28 nov 2008

BOLETÍN INFOEKUMENE DIFUSIÓN. SUBSIDIA. Nº. 3 - 27-11-08

ECUMENISMO

MENSAJE DEL PAPA AL ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ORACIÓN POR LA PAZ

Carta del Papa al cardenal secretario de Estado del Vaticano, Tarsicio Bertone, con ocasión del Encuentro Internacional de Oración por la Paz, celebrado en Chipre, del 16 al 18 de noviembre de 2008.

Al apreciado señor
Profesor Andrea RICCARDI
Comunidad de San Egidio

Apreciado profesor:
Me es un placer hacerle llegar el cordial saludo de Su Santidad, con ocasión del Encuentro Internacional de oración por la Paz. Saludo que usted hará extensivo con afecto a todos aquellos que tomen parte en los trabajos sobre el tema: "La civilización de la paz: religiones y culturas en diálogo".
El presente encuentro, organizado por la Comunidad de San Egidio y por la Iglesia Ortodoxa de Chipre, en el corazón del Mediterráneo, reúne durante tres días a personalidades de Europa, África y América Central, tiene lugar veintidós años después de la histórica jornada mundial de oración por la paz de Asís, convocada por el Siervo de Dios Juan Pablo II.
En aquella memorable circunstancia el amado pontífice exhortó a los presentes y al mundo entero a vivir el precioso encuentro, celebrado junto a la tumba de san Francisco, como momento de escucha recíproca, ocasión para "disipar las nieblas de la sospecha y de la incomprensión" y para pedir a Dios Padre el precioso don de la paz.
También vuestro encuentro es una intensa experiencia de comunión, gracias a la cual cada uno podrá abrir de par en par los ojos a la realidad y a la recíproca confrontación con los hermanos; representa, además, un momento de auténtico y recíproco conocimiento de las diferencias, de las singularidades y de los elementos que nos unen.
Sólo a través del camino del diálogo y del esfuerzo sincero es posible integrarse en este "multiforme y poliédrico cosmos lingüístico", dentro del precioso joyero que es la Creación, confiada a la responsabilidad y al bien de todos.
Tenemos que estar firmemente convencidos de que la paz, como recuerda el Santo Padre Benedicto XVI, "es a la vez un don y un deber": don y deber que tiene que ser acogido, porque proviene de la multiforme sabiduría de Dios, pero también custodiado, desarrollado y madurado, porque los frutos que pueden brotar de esta fecunda planta dependen también de nuestra responsabilidad personal y de nuestro incansable empeño. "El criterio --escribió Su Santidad en el Mensaje para la Jornada Mundial de la paz del pasado año-- en el cual debe inspirarse esta respuesta debe ser el respeto de la 'gramática' escrita en el corazón del hombre por el divino Creador" (n. 3).
El Sumo Pontífice, deseando que el encuentro internacional de oración por la paz ofrezca a los participantes la posibilidad de una futura relación y de un crecimiento común, asegura su recuerdo en la oración. Invita a mantener alta la llama de la paz, alimentada por gestos cotidianos de caridad y de amistad fraterna, y de corazón envía a todos una especial bendición apostólica.

De corazón acompaño mi cordial augurio para que el encuentro internacional sea un éxito, y aprovecho las circunstancias para dirigir a usted y a los participantes mis distinguidos saludos.

Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado
DECLARACION DE GUATEMALA

CONSULTA AGAPE: VÍNCULOS ENTRE POBREZA, RIQUEZA Y ECOLOGÍA: PERSPECTIVAS ECUMÉNICAS DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
Guatemala, del 6 al 10 de octubre de 2008

Convocados por el Consejo Mundial de Iglesias, el Consejo Latinoamericano de Iglesias y el Concejo Ecuménico Cristiano de Guatemala, se realizó la Consulta AGAPE: Vínculos entre Pobreza, Riqueza y Ecología: Perspectivas Ecuménicas de América Latina y El Caribe, los días 6 al 10 de octubre de 2008, en el Centro residencial universitario “La Salle”, de la ciudad de Guatemala.
Esta consulta se inició con un pre-encuentro en el cual hombres y mujeres de fe, de las pastorales de Juventud, Mujer y Justicia de Género y Pueblos indígenas, interpelados por el evangelio de la justicia, compartimos experiencias en cuanto a la realidad que vivimos en América Latina y el Caribe sobre los temas de Pobreza, Riqueza y Ecología.
Desde la perspectiva de nuestra fe, abordamos y reflexionamos los siguientes aspectos:

