobre todo no debe simplificarse el proceso, como se ha hecho tradicionalmente por parte de acercamientos prejuiciados y descalificadores, a la fórmula que todo lo sintetiza en el estrecho marco de esfuerzos exógenos que se implantan en comunidades pasivas.
En círculos atentos al cambio religioso se pone cada vez más atención a las circunstancias personales y contextuales en los que acontece la conversión. La teoría de la conspiración (misioneros anglosajones que llegan a debilitar la cultura hispanoamericana con fines eminentemente políticos) subsiste pero se debilita progresivamente. Los conversos para nada son recipientes vacíos en los que se puede verter lo que al mensajero exógeno se le plazca. No, los conversos son personas activas en su decisión de identificarse con una nueva confesión religiosa. Además la conversión, cuando ya es socialmente significativa por su creciente número, tiene repercusiones culturales. La diversificación religiosa se refleja en éticas diferenciadas, que ya se están documentando en diversas investigaciones, las cuales van a contracorriente de las generalizaciones ahistóricas y simplistas. Las pesquisas recientemente publicadas, entre ellas las de varios integrantes de la FTL, buscan establecer si a determinadas convicciones de fe les corresponde conductas singulares, o bien no hay diferenciación con el contexto valorativo secular en que viven los creyentes de uno y otro grupo confesional.
Por otra parte surgió en la reunión de La Paz el tópico de la expansión y crecimiento del protestantismo en América Latina. Con ritmos distintos pero el cristianismo de corte evangélico se ha extendido a lo largo y ancho de nuestro Continente. Hubo consenso acerca de que es en los pueblos indígenas donde, en las últimas décadas, el protestantismo tiene presencia creciente que representa ya una opción consolidada y con fuertes raíces internas. Tratar de entender por qué en unas regiones de Latinoamérica el cristianismo evangélico crece mucho más que en otras, es una tarea compleja y que debe ser desarrollada en equipo. Hace falta un acercamiento panorámico, por país, que consigne los antecedentes y estado actual del cristianismo evangélico. Esto con el fin de poder hacer comparaciones y diferenciaciones que nos permitan comprender las singularidades del desarrollo del protestantismo en cada nación, así como regionalmente.
Ya que la Consulta de la FTL tuvo lugar en Bolivia, la temática de las comunidades indígenas y el protestantismo concentró la atención de ponentes y asistentes. Porque como ya antes referimos, es en los pueblos indios donde el protestantismo evangélico se multiplica con más celeridad. Por lo tanto se hace necesario investigar tal hecho, con el fin de que sus ritmos y factores que le hacen posible sean expuestos e interpretados. Porque en un sentido es paradójico que sea en las comunidades tradicionales en las que haya más receptividad a una propuesta religiosa que en distintos círculos ideológicos, políticos y académicos es vista como indeseable para los pueblos originarios.
La ven así mayormente académicos, políticos y activistas que se han construido indios e indias imaginarios, que guardan poca relación con los de carne y hueso. Es constatable que los indígenas se están apropiando de un mensaje religioso relativamente novedoso para ellos, lo están recreando a sus propias condiciones e intereses, y lo diseminan vigorosamente. Con ello contradicen visiones ahistóricas, esencialistas, de lo que según algunos debieran ser los indios e indias. Los indígenas protestantes están demostrando que es perfectamente posible redefinir lo indígena con nuevos términos e identidades. Nadie tiene el derecho, ni debiera tener el poder, para definir quienes son indios verdaderos y quienes no.
El cambio religioso en los pueblos originarios de toda América Latina es una afirmación de que la pluralidad avanza, y no tiene que ser vista como peligrosa.

Por Carlos Martínez Gª, sociólogo, escritor e investigador del Centro de Estudios del Protestantismo Mexicano.
[Publicado en Protestante Digital, nº. 253, de 9-11-08].


DIÁLOGO RELIGIOSO / LIBERTAD RELIGIOSA

“EL ISLAM PUEDE SER TAN DEMOCRÁTICO COMO EL CRISTIANISMO O EL JUDAÍSMO”

Entrevista de Juan Luis Tapia, del ideal.com, a Francisco López Barrios, autor del libro “La conspiración de los ulemas”

El periodista y escritor granadino Francisco López Barrios, recordado por sus trabajos culturales en TVE, plantea en 'La conspiración de los ulemas' las grandes cuestiones relacionadas con el Islam contemporáneo. Para explicar y descifrar una serie de interrogantes, es ayudado en este título por Mansur Escudero, el presidente de la Junta Islámica. Lo que le ha movido ha sido dilucidar y responder a los planteamientos que se hacen los occidentales sobre el Islam.

¿Existen prejuicios respecto a ese pasado andalusí?
-Sí, en la medida en que lo nacional español se ha basado en la rotunda afirmación de la unidad cultural latina y religiosa, sin reconocer la riqueza y la diversidad de sus fuentes nutricias.

¿Qué tesis plantea en 'La conspiración de los ulemas'?
-Los ulemas, en su origen, eran los que sabían leer y escribir, dentro de un contexto cultural primitivo como era el de los beduinos, los árabes del desierto. Y, cuando digo conspiración, no me refiero a una conspiración concreta, sino a la identificación del clero, de los que 'interpretan' la revelación divina, con las clases sociales dominantes. Véanse los ulemas actuales en Marruecos o los antiguos al servicio de la familia Omeya y la salvaguarda de sus intereses.