I. La situación global

La crisis climática
La crisis climática es inducida por los seres humanos, especialmente por las industrias de los países del Norte, principales responsables del efecto invernadero. Algunos países han firmado el Protocolo de Kyoto y otros acuerdos en el seno de la Comunidad Europea, sin embargo, hay países que no tienen voluntad política para comprometerse en reducir las emisiones de dióxido de carbono. En algunos casos se han planteado medianos y largos plazos para la implementación de sus políticas, lo que resulta insuficiente para detener el daño ambiental.
La deuda ecológica puede atribuirse a la destrucción de los ecosistemas, con propósitos de consumo humano, especialmente el consumo irresponsable en el Norte, así como a las empresas petroleras, de extracción de gas, mineras, madereras, mega proyectos hidroeléctricos, grandes agronegocios, y otras que explotan los recursos naturales para sostener un modelo, que está poniendo en riesgo a las comunidades locales y al planeta en su conjunto. Hay una grave corresponsabilidad de las instituciones financieras internacionales, que financian proyectos de extracción de recursos importándoles poco sus consecuencias sociales y ambientales. Se agudiza el panorama con la crisis del agua. Las graves sequías e inundaciones sin precedentes, han provocado la falta de acceso al agua potable y saneamiento.
En la actualidad, las migraciones campo-ciudad y al exterior, se han incrementado ostensiblemente, por falta de oportunidades locales de superevivencia, incluso debido a persecución política, generándose procesos de ruptura familiar, violencia y desarraigo cultural.
Los países post-industrializados, principalmente del Norte, a través de sus formas de producción y consumo; así como las instituciones que en nuestros países reproducen modelos patriarcales; tienen una deuda social y ecológica con la humanidad y con la Tierra. Esta deuda acumulada por siglos de saqueo y depredación ha generado destrucción, muerte y pobreza. Se nos ha impuesto un sistema que pone en el centro al mercado en vez del ser humano y la naturaleza, que nos esta impactando de manera devastadora.

“Crisis alimentaria”
Aunque en el mundo se exportan productos agrícolas por valor de más de 500 mil millones de dólares al año, 8 millones de personas mueren cada año de inanición y de enfermedades relacionadas con el hambre y 840 millones de personas, incluidos los agricultores y trabajadores agrícolas, padecen escasez de alimentos. Durante el año 2007, la producción mundial de granos aumentó 4 % en relación con el 2006. El problema del hambre en el mundo no es, entonces, falta de alimentos, sino que millones de seres humanos no pueden comprarla. El problema central de esta situación (alta producción de alimentos, aumento de precios de los mismos) proviene de la creciente concentración monopolizadora de la industria agroalimentaria mundial.
Al mismo tiempo, corporaciones transnacionales están tratando de controlar el otro elemento esencial del ciclo de la vida: el agua, presentándolo cada vez más como algo normal e inevitable.
La búsqueda de combustibles no fósiles ha llevado a la utilización creciente del trigo, la soja, el maíz para la producción de agro combustibles, con lo cual se encarecen los granos y se reducen el acceso de la población a su consumo.

Crisis financiera
La crisis financiera global se origina en la usura y acumulación sin fin que son propias del capitalismo, exacerbadas por el neoliberalismo, con las graves consecuencias negativas a escala mundial. El salvajismo bancario de 700 mil millones de dólares o aún más en Estados Unidos, según los expertos, significa una carga a pagarse por parte de los pueblos dada la capacidad del capitalismo transnacional de transferir sus crisis a los países periféricos del sistema. Este dominio del capital financiero es inédito y va de la mano con la especulación y el endeudamiento de los países periféricos de los cuales los países centrales extraen flujos inmensos de recursos limitando la inversión social: salud, educación, vivienda, vialidad, agua potable y otros.

Distribución de la riqueza
El producto mundial por habitante actualmente alcanza los 6.954 dólares, lo que supera 8 veces la línea de pobreza, y permitiría con holgura satisfacer las necesidades básicas y la eliminación de la pobreza mundial, mediante una adecuada redistribución social de la riqueza. Sin embargo, 2.600 millones de personas, equivalente al 40 % de la población mundial, están afectadas por la pobreza, y entre ellas, 1.000 millones viven en condiciones de extrema pobreza. Esta situación muestra una profunda iniquidad, que lejos de atenuarse, se ha incrementado a escala mundial, reduciendo la participación de las regiones en desarrollo, con excepción de China e India. En particular, América Latina y África han perdido su participación en el ingreso mundial. Este proceso de incremento de la desigualdad social en el mundo se ha acentuado con la globalización y la aplicación de políticas neo-liberales a escala planetaria.