¿Qué aporta su libro, qué defiende?
-Dicen los críticos que aporta un serio estudio sobre el siglo VI y los orígenes ideológicos del islam, entendiendo la ideología como un resultado de los conflictos materiales más allá de la revelación divina, además de sus posteriores choques entre modernizadores y radicales integristas. Y he querido decir, y creo que lo demuestro, que el islam puede ser tan democrático y actual como el cristianismo o el judaísmo, por hablar de otras religiones que pertenecen al mismo tronco fundacional.

Alianza de Civilizaciones

¿Qué opina de la Alianza de Civilizaciones propuesta por José Luis Rodríguez Zapatero?
Me parece interesante como proyecto teórico, pero de dudosa efectividad en la vida real. Las civilizaciones difícilmente pueden aliarse porque carecen de cuerpo jurídico. Otra cosa es que se fomente desde el poder, con mayúscula, el mutuo conocimiento. Pero en un régimen de estricta igualdad, y no de concesiones románticas y absurdas, por su valoración igualitaria de culturas que no sólo no son iguales, sino que unas son superiores a otras en contenidos de civilización y respeto a los derechos humanos.

¿Se ha demonizado al islam en Occidente tras los atentados terroristas?
-Sí, y con motivos justificados, Igual que en el islam se ha demonizado Occidente con motivos también justificados.

¿Qué opina de los integristas y cómo han influido en el concepto que tiene Occidente del islam?
-Un integrista es, básicamente, un ser desesperado que se siente incapaz de enfrentarse a la realidad. Pero en el Corán se habla de defender a los creyentes de las agresiones de los no creyentes y no de impedir el progreso basado en la inteligencia humana. Todo lo contrario, se reconoce la inteligencia como un don divino, como un reflejo de la voluntad de Dios.

¿Deben ser los países islámicos quienes busquen su propio camino a la democracia, como dice Tariq Ramadán?

-¿Cómo no? Los islámicos y los no islámicos. De eso se habla también en mi libro. Porque la democracia puede organizarse de muchas maneras y más aún con los nuevos sistemas de intercomunicación que hoy tenemos a nuestro alcance. Pero, en fin, no hablemos del mundo islámico como si se tratara de otro universo: se han dado regímenes republicanos laicos como el de Turquía, o socializantes, como los de los años sesenta en Argelia y Egipto. También en el mundo llamado occidental se han dado dictaduras integristas, como la de Franco, o socialismos radicales, como los de los países comunistas. Quiero decir que cada cultura tiene sus propios ritmos dentro de la evolución deseable hacia el respecto absoluto a las ideas ajenas, siempre que no colisionen, repito, con los derechos humanos. Esto debe quedar claro. Sin jugar a relativismos ni multiculturalismos absurdos.

¿En qué medida influye la inmigración en la visión del mundo musulmán?
-Es difícil juzgarlo. El musulmán se siente infravalorado, especialmente si es árabe. Invalidado y muchas veces invadido por Occidente. Por eso, reacciona defensivamente contra lo que le rodea, como, por ejemplo, en Francia, silbando al himno nacional francés en los grandes partidos de fútbol. Y por eso, sin saberlo, es víctima muchas veces de su propio rencor. Pero también hay signos esperanzadores y son muchos los intelectuales europeos y musulmanes que están planteando las bases de un Islam dinámico y evolucionado.

¿Cómo tratan los medios de comunicación occidentales las cuestiones del ámbito islámico y de la comunidad islámica española?
-En general, con un gran desconocimiento. Sobre todo en los países anglosajones. Y muy en función de las imágenes de barbarie que ofrecen las lapidaciones de las mujeres acusadas de adulterio o de la extirpación de manos o piernas en función de determinados delitos. Repito, imágenes de una barbarie de la que no se pueden excluir los bombardeos de Hiroshima o Nagasaki o las reclusiones de Guantánamo. Y es precisamente contra esa barbarie contra las que hoy, por fortuna, se anudan los lazos entre los nuevos musulmanes que, desde Europa y, especialmente, desde algunas comunidades españolas, plantan cara sin miedo a los que han manipulado y manipulan según sus intereses la revelación coránica.

[Publicado en ideal.es, 20-11-08].