América Latina y El Caribe
Además de la desigualdad entre países, existen grandes diferencias sociales entre personas al interior de los mismos. América Latina y el Caribe han sido consideradas como las regiones de mayor desigualdad social en el mundo, y la evidencia confirma que estas desigualdades han tendido a profundizarse en las últimas décadas.
La imposición del modelo neoliberal que privilegia lo individual y la acumulación del capital, ha profundizado las desigualdades entre los pocos ricos y los millones de pobres; modelo que ha saqueado y destruido la creación con el único interés de la acumulación desmedida. Este modelo se ha convertido en una gran maquinaria de producción de pobreza y de miseria. Los gobiernos también son responsables por beneficiar los intereses del capital y de los grupos de poder económico, en desmedro de la mayoría de los pueblos. Esto ha creado estructuras administrativas y legales para sostener el sistema y un articulado método de corrupción, alentados por los países “desarrollados”, las corporaciones transnacionales y autoridades gubernamentales, en beneficio de sus intereses.
El modelo neoliberal impulsa una reducción drástica del papel del Estado en la economía, la austeridad fiscal, las privatizaciones, la adopción de políticas favorables al libre mercado y la apertura comercial internacional.
En América Latina existen 100 millones de jóvenes entre 15- 24 años. Hay 10 millones de jóvenes desempleados, 22 millones por diferentes razones no estudian ni trabajan, y más de 30 millones trabajan informalmente en condiciones precarias.
El modelo económico neoliberal y sus políticas impactan a las comunidades y de manera diferenciada a las mujeres, empobrecidas cada vez más por la privatización de los servicios de salud y educación; además de la discriminación salarial, el incremento en las horas de trabajo y el encarecimiento de los productos básicos, así como la destrucción de sus fuentes de vida. El trabajo doméstico no visibilizado y no reconocido subsidia el modelo económico global.
Por otro lado, la relación trabajo-producción-dominación da lugar a diversas formas de explotación: el ser humano al servicio de la producción, y no ésta al servicio del ser humano. El trabajo, proclamado bíblicamente como gracia y fuente de realización humana, ha sido reducido en su dignidad y en su sentido enriquecedor de la espiritualidad.
A pesar de todos los procesos de exclusión social, económica, religiosa y política, los pueblos continúan resistiendo y dando alternativas para cumplir con el objetivo del buen vivir. Han surgido gobiernos que defienden los intereses nacionales y populares y esta tendencia se está extendiendo en la región.
Anhelamos el nacimiento de un nuevo mundo fundado en: 1) la Cosmovisión indígena que ve a la tierra como madre, más que como un reservorio de recursos a ser explotados y que ve a la persona humana como parte de la creación. 2) Los principios feministas que promueven modelos no jerárquicos en la toma de decisiones y la justicia de género. 3) La energía, el entusiasmo y la actividad creativa de los jóvenes.
En este sentido queremos fortalecer los signos de esperanza en América Latina. En los últimos años hemos constatado un gradual retiro del neoliberalismo que se observa en: 1) el fortalecimiento de los movimientos pueblos indígenas, los campesinos y de las mujeres, que luchan por la justicia social, económica y ecológica, especialmente por la soberanía alimentaria y exigen la rendición de cuentas a sus gobiernos. 2) El incremento de gobiernos democráticos en Bolivia, Ecuador, Venezuela y Paraguay y otros quienes reclaman independencia económica de sus países y promueven políticas sociales orientadas a superar la pobreza y la inequidad en la región. 3) El desarrollo de iniciativas regionales que demuestran la creciente cooperación Sur-Sur y la solidaridad entre países de América Latina y el Caribe, tales como el Banco del Sur, el Fondo del Sur y la Alternativa Bolivariana para las Américas –ALBA-.

II. Nuestras alternativas y compromisos

1. Implementar la soberanía alimentaria y promover la economía solidaria y comunitaria que valore e impulse el desarrollo del buen vivir, donde los excedentes no tengan un afán de lucro, sino el beneficio a los involucrados.
2. Crear alianzas con organismos afines a la causa buscando la cooperación, fortaleciendo el diálogo de las iglesias y las organizaciones sociales, para la incidencia pública.
3. Crear espacios institucionales donde las mujeres, los pueblos indígenas, los jóvenes y las personas con capacidades diferentes, participen activamente en la toma de decisiones; reconociéndoles en sus capacidades propias para alimentar alternativas justas, propiciando el ejercicio de su práctica como actores políticos y fortaleciéndoles para transformar su entorno familiar, eclesial y social.
4. Promover la integración de las personas con capacidades diferentes a la vida de las iglesias y la sociedad.
5. Denunciar los impactos ecológicos locales y globales que las empresas transnacionales, mineras, petroleras y otras, están causando en nuestros países, destruyendo nuestras fuentes de sustento y empobreciendo aún más a las comunidades.
6. Promover la anulación incondicional de la Deuda Externa y la implementación de auditorías en cada uno de los países endeudados. Reconociendo que la deuda externa ha sido uno de los mecanismos de saqueo de las instituciones multilaterales (BM, FMI) y sus aliados; causando, entre otros desastres, el crisis climática y generando, además, una deuda social y ecológica con nuestros pueblos.
7. Anunciar y proclamar un evangelio de justicia y de paz para todos los seres humanos y la Creación.
Desde la perspectiva de las mujeres
8. Desmantelar, desde la teología pastoral feminista Latinoamericana y Caribeña, cualquier mito religioso que perpetúe y justifique la histórica desigualdad entre hombres y mujeres.
9. Apoyar decididamente las acciones llevadas a cabo por las mujeres en la lucha por sus derechos, rechazando enérgicamente todo aquello que genere cualquier tipo de violencia hacia las mujeres.
10. Deslegitimar los discursos y prácticas fundamentalistas, vinculadas a la voz de algunas iglesias que intervienen con sanciones, prescripciones y prohibiciones en asuntos ciudadanos referidos a la salud sexual de la población y particularmente de las mujeres, ya que esto tiene un alto nivel de incidencia en la salud reproductiva y en el incremento de VIH-SIDA.