DEL DISCURSO PAPAL EN RATISBONA AL FÓRUM CATÓLICO-MUSULMÁN EN EL VATICANO

Del 4 al 6 de noviembre de desarrolló en el Vaticano el primer encuentro del Fórum Católico-Musulmán nacido a raíz de la carta abierta que el 13 octubre de 2007, con ocasión del final del Ramadán (Eid-al-Fitr), dirigieran a Benedicto XVI y a otros representantes cristianos, 138 líderes musulmanes de 43 países distintos.
La carta de los intelectuales musulmanes (titulada “Una palabra común entre nosotros y vosotros”) se centraba en tres convicciones compartidas: “Dios es único, Dios nos ama y nosotros debemos amarle, y Dios nos llama a amar al prójimo”.
“Se trata de un texto muy interesante porque representa un documento nuevo, ya que procede sea de musulmanes sunitas que chiítas. Es un documento no polémico, con numerosas citas tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento”, señaló el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Inter-religioso a varias agencias informativas (Cf. ACI prensa 12 de octubre de 2007). También aseveró que las afirmaciones contenidas en la carta son “un signo esperanzador porque demuestra que la buena voluntad y el diálogo pueden vencer a los prejuicios. Es un enfoque espiritual del diálogo inter-religioso que yo definiría como diálogo de espiritualidades”.
En septiembre de 2007, el periódico Le Monde (Cf. Jean-Louis Tauran, le Monsieur Islam du Vatican; 14.09.2007) publicó una significativa radiografía del purpurado francés con declaraciones interesantes que manifestaban su punto de vista respecto al diálogo con los musulmanes. Como recogía el diario Le Monde, el cardenal Tauran no cree en un diálogo teológico-doctrinal entre cristianos y musulmanes sino en un “diálogo existencial”, sin ceder al relativismo ni a la intolerancia. Posiblemente esto explique los dos anexos que la Santa Sede logró colocar como añadidos al tema general del reciente encuentro bilateral entre católicos y musulmanes en el Vaticano, cuyo tema central fue “Amor a Dios, amor al prójimo” (los anexos que se añadieron fueron: los fundamentos teológicos y espirituales y la dignidad humana y el respeto recíproco).
Por su parte, Benedicto XVI respondió a la carta de los líderes musulmanes, a través del secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, con una carta dirigida al príncipe jordano Ghazi bin Muhammad bin Talal, presidente del Aal al-Bayt Institute for Islamic Thought, y uno de los firmantes de la carta: “Sin ignorar o disminuir nuestras diferencias en cuanto cristianos y musulmanes, podemos y debemos mirar a aquello que nos une, el hecho de creer en el único Dios, el benevolente Creador y Juez universal que al fin de los tiempos juzgará a cada uno según sus acciones. Todos estamos llamados a dedicarnos a Él y a obedecer su voluntad” (Cf. Risposta del Papa alla lettera aperta di 138 leader religiosi musulmani, 19 de noviembre de 2007).
De hecho, fue la carta-respuesta la que propuso organizar formalmente un encuentro de trabajo entre la delegación de los firmantes y el Pontificio Consejo para el Diálogo Inter-religioso, con la cooperación de algunos Institutos especializados (como el Pontificio Instituto de Estudios Árabes e Islámicos y la Pontificia Universidad Gregoriana).

La Lectio Magistralis de Ratisbona planteó la necesidad de un diálogo
Después de las violentas reacciones suscitadas en varios países de mayoría islámica tras la tergiversada interpretación mediática del discurso pontificio al mundo de la cultura en la universidad de Ratisbona, el 12 de septiembre de 2006 (para leer el discurso Fe, Razón y universidad. Recuerdos y reflexiones, se puede acceder en el siguiente enlace), se evidenció la necesidad de un diálogo auténtico entre el mundo católico y el islámico. En un inicio de poco sirvieron las palabras de Benedicto XVI en el Ángelus del 17 de septiembre del mismo año cuando confesaba que estaba “vivamente afligido por las reacciones suscitadas por un breve pasaje de mi discurso en la Universidad de Ratisbona, considerado ofensivo para la sensibilidad de los creyentes musulmanes, mientras que se trataba de una cita de un texto medieval, que de ningún modo expresa mi pensamiento personal”.
En este marco, la carta de los líderes musulmanes vino a ser como una gota de agua en medio del desierto. Pero el precedente inmediato de un diálogo constructivo se remonta al 22 de agosto de 2007. En un ambiente ya menos tenso, hebreos, cristianos y musulmanes reflexionaron sobre la Lección Magistral del Papa en Ratisbona durante el encuentro titulado “Dios salva la razón”, dentro del marco del Meeting de Rímini. Por la parte musulmana intervinieron relatores como Wael Farouq, docente de ciencias islámicas de la facultad copto-católica de El Cairo; Sari Nusseibeh, presidente de la universidad Al Quds de Jerusalén; y Joseph H. Weiller, por la parte hebrea, del European Union Jean Monnet Chair.
En opinión de Farouq, la Lección de Ratisbona fue una manera de profundizar y hacer conocer la relación entre fe y razón en el mundo árabe. Por su parte, Nusseibeh reconoció que “el problema tocado por Benedicto XVI no tiene que ver con la razón en cuanto tal, sino con la racionalidad que significa vivir con moderación” la propia fe. “No existen religiones fanáticas, existen personas fanáticas”, precisó. Este curso supuso un paso adelante en el diálogo inter-religioso sobre el tema de la relación entre fe y razón dentro de la religión.