Desde la perspectiva de los pueblos indígenas:
11. Promover una conferencia mundial de Iglesias pueblos indígenas donde se pueda planificar estrategias de trabajo para construir un modelo más justo y solidario desde la perspectiva de los pueblos indígenas.
12. Estimular la aplicación de un marco jurídico nacional e internacional, como el convenio 169 de la OIT (Organización internacional del trabajo). La Declaración de los derechos de los pueblos indígenas de la ONU, constituciones, leyes y reglamentos internos, que garanticen los derechos colectivos.
13. Concientizar a las iglesias para que apoyen la devolución de las tierras ancestrales y del patrimonio cultural, comprometiéndose a denunciar las masacres y genocidios que han sufrido los pueblos indígenas.

Desde la perspectiva de los jóvenes:
14. Sensibilizar a los jóvenes e iglesias para generar actitudes responsables y saludables, pasando de una actitud de protesta a una actitud de propuesta solidaria de acción y acompañamiento.
15. Consenso sobre nuevos valores que nos permitan llevar un nuevo modelo civilizatorio y comunitario de una juventud conciente.
16. La implementación de marcos legales e institucionales para la juventud, a nivel de gobierno, de organizaciones sociales e iglesias.
Que el Jesús restaurador de la dignidad de toda criatura endeudada, empobrecida y violentada, nos inquiete hasta el día en que veamos “los cielos nuevos y la tierra nueva”; que el Espíritu Santo, animador de la esperanza y promotor de solidaridad, fortalezca la certeza de esta visión profética; y que el Dios potenciador de todo esfuerzo encaminado a lograr la plenitud integral de la Vida, nos provoque a luchar incansablemente por la construcción e instauración de su Reino.
III. Recomendaciones a las iglesias
1. Las iglesias tienen un desafío muy amplio, por un lado una primera tarea visibilizar las características depredadoras y anticivilizadoras del modelo neoliberal, mientras que la gente no tenga conciencia clara del carácter inhumano y depredador del modelo no tendrá las herramientas para tratar de cambiarlo.
2. Las iglesias deben acompañar activamente la resistencia de los pueblos por sus derechos. Esta resistencia hoy día tiene múltiples expresiones: derechos económicos, sociales, culturales, políticos y ambientales, está en las comunidades por la defensa del agua, por la resistencia contra la minería, por la defensa del bosque, por la defensa de los ríos, está en la resistencia de los movimientos de las mujeres, los pueblos indígenas, los jóvenes y de múltiples organizaciones sociales y civiles. La diversidad de frentes de resistencia al modelo neoliberal obliga a desarrollar estrategias de acompañamiento y participación por parte de las iglesias dado que hay una gran dispersión de las luchas y de los procesos.
3. Las iglesias deben promover los resultados de los estudios sobre las necesarias limitaciones éticas, económicas y ecológicas a la acumulación de capital.
4. Las iglesias deben utilizar todo su capital ético y espiritual para convertirlo en instrumentos de una amplia movilización y articulación de movimientos y actores sociales, que permita encontrar caminos para la construcción de otro tipo de lógica para la reproducción de la vida.
5. En nombre de la fe que nos vincula a través del amor y nos hace una sola comunidad habitando el mundo creado por Dios, desafiamos a las Iglesias a levantar su voz profética, denunciando las injusticias y anunciando las buenas nuevas.