Otras cumbres, encuentros y declaraciones islámico-católicas
Al Forum Católico-Musulmán le han precedido otros encuentros que han servido de apoyo y preparación. Ya en una entrevista al L´Osservatore Romano (Cf. 30.12.2007), el cardenal Jean-Louis Tauran refirió que “todo el 2008 se presentaba rico en reuniones”.
En febrero de 2008 tuvo lugar un encuentro en la universidad egipcia de Al-Azhar. También hubo acercamientos del Pontificio Consejo para el Diálogo Inter-religioso con la World islamic call society de Libia y con el Royal Institute for inter-faith Studies de Amán, Jordania.
Sin embargo, fue hasta el 5 de marzo de 2008 que se hizo oficial la creación del Foro Católico-Musulmán. La nota de prensa emitida y firmada conjuntamente por el cardenal Tauran y el jeque profesor Abdal Hakim Murad, decía: “Para desarrollar ulteriormente el diálogo católico-musulmán, los participantes acordaron establecer el Foro Católico-Musulmán y organizar el primer seminario del foro en Roma del 4 al 6 de noviembre de 2008. Participarán 24 líderes religiosos y profesores de cada una de las dos partes (…) Los participantes serán recibidos en audiencia por Su Santidad Benedicto XVI”.
La institución del Foro Católico-Musulmán fue catalogada de histórica por el presidente del dicasterio para el diálogo entre las religiones de la Santa Sede (Cf. L´Osservatore Romano, 30.12.2007). ¿Realmente lo es? Sí pues es la primera ocasión que el Vaticano puede establecer diálogo con una amplia mayoría de representantes musulmanes de las dos principales tendencias (sunnies y chiíes). Ya desde antes, el Pontificio Consejo para el Diálogo Inter-religioso había secundado iniciativas de coloquios con pequeños grupos, las más de las veces de una u otra tendencia por separado.
En esa línea, el Comité Islámico-Católico celebró su XIV encuentro en el Vaticano, del 11 al 13 de junio de 2008. El tema central abordado fue “Cristianos y musulmanes, testigos del Dios de la justicia, de la paz y de la compasión en un mundo que sufre violencia”. Presidió por la parte católica el cardenal Jean-Louis Tauran, y por la musulmana, el profesor Hamind bin Ahmad Al-Rifaie, presidente del Foro Islámico Internacional para el Diálogo (Yeda, Arabia Saudita). El encuentro fue importante pues se llegaron a acuerdos bilaterales como el reconocimiento de que 1-de la dignidad intrínseca de cada ser humano se derivan derechos y deberes fundamentales, 2-la justicia es una prioridad en nuestro mundo, 3-la paz es un don que exige el compromiso de todos, en particular de los creyentes; 4- la religión contribuye, si se practica auténticamente, a la promoción de la fraternidad y de la armonía en la familia humana.
Del 28 al 30 de abril de 2008 se celebró el VI Coloquio entre el Pontificio Consejo para el Diálogo Inter-religioso y el Centro para el diálogo inter-religioso de la Organización para la Cultura y Relaciones Islámicas de Teherán (chií). El tema central fue “Fe y razón en el cristianismo y en el islam”, desglosado en tres subtemas (1-Fe y razón, ¿qué relación?, 2-Teología como investigación en la racionalidad de la fe y 3-Fe y razón confrontada con el fenómeno de la violencia). Los participantes llegaron a acuerdos comunes sobre los temas tratados y acordaron una reunión dentro de dos años en Teherán.
Otra cita inter-religiosa, fue la que se tuvo en la capital española del 16 al 18 de julio de 2008. Nacida como iniciativa del rey de Arabia Saudita, estuvo organizada por la Liga del Mundo Árabe (www.themwl.org) y participaron más de doscientos representantes del cristianismo, el islam y el hebraísmo. Al final se articuló la Declaración de Madrid, un documento que reconoce “el origen único de la raza humana y la igualdad de todos los hombres, sin distinción de color, raza o cultura”.
La Declaración reconoce a la familia como el fundamento de la sociedad y su piedra angular, por ello pide su tutela y seguridad. A su vez, la Declaración de Madrid individua en el terrorismo “uno de los obstáculos más grandes para el desarrollo del diálogo y de la convivencia” y “un fenómeno global que exige esfuerzos internacionales para contrarrestarlo”. Por último, la Declaración invita a la Asamblea General de las Naciones Unidas a utilizar las conclusiones de esta conferencia para dar impulso al diálogo entre los seguidores de todas las religiones, organizando una sesión especial para el diálogo.

Más gestos
El cambio en ese clima de las relaciones entre católicos y musulmanes también ha tenido otros puntos a favor.
Benedicto XVI recibió en audiencia en el Vaticano al rey Abdullah de Arabia Saudita, el 6 de noviembre de 2007. La sala de prensa de la Santa Sede comunicó que el Pontífice y el rey saudí “reafirmaron el compromiso a favor del diálogo intercultural e inter-religioso, cuya finalidad es la convivencia fructuosa y pacífica entre personas y pueblos, y el valor de la colaboración entre cristianos, musulmanes y judíos para la promoción de la paz, de la justicia y de los valores espirituales y morales, especialmente para reforzar a las familias” (Cf. boletín telemático Vatican Information Service, 6.11.2007).
Muchos medios de comunicación valoraron positiva y esperanzadoramente la visita del rey Abdullah pues entre el Vaticano y Arabia no existen relaciones diplomáticas y es bien conocida la situación de los cristianos en aquel país.
Por su parte, el gran muftí de Siria, Ahmad Badr El Din, invitó a Benedicto XVI a visitar su país con motivo del año paulino, el pasado mes de julio de 2008. “Lo que quisiera decir al Santo Padre es que en este momento Damasco es la capital de la cultura árabe y al mismo tiempo es la capital del Año de san Pablo” refirió a un grupo de periodistas que participaban en un viaje organizado por la Obra Romana de las Peregrinaciones teniendo como marco el año dedicado a san Pablo.
El gran muftí quitó peso a las reacciones que suscitó el discurso Papa en Ratisbona y declaró: “En el fondo, entre religiosos, intelectuales, no hay pelea sino diálogo y discusión. Y yo espero que el Santo Padre tenga un papel fundamental en la paz del mundo”.

Resoluciones del Fórum Católico-Islámico
¿A qué acuerdos llegaron y qué consecuencias se pueden esperar de este foro? Al concluir el fórum el pasado 6 de noviembre, se hizo público un comunicado en el que representantes de ambos grupos hacen una declaración común reivindicando la dignidad y el valor de la persona humana, indistintamente de su sexo, religión o procedencia. En el apartado número uno, de los quince que tiene el documento, se muestra como la concepción de un Dios fuente de amor es compartida por ambas religiones. Para los cristianos, ese amor se muestra en Cristo, y es inseparable del amor al prójimo. Para los musulmanes, el amor es un “poder eterno trascendente que dirige y transforma el respeto humano mutuo”, y emana de Dios.
Al recibir en el Vaticano a los participantes en el Foro, Benedicto XVI inició valorando positivamente la carta de los 138 líderes musulmanes y ponderando el gran interés que despertó el seminario. Refiriéndose a los temas concretos abordados declaró: “El tema del Foro «Amor a Dios, amor al prójimo: la dignidad de la persona humana y el respeto mutuo», subraya todavía más los fundamentos teológicos y espirituales de una enseñanza central en nuestras respectivas religiones. (...) Estamos llamados a compartir con los otros el amor que Dios derrama sobre nosotros sin mérito por nuestra parte".
En este sentido, el Papa alentó en su discurso a “cooperar en la promoción del respeto auténtico de la dignidad de la persona humana y de sus derechos fundamentales, aun cuando nuestras visiones antropológicas y nuestras teologías lo justifiquen de formas diferentes".
Por eso mismo, el Santo Padre recalcó que “Sólo si reconocemos el papel central de la persona y la dignidad de cada ser humano, respetando y defendiendo la vida, que es un don de Dios, igualmente sagrado para los cristianos y para los musulmanes, encontraremos los puntos en común para construir un mundo más fraternal en el que las confrontaciones y las diferencias se arreglen pacíficamente y se neutralice el poder devastador de las ideologías".
Por último, Benedicto XVI lanzó un reto común para “demostrar, con nuestras palabras y por encima de todo con nuestros hechos, que el mensaje de nuestras religiones es indefectiblemente un mensaje de armonía y de entendimiento mutuo. Es esencial que lo hagamos, porque de lo contrario debilitaríamos no solo la credibilidad y la eficacia de nuestro diálogo, sino también nuestras religiones […] "Aunemos nuestros esfuerzos -concluyó el pontífice- (...) para superar todos los malentendidos y desacuerdos. Tenemos que decidirnos a superar los prejuicios pasados y a corregir la percepción, a menudo distorsionada del otro, que pueden crear todavía hoy dificultades en nuestras relaciones. Trabajemos juntos para educar a todas las personas, sobre todo a los jóvenes, en la construcción de un futuro común".

Jorge Enrique Mújica, L.C.
[Publicado en camineo.info, 12-11-08].

HACIA UNA TEOLOGÍA INTERRELIGIOSA
El fenómeno de las religiones es muy complejo: un Dios, multitud de religiones. ¿Dónde está la verdad? En España, el nacional-catolicismo lo resolvió con una afirmación simple y sencilla: todas las religiones son falsas; sólo la Iglesia Católica es verdadera y, por tanto, como, en frase de uno de sus teólogos, “el error no tiene derechos”, había que cerrar las fronteras, y efectivamente las cerró, a todas las otras religiones o confesiones cristianas distintas. Durante más de 300 años, España fue, o pretendió ser, una unidad religiosa, la reserva espiritual de Occidente. La Constitución de 1812, La Pepa, con todo lo que costó que se llegase a aprobar, decía pomposamente en su artículo 12: “La religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera. La Nación la protege por leyes sabias y justas y prohíbe el ejercicio de cualquiera otra.” Entre los protestantes hay también cristianos conservadores (mayormente, los evangelicales) que mantienen una posición análoga. Lo expresan de diferente forma, incluso llegan a decir que no son una religión, pero finalmente llegan a las mismas conclusiones.
Otro colectivo, el de los ateos
1, ha pretendido cerrar la discusión con otra afirmación igualmente simplista: todas las religiones son falsas y, por tanto, se ha de hacer todo lo posible para eliminarlas. Son un lastre que impide a la sociedad llegar a su mayoría de edad. Se basan en su propia y particular interpretación de la teoría de la evolución de Darwin, como si fuera un dogma inexpugnable.
Hay todavía un tercer grupo: el que afirma que todas las religiones son verdaderas, o, al menos, que en todas ellas hay un fondo de verdad.
Si dejamos de lado la postura negativa de los ateos, de la cual no es ahora el momento de hablar, es muy dudoso que, entre las religiones que actualmente se dan en nuestro entorno, se pueda hablar con propiedad de que unas son verdaderas y otras falsas. Lo verdadero y lo falso son conceptos que se adaptan mal a las actitudes humanas frente al misterio de lo sagrado. Por encima de los ritos, doctrinas y prácticas que se dan en las diferentes religiones, condicionados por la época, la cultura y las costumbres de los diferentes pueblos, hay una respuesta humana a lo sagrado que, fundamentalmente, es prácticamente la misma para todos los creyentes y, por tanto, para todas las religiones. Es, por tanto, importante que sepamos distinguir cuidadosamente entre la experiencia humana ante lo sagrado y su concreción histórica en prácticas religiosas específicas.
Si examinamos los elementos fundamentales de las diferentes religiones que conocemos, pronto descubriremos que lo más importante en ellas no es lo que las caracteriza y las distingue unas de otras, sino el hecho de que todas ellas representan una respuesta al misterio de lo sagrado. Todos los seres humanos, en un momento u otro de su vida, se ven abocados a confrontar la realidad del ser, la existencia y la realidad. Es la hora de examinarse a si mismos, de afrontar sus debilidades y tomar conciencia de sus limitaciones. Están obligados a hacerlo desde su perspectiva, cultura y circunstancias personales. Son hombres y mujeres distintos, ubicados en tiempos remotos o en la época moderna, viviendo situaciones muy diferentes, habitando tierras muy alejadas unas de otras, pero confrontados a la misma realidad de estar en la presencia de lo sagrado, lo que está más allá de los límites de su propia existencia y cae fuera de su capacidad de comprensión. La reacción de este ser humano ante esta presencia que, finalmente, se define como Dios, determina su existencia. También, a partir de ahí surge la religión, es decir, la respuesta humana a la experiencia de Dios. Esta respuesta puede tomar características muy distintas, ya que se ve obligada a hacer su propia adaptación histórica de la experiencia religiosa que, en primer lugar, es íntima y personal del individuo. Algunas religiones, sin duda alguna, lo han hecho con bastante acierto, otras, con graves errores. Pero, por encima de aciertos y errores, persiste el hecho de la motivación más profunda que es homologable para todos.
Religión, pues, es, en primer lugar, una experiencia de lo sagrado. El hombre tiene, ante la vida y la muerte, un sentimiento de dependencia. Se encuentra solo, toma conocimiento de los límites de su propia existencia y se abre al más allá de estos límites que lo agobian, a aquello que lo transciende y que le produce estupor y asombro. Es la experiencia del gran misterio de lo sagrado. Esta experiencia se da en todas las religiones y es lo que las justifica, más allá de las formas temporales e históricas que esta experiencia adopte y que constituyen una religión determinada. En el caso del cristianismo, la experiencia de la conversión a Cristo es el encuentro con lo sagrado que da nuevo sentido a la existencia. Conforme a nuestra doctrina, esta experiencia no es tanto el resultado de nuestra búsqueda de Dios, como el hecho de la revelación de Dios en Jesucristo. El centro del cristianismo, no reside en sus doctrinas, sino en el hecho de que Jesucristo ha sido el mediador de la revelación de Dios. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (Jn 1,18).
Esta experiencia del encuentro con Cristo es el punto central de nuestra fe. Es un hecho puntual que muy poco tiene que ver con nuestro conocimiento de la doctrina o de las prácticas de la religión cristiana. Es una experiencia profunda personal e intransferible, que involucra toda nuestra vida. Para unos, es el descubrimiento de la realidad de Dios, como el Dios vivo, el “fuego consumidor” (Heb 12,19). Para otros, será salir de formas primitivas de religión y acceder a la luz de la revelación en Jesucristo (1 Ts 1,9).
Ahora bien, en todos los casos, este encuentro cristiano con lo sagrado es homologable con las experiencias en otras religiones. Esto no quiere decir que sean igualmente válidas, pero les da una legitimidad y nos permite entrar en un diálogo que no sea el típico de sordos. Se trata de un diálogo en el que, a la luz de nuestra respectiva comprensión de Dios, nos ayudemos mutuamente a depurar nuestra práctica religiosa. No hay leyes concretas que rijan este diálogo, pero ha de quedar muy claro que lo que legitima una religión cualquiera es que su enseñanza sea humanizadora. Y, en esto reside la importancia del diálogo interreligioso. No se trata de discutir quien tiene razón, ni de donde está la verdad, sino de identificar en nuestro diario quehacer, qué es lo que nos hace más humanos y es positivo para la construcción de una sociedad más justa y pacífica. Finalmente, descubriremos, como ya hemos hecho en otras ocasiones, que el anuncio y la práctica del amor es el contenido fundamental de las religiones en el mundo. Los cristianos lo hemos dicho una y otra vez: Dios es amor y sólo el que ama conoce a Dios.