LA BIBLIA: TRADUCCIÓN INTERCONFESIONAL

Gracias al irrenunciable empeño de los traductores, Sociedad Bíblica de España y La Casa de la Biblia y de los editores (Sociedad Bíblica de España - Sociedades Bíblicas Unidas, Biblioteca de Autores Cristianos y Editorial Verbo Divino) La Biblia, Traducción Interconfesional (BTI) a la lengua castellana es ya una realidad. Esta traducción, que ahora felizmente podemos presentar, es el resultado del trabajo conjunto de biblistas de las distintas confesiones, protestantes y católicos iniciado en 1973 con la traducción del Nuevo Testamento, cuya primera edición se publicó en 1978.
Con esta Biblia ampliamos nuestro catálogo de traducciones interconfesionales en las principales lenguas del mundo. Concretamente en España disponíamos hasta ahora de la Biblia, en versión popular, Dios Habla Hoy (DHH); de la traducción en lengua catalana La Bíblia Catalana Interconfessional (BCI) publicada en 1993; de la Biblia en euskera Elizen Arteko Biblia (EAB), aparecida un año más tarde, y de una traducción del Nuevo Testamento y de los Salmos en asturiano publicada en 1997. Todas estas traducciones han sido elaboradas en el marco de los acuerdos entre el Secretariado para la Promoción de la Unidad de los Cristianos de la Iglesia Católica, y las Sociedades Bíblicas Unidas. Acuerdos firmados en 1968 y ratificados en 1987.
El principio orientador que ha marcado el paso a esta traducción ha sido el de “equivalencia dinámica”. La traducción ha sido efectuada a partir de las lenguas originales hebrea, aramea y griega. Para el Antiguo Testamento se ha tomado como texto base la Biblia Hebraica Stuttgartensia, aunque también se han tenido en cuenta los manuscritos hebreos descubiertos en Qumrán, y las antiguas traducciones bíblicas (griegas, siríacas y latinas), particularmente la versión griega llamada Septuaginta. Para el Nuevo Testamento hemos utilizado el texto griego de la edición crítica The Greek New Testament.
El texto bíblico propiamente va acompañado de las correspondientes introducciones y notas a pie de página. Las introducciones son de dos tipos: a) generales a los distintos bloques de libros; b) particulares a todos y cada uno de los libros.
En cuanto a las notas, están distribuidas en dos grupos o apartados: a) el de las notas estrictamente tales que tratan de iluminar los aspectos históricos, geográficos, literarios y culturales del texto, o bien ofrecer otras posibles opciones de traducción, pero sin entrar nunca en cuestiones de interpretación; b) el apartado de referencias paralelas en el que se consignan, sin tratar de ser exhaustivos, los principales pasajes bíblicos relacionados con el texto concreto que se traduce.
Los libros griegos del Antiguo Testamento, también llamados Libros Deuterocanónicos, se han colocado, al igual que en las otras ediciones interconfesionales de la Biblia, en un bloque propio entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.
Esta Biblia interconfesional se complementa con los siguientes materiales auxiliares: un amplio vocabulario de los principales términos bíblicos; una detallada sinopsis histórico-literaria; una tabla de pesas, medidas y monedas que trata de ajustar lo más posible la equivalencia entra las pesas, medidas y monedas consignadas en la Biblia y las actuales; una reseña del calendario hebreo y su equivalencia al nuestro; y una sección de mapas que orientan sobre los lugares concretos donde tuvieron lugar los acontecimientos que se narran en la Biblia.

Los editores
Biblioteca de Autores Cristianos
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www.bac-editorial.com La Biblioteca de Autores Cristianos fue fundada en 1944 con la finalidad de ofrecer al público en general un conjunto de obras fundamentales que le permitieran conocer mejor las fuentes literarias del cristianismo. Las ediciones de la Biblia, santos padres y doctores, autores medievales y renacentistas, fuentes del derecho, documentos del magisterio de la Iglesia, entre otras, realizadas por la Biblioteca de Autores Cristianos, se cuentan, en su conjunto, entre las aportaciones más importantes de la Iglesia española a la cultura y constituyen uno de los exponentes más egregios de su patrimonio inmaterial. Editorial Verbo Divino
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www.verbodivino.es Desde sus inicios, Editorial Verbo Divino, como institución perteneciente a la Congregación de Misioneros del Verbo Divino, ha destinado sus mejores esfuerzos a la difusión de la palabra de Dios por todos los rincones de la tierra.
Con el paso del tiempo, esa vocación de difusión de la Biblia y de estudios relacionados con ella se fue reforzando hasta el punto de que, en la actualidad, Editorial Verbo Divino es una de las casas editoras españolas con mayor proyección mundial en producción y difusión bíblica orientada, ante todo, hacia Hispanoamérica. La Sociedad Bíblica (SB)
Las Sociedades Bíblicas (SBU)
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www.sociedadbiblica.org La Sociedad Bíblica de España trabaja ininterrumpidamente desde 1836 en España, sin ánimo de lucro, traduciendo, editando, distribuyendo y promoviendo el texto bíblico. Es una de las 145 Sociedades Bíblicas nacionales que forman la fraternidad de las Sociedades Bíblicas Unidas (SBU), atendiendo a más de 200 países. La labor fundamental de la SB y las SBU es la traducción desde los textos bíblicos en las lenguas originales, hebreo, arameo y griego, a todas las lenguas del mundo.