Enric Capó, teólogo y pastor de la Iglesia protestante de Barcelona-Centro (metodista). Publicado en Lupa Protestante, 15-10-08.
1Hay que distinguir a los ateos de los agnósticos. Estos últimos son los que en las encuestas suelen decir: No sé, no contesto.

NUEVOS MOVIMIENTOS RELIGIOSOS / SECTARISMOS

COMUNICADO DE “REDUNE” SOBRE “LA COMUNIDAD”

RedUNE, Asociación española para la Prevención de la Manipulación sectaria, presente en todas las Comunidades Autonomas, informa a los medios de comunicación, a las Instituciones Públicas, así como al mundo asociativo, que detrás de la denominada "MARCHA MUNDIAL POR LA PAZ" está la secta LA COMUNIDAD.
Esta entidad es la columna vertebral de lo que se conoce en España como el Movimiento Humanista, también Partido Humanista. Igualmente están registrados a nivel autonómico con otras denominaciones para confundir y difuminar su verdadero origen y función.
No es ninguna casualidad que el fundador de la supuesta ONG "Mundo sin Guerras", Rafael de la Rubia, sea igualmente alto dirigente en España del Movimiento Humanista. Esta entidad esta siendo utilizada como procedimiento de captación de personas y grupos para adoctrinarles en su actividad sectaria. Es un recurso más para penetrar en el mundo asociativo con una causa aparentemente "humanista". Pero el único fin que persiguen es la utilización indebida de causas solidarias para realizar proselitismo de la secta LA COMUNIDAD, y de su líder internacional MARIO LUIS RODRIGUEZ COBO, más conocido como "Silo". El origen de la misma está en Argentina.
Hay que recordar que esta entidad fue la promotora de la confusión en el ámbito político, de la creación por su parte del denominado grupo "Los Verdes Ecologistas". Dicha denominación originó en su momento gran confusión en el electorado, y posteriormente los Tribunales no les permitieron utilizar dicha denominación. Pues LOS VERDES, presentes en España y a nivel internacional, consiguieron que este proceder político no fuera utilizado para captar a personas, con el fin fundamental de engrosar adeptos al movimiento sectario.
También hay que informar que esta entidad está tipificada como grupo sectario por instituciones internacionales, entre ellas el Parlamento belga y francés. Lo peor de todo es que por medio de sus diversas pantallas legales consiguen subvenciones institucionales, acreditaciones para sus "causas" de personas reconocidas en el ámbito musical, de las letras y de la sociedad en general, que ellos lo utilizan como método de promoción y apertura hacia otros medios.
Es por todo ello que desde la Asociación RedUNE para la prevención sectaria instamos a los medios de comunicación, instituciones públicas y mundo asociativo, a informarse de cuál es el fundamento del Movimiento Humanista, y no dar alegremente acreditaciones a personas y grupos totalmente ligados con dicha entidad.
En este sentido cada vez vemos más necesario y urgente la constitución en España, al igual que en otros países europeos, de un OBSERVATORIO DE NUEVOS CULTOS Y GRUPOS DE RIESGO. Esta propuesta recientemente nuestra asociación la presentó al Presidente de la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados, el Sr. ALVARO CUESTA.
España, a diferencia de otros países europeos, aún no ha realizado ninguna propuesta de prevención del sectarismo, llevamos más de veintisiete años de retraso en este sentido.


Firmado: JUANTXO DOMÍNGUEZ
Presidente de RedUNE
juantxodominguez@msn.comwww.redune.org

TESTIMONIO: Mi mala experiencia con los mensajes de la Verdadera Vida en Dios (VVD) y las razones por las cuales creé el sitio http://www.infovassula.ch/tlighome_sp.html

Hasta el 1996, viví a Ginebra (Suiza), a unos cincuenta kilómetros de la región de Lausanne, en donde vivía Vassula en esa época. Soy católica de nacimiento y siempre quise vivir una vida fiel al Evangelio. Cuando vivía en Ginebra era muy activa en mi parroquia, en la cual era catequista benévola mientras terminaba mis estudios universitarios.
Entre los años 1993-94, mi director espiritual me presentó a la Sra. G., que apoyaba activamente a Vassula. La Sra. G. fue la primera persona que me habló de Vassula y me dio el primer libro de los mensajes. También me invitó a la conferencia que estaba por dar Vassula en el Consejo Ecuménico de las Iglesias (CEI), con sede en Ginebra.
Los mensajes de la Verdadera Vida en Dios (VVD) me parecieron un poco extraños, pero como nunca había leído revelaciones privadas, mantuve un espíritu abierto. Después de la conferencia de Vassula en el CEI, me sentí entusiasmada y compré más libros. Leyendo los mensajes, por primera vez sentí que Dios me amaba verdaderamente (el principal tema del primer libro es el Amor de Dios).
Pedí a Dios que me diera una señal. Como había asistido a la conferencia con mi madre, le recé a Dios para que me confirmara la autenticidad de los mensajes a través de ella; y ella lo hizo. Inmediatamente después de la conferencia, mi madre se manifestó positivamente impresionada por Vassula. Sin embargo, después de leer los libros se volvió escéptica. Pese a ello, en ese momento yo no consideré ese cambio de opinión como haciendo parte de la respuesta de Dios. (Ya no le pido más a Dios que me dé señales; no porque Dios no responda —siempre responde a las oraciones— sino porque tenemos tendencia a ver señales por todos lados y a interpretarlas como queremos).
Me volví rápidamente dependiente de los mensajes. Por "dependiente" quiero decir que sentía la necesidad de leerlos todos los días. Empecé a creer que la voluntad de Dios era que leyera y difundiera los mensajes. La Sra. G. me había dado unos 20 libros para distribuir entre mis amigos. Inmediatamente me puse a difundir los mensajes. Nunca había hecho una cosa semejante. Los mensajes repiten constantemente que la única cosa que Dios nos pide es la difusión de los mensajes de la VVD, y a través de ellos, el mundo se salvará.
En esa época, también era miembro activo de una asociación de lucha contra la pornografía adulta e infantil. Siempre lo había considerado un deber cristiano, pero después de leer la VVD, me pareció un trabajo fútil, y empecé a faltar a las reuniones de la asociación para tener más tiempo disponible para la difusión de los mensajes. Ya no leía el Evangelio porque había llegado a creer que los mensajes eran superiores a la Biblia ya que en ellos Jesús nos hablaba ahora.
Como lo descubrí rápidamente, la mayoría de las personas que leían los mensajes sentían lo mismo. La Sra. G. me dijo en una ocasión que leía los mensajes todos los días, y cuando tenía un poco de tiempo libre a disposición, lo usaba para leer de nuevo el primer volumen de mensajes.
Después de 3-4 meses de leer la VVD, mi comportamiento había cambiado lo suficiente para que mis padres lo notaran. Me había vuelto incapaz de soportar la más mínima crítica sobre Vassula, y tenía frecuentes y terribles discusiones con mi madre. Me había vuelto también muy sensible a cualquier cosa y lloraba frecuentemente. Me sentía culpable cuando me faltaban las ganas de leer los mensajes. No miraba más la televisión, ni leía novelas como lo hacía antes. Cuando tenía la posibilidad de irme de vacaciones, trataba siempre de elegir un convento para un retiro espiritual (con mis libros de la VVD, por supuesto). Aceptaba las invitaciones de amigos, solo cuando pensaba tener la oportunidad de difundir los mensajes.
Al cabo de 8-9 meses de leer la VVD, mi madre me desafió a pasar un día entero sin leer los mensajes. Le contesté que podía pasar un mes entero sin leerlos. Y lo hice. Me sentí culpable y me parecía escuchar una voz interior que me decía que actuando de esa forma estaba desobedeciendo a Dios. Pero pensaba que no lo hacía porque creyera que los mensajes eran falsos, sino porque amaba a mi madre y era una forma de convencerla que la VVD era una cosa buena.
De todas formas, continué sintiéndome culpable durante todo ese período, pero no cesé de pedirle a Dios que me ayudara. Empecé a leer la vida de Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz, y su profundo misticismo fue sorprendentemente refrescante. También sentía alivio al no tener que leer la VVD todos los días (aunque no me gustaba reconocerlo).