Los traductores
Su nivel de traducción
La BTI (Biblia, Traducción Interconfesional) no es una traducción exclusiva para un único público y excluyente de todos los demás. Aunque también es cierto que, por sus características particulares, es una traducción especialmente apta para personas con un nivel lingüístico medio-alto. Para traducir se ha recurrido a un amplísimo vocabulario; se ha operado con los recursos del castellano actual en sus diversos géneros y estilos; y las enormes posibilidades del castellano coloquial y literario han sido puestas al servicio de este magnífico trabajo.
La BTI es una traducción de la Biblia iniciada a finales del siglo XX pero contando con los recursos lingüísticos, filológicos, arqueológicos, geográficos, históricos, informáticos, etc., más recientes, lo cual la convierte indudablemente en una de las traducciones punteras de los primeros decenios del siglo XXI.
Sociedad Bíblica (SB) • Sociedades Bíblicas (SBU)
La labor fundamental de la SB y las SBU es la traducción desde los textos bíblicos en las lenguas originales hebreo, arameo y griego, a todas las lenguas del mundo, sin ánimo de lucro. En la actualidad, y simultáneamente, se están llevando a cabo más de 600 proyectos de traducción, muchos de ellos de minorías. Aún quedan unas cuatro mil lenguas que no tienen ni un pasaje traducido de la Biblia.

La Casa de la Biblia
Desde su fundación en 1964, La Casa de la Biblia tiene como objetivo principal promover la lectura de la Sagrada Escritura en las comunidades y organizaciones de la Iglesia.
Con este fin, sus trabajos se han orientado en dos direcciones complementarias. Por un lado, es importante el esfuerzo realizado en el ámbito de la traducción del texto bíblico (“La Biblia”, “Biblia de América”, “Biblia Traducción Interconfesional”) así como en la elaboración de diversos comentarios a la Escritura. Y por otro lado, en el área de la Animación Bíblica de la Pastoral, son numerosas las publicaciones orientadas a la lectura de la Biblia en clave de Lectio divina y las actividades destinadas a la formación en distintos niveles (cursos, conferencias, jornadas de estudio). La Casa de la Biblia es una institución dirigida por la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos.

[José Luis Turiel. Publicado por camineo.inf, 08-11-08].

¿EVANGÉLICOS Y/O PROTESTANTES? 5 OPINIONES RELEVANTES ANTE EL RECIENTE DÍA DE LA REFORMA
Cuando nos interesa saber la definición exacta de un concepto, solemos buscar la palabra en la Real Academia Española. Pero no es así de simple si se trata de explicar con más profundidad el sentido de una palabra que define la identidad de una parte de la sociedad. Es lo que pasa, por ejemplo, con los conceptos ‘protestante’ o ‘evangélico’.
¿Qué significado tienen estos conceptos en estos momentos, en España? ¿Qué han significado en el pasado? ¿En qué medida definen un hecho social o un hecho religioso? ¿Qué imagen tienen en la sociedad? Con motivo de la aún reciente celebración del Día de la Reforma, hace dos semanas, hemos querido preguntar a algunas personas relevantes del protestantismo español cuál es su visión de la identidad protestante o evangélica.
ProtestanteDigital ha recabado vía email los puntos de vista de José de Segovia (pastor, teólogo y periodista), Carlos López (obispo de la Iglesia Española Reformada Episcopal, IERE, Comunión anglicana), Manuel Suárez (político, médico y miembro de la Junta Directiva del Consello Evanxelico de Galicia) y Jaume Llenas (pastor, abogado y Secretario General de la Alianza Evangélica Española). También se ha recogido la opinión del historiador y sociólogo mexicano Carlos Martínez García, investigador del Centro de Estudios del Protestantismo Mexicano.

¿Evangélicos o protestantes?