Ya en la tercera semana de "abstinencia" de los mensajes, Dios me dio la fuerza y la claridad de mente para observar lo que me había ocurrido durante los últimos meses. Por primera vez dudé sinceramente de la autenticidad de los mensajes y le pedí a Dios que me mostrara la verdad sobre la VVD.
Al finalizar el mes de "abstinencia", reanudé la lectura de los mensajes. Pero esta vez, las contradicciones entre la VVD y el Evangelio, me saltaban a los ojos. Llegué a un punto en que dejé de leer la VVD. Menos de un año después la
Notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe fue publicada.
Como consecuencia de mi adhesión a los mensajes, experimenté sentimientos de culpabilidad y de angustia durante casi dos años, ya que a pesar de no creer en la autenticidad de los mensajes, me había sometido yo misma a un lavado de cerebro para pensar lo contrario. Tenía la impresión de no poder fiarme de Dios, ni de la Iglesia, ni de mi misma. Me sentía profundamente traicionada por los sacerdotes que no me habían advertido o —peor— me habían alentado a leer los mensajes sin haberlos leído ellos mismos (mi director espiritual era uno de esos). Continuaba preguntándole a Dios por qué había permitido que se me engañara de esa forma, cuando Él era al único que yo buscaba.
Durante un tiempo experimenté la imposibilidad de rezarle a Jesús, porque los mensajes de la VVD (como cualquier otra falsa revelación) cambian la percepción que el alma tiene de la imagen y personalidad de Jesús. Cuando pensaba en "Jesús", la imagen que evocaba era la del Jesús-autor-de-la-VVD, que condena a todos aquellos que no creen en la autenticidad de los mensajes (a pesar de que la Iglesia enseña que las revelaciones privadas que no han sido aprobadas, no deben ser consideradas como auténticas, ni leídas, ni difundidas). Pero a través de la oración, Dios Padre reinstauró en mí la imagen de su Hijo.
Concluiré diciendo que, habiendo experimentado una creencia incondicional en una revelación privada no-reconocida como la VVD, estoy en grado de testimoniar hasta qué punto puede destruir el alma. La VVD parecía no contener ningún error (algunos teólogos y sacerdotes creen en estos mensajes). Todo parecía fiel al Evangelio, a la enseñanza de la Iglesia, al Papa. Me parecía haber desarrollado una fe y un espíritu de oración más profundos. Pero todo estaba construido sobre la arena. Si la revelación privada no es auténtica, y a pesar de ello uno elige creer en ella, termina por destruirnos espiritualmente.
Esta experiencia me enseñó la importancia de escuchar las advertencias y recomendaciones de nuestra Iglesia. Me mostró también cómo la búsqueda frenética de lo sobrenatural y del prodigio, puede poner en peligro el alma y transformarse en una insidiosa sepulturera de la fe. También me ayudó a comprender de una forma nueva las palabras de Jesús a Santo Tomás: “Felices aquellos que creen sin haber visto” (Jn 20, 29).
Tardé más de seis años para recuperarme totalmente de esta experiencia (y había leído los mensajes durante solo ocho meses). Sin embargo, no lo lamento. Esta terrible desilusión y el sufrimiento que experimenté, fueron utilizados por Dios para mostrarme su verdadero Amor por nosotros –el cual es incondicional— y me llevó espiritualmente a tener una fe más profunda y auténtica, basada sobre la simplicidad del Evangelio y la confianza en Dios y en su Iglesia.
Varios años después de estos hechos, algunas circunstancias me hicieron meditar que no podía quedar callada sobre lo que me había ocurrido. Es la razón por la cual he creado este sitio (en Internet). Como el sitio oficial de la Verdadera Vida en Dios (
www.tlig.org) es totalmente a favor de la autenticidad de los mensajes, mi sitio se dirige más bien a los elementos negativos y errores que se pueden encontrar en los escritos y que deben ser explicados. Esto no significa que no se reconozcan los elementos positivos que contienen los mensajes.
Deseo colocar este sitio bajo el patrocinio de San Antonio de Padua. San Antonio recibió una sólida instrucción como teólogo, y luego se unió a la recién fundada orden de los Franciscanos (de San Francisco de Asís). Salvó muchas almas y suscitó conversiones a través de su predicación y de su vida, caracterizada por la simplicidad, el sentido de la justicia, la pobreza y la humildad. En un tiempo de gran corrupción en el clero, le tocó confrontarse a la herejía cátara, cuyos seguidores llevaban una vida moralmente irreprochable. San Antonio tuvo que enfrentarse con la dificultad de hacer comprender los profundos errores de los cátaros a pesar de (y sin negar) el "buen fruto".
Que San Antonio interceda por nosotros, para que permanezcamos fieles a Dios Padre y lo glorifiquemos en nuestras vidas.

Por María Laura Pio. Si desea contactar con María, escribe a:
maria31x@yahoo.com

La Frase

No vayas fuera, vuelve a tí mismo. En el hombre interior habita la verdad.
(Agustín de Hipona)

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