La utilización de un término es un primer paso para una clara identificación. No debería hacerse una distinción clara, opina Manuel Suárez: “Somos evangélicos y, como tales, somos los genuinos representantes del protestantismo histórico, somos profundamente protestantes”. El protestantismo busca “la vuelta a las raíces cristianas” y los “evangélicos somos los continuadores actuales más fieles a la raíz del protestantismo histórico”, basado en la Sola Fe, Sola Gracia, Sola Escritura. En cambio, Carlos López, cree que “algunos somos protestantes por nuestra historia y vínculos internacionales, otros son evangélicos solamente; por las mismas razones”. Así que “no se debería confundir unos con otros”.
La visión de Jaume Llenas apuesta más por el término ‘evangélico’: “Aunque somos herederos de la Reforma Protestante, me siento más cómodo con la denominación de evangélico”. La razón es que en muchos países europeos el término ‘protestante’ se refiera “a las denominaciones históricas”, mientras que el concepto ‘evangélico’ “es más amplio”. Pese a ello, “no todo lo que lleva el apellido evangélico me hace sentir identificado”. José de Segovia cree que “si al principio había cierta resistencia a utilizar el término protestante, fue sobre todo por el contexto social de los misioneros que venían a España”, que diferenciaban entre lo ‘protestante’, “demasiado tradicional, y ahora, demasiado liberal” de lo ‘evangélico’, que hacía más referencia a una “expresión viva de una fe personal” basada en la Biblia. Pero actualmente, para Segovia, “en los países de habla hispana, a la práctica”, se utilizan ambos términos, “indistintamente”.

¿Existe un “protestantismo social”?
Conforme en España los evangélicos empiezan a tener ya una trayectoria más asentada, surge la pregunta de si empieza a aparecer un tipo de protestantismo social, es decir, un grupo de protestantes o evangélicos no practicantes, como pasa por ejemplo, con una parte de los católicos españoles. Carlos López cree que “no se puede hablar de un protestantismo social”. Lo mismo cree Manuel Suárez, que si existen, “son muy pocos”, ya que incluso los que “no se reúnen en una iglesia, pero siguen fieles a su fe, con su sometimiento al Señor” siguen “siendo muy protestantes”. Uno es protestante por su fe, no por su pertenencia a una iglesia, así que esto “impide que podamos dejar de ser lo que somos”.
José de Segovia, en cambio, habla de “la existencia de una influencia social en personas que simpatizan con los evangélicos, pero que no están realmente comprometidos con una iglesia” como un fenómeno “relativamente reciente en España”. Esto se daría más entre latinoamericanos, pero también existía ya en las “denominaciones evangélicas históricas”, donde hay más miembros “en el papel que en la realidad”. Para Jaume Llenas, hace algunos años no existía un protestantismo social, pero “hoy es evidente”, piensa. “Hay personas que se calificarían como evangélicos y cuya relación con Jesús sería difícil de trazar”. Pero eso “no debería sorprendernos”, ya que es algo que sucede en mayor o menor medida “cuando desaparece la persecución” religiosa en una sociedad.

¿Qué piensa el conjunto de la sociedad?
Como grupo minoritario, los evangélicos siguen siendo “unos grandes desconocidos” para la mayor parte de la sociedad, como explica De Segovia. Lo religioso, en España “sigue siendo católico o no católico” hasta el punto que “muchos aún sigan pensando que, por ejemplo, los Testigos de Jehová son protestantes”. Además, la tendencia de los medios a resaltar a “tele-evangelistas y fanáticos fundamentalistas” lleva a que “se nos vea como un movimiento típicamente norteamericano, pese a nuestras raíces claramente europeas”.
También Jaume Llenas cree que el “trato sesgado” que se da a los evangélicos en los medios de comunicación no ayuda. Pero cree esta visión condicionada cambia, “cuanto más se acercan y nos conocen” las personas. También es un lastre para la imagen de los evangélicos, según Llenas, algunos “movimientos políticos de la derecha norteamericana”. Pero “esto forma parte de las sombras del movimiento evangélico al que pertenecemos”.
Manuel Suárez opina que en España “sigue tolerándose mal la disidencia: los ciudadanos católicos nos ven como personajes raros y los no católicos como sospechosamente religiosos”. A su modo de ver, fue negativo tanto “el nacional catolicismo que quería impedirnos cualquier manifestación pública de nuestra fe” como “el laicismo dogmático que quiere arrinconar en la privacidad todas las manifestaciones y las implicaciones de nuestra fe”. Por ello, la mejor receta para dar una clara visión de la identidad evangélica sería “no renunciar a lo que somos, sino ofrecerle [a la sociedad] lo mejor de nuestra identidad, por ejemplo, como abanderados de la lucha por la libertad de conciencia”.
El problema, según Carlos López, es el tamaño de la comunidad protestante. “Desgraciadamente, la sociedad casi no nos ve, y lo que piensa es que somos pequeños grupos de cristianos vinculados con el extranjero”, opina.

La etiqueta “fundamentalista”
Como se ha dicho, hablar de opinión pública también es hablar de medios de comunicación. Y precisamente de la prensa escrita y online, de la radio y de la televisión es donde ha llegado uno de los adjetivos como dice De Segovia, más “peyorativos, hoy” para los evangélicos: ‘fundamentalismo’. “Si hasta los ochenta, cuando se quería marginar a una iglesia, se decía que era una ‘secta’, hoy se le llama ‘fundamentalista’”. Opina De Segovia que de hecho, el término ha sido sacado de contexto, porque si un cristiano es fundamentalista por creer literalmente en la Biblia, habría que aplicar entonces este adjetivo “a casi toda la Historia cristiana”.
Para Llenas, el término en sí mismo (pese a que se haga un mal uso de él), no es negativo per se. “Cualquier persona que tiene unas profundas convicciones religiosas es fundamentalista, así que nosotros lo somos aunque a algunos les horroriza”. El precio que habría que pagar por no serlo, a la vista de la sociedad, “sería el de la indefinición y el relativismo”, y añade, “sinceramente, no creo que valga la pena pagar este precio”. También Suárez está de acuerdo en que si fundamentalismo significa una “vuelta a los fundamentos” cristianos, no hay ningún problema. “Ser fundamentalista evangélico es tomarse en serio la fe, lo que incluye un profundo concepto de la tolerancia, la que se practica desde la reafirmación en sólidos principios evangélicos, entre ellos la libertad de conciencia y el respeto a la disidencia”. Los fundamentos protestantes han sido básicos en la historia de Europa, y por ello, “los evangélicos europeos tenemos el reto de presentar estos principios sin complejos, con fidelidad a nuestras raíces, con plena coherencia, sin miedo a que los intolerantes nos quieran descalificar y acallar con la caricaturización del término ‘fundamentalista’”.

Lo que ha marcado el último siglo en España
Yendo un poco a la realidad de los evangélicos en España, y de la historia que han vivido en los últimos 100 años, Carlos López destaca, entre otros, a Santos Martín Molina, Obispo de la IERE y primer presidente de la Comisión de Defensa, “por su visión inclusiva e integradora”. Considera trascendental también a Adolfo Araujo, Secretario de la Sociedad Bíblica hasta mediados del siglo XX, que “con mente abierta sirvió a todas las iglesias evangélicas, creando un ambiente de confianza entre iglesias”. Samuel Vila, fundador de la Editorial Clie, “editando literatura evangélica conservadora”, también ha tenido, según explica López, un papel importante.
También Jaume Llenas cree que “debemos mucho a mucha gente”. Pero “esto ha sido un movimiento coral en el que todos hemos aportado”. Recordaría a “personas como José María Martínez, Juan Solé, José Grau, Ernesto Trenchard o José Cardona” y a “dos organismos que deberían destacarse por su peso específico, y por orden de antigüedad: Alianza Evangélica Española y FEREDE”.
Manuel Suárez pone el énfasis en el papel colectivo de los evangélicos como “pioneros y protagonistas en la lucha por las libertades civiles”, tanto en el primer período del siglo XX, “en el que los misioneros dejaron su huella” como durante la dictadura, un período de opresión que “dejó en nuestra identidad colectiva la huella del carácter de resistencia y autoafirmación, pero también la mentalidad de aislamiento social y de ghetto”. En el actual momento de democracia, cree Suárez, “aún no hemos desarrollado todas nuestras potencialidades como grupo con capacidad de influencia cualitativa importante”. La fórmula debería ser la de “mantenernos fieles a nuestra identidad y, desde ella, permear nuestro entorno”.
Por último, también José de Segovia une la historia de los evangélicos a la de España en su conjunto. Destacan, desde su punto de vista, la II República, y “las libertades sin precedentes” que llevó consigo. Después de la Guerra Civil, la opresión es total hasta que vuelven a recuperarse algunas libertades en el “periodo de tolerancia del tardo-franquismo, que nos lleva a la ley de libertad religiosa en 1980”. La larga época de falta de libertades, cree De Segovia, ha llevado a que “el proceso de integración de las iglesias en la sociedad española haya sido particularmente complejo”.

La importancia de las raíces de la Reforma
“Nuestra identidad como evangélicos ha sido moldeada en la Reforma protestante y fueron los reformadores quienes pusieron en nuestras manos algo fundamental en nuestra identidad: la Biblia; para hacerlo, muchos de nuestros antepasados pagaron el precio de su vida”, afirma Manuel Suárez. Es esencial volver “a lo mejor de nuestra historia como protestantes, redescubriendo que la identidad cultural, política y económica de Europa y del mundo occidental, sería irreconocible sin la Reforma protestante”. Hay que “volver a entrar en la historia desde la fidelidad a nuestra identidad”, que se inicia en “la iglesia del s. I y tiene su máxima expresión en la Reforma del s. XVI”.
Carlos López, como obispo reformado, tiene otra opinión: “Creo que los que no son reformados, ni pertenecen a las iglesias nacidas de la reforma del siglo XVI, ni deberían asociarse a una historia que no es la suya”. Según su opinión, “la mayoría del denominado protestantismo español, no existía antes de la Guerra Civil y de las cuatro denominaciones que existían (IERE, IEE, Bautistas y Hermanos) las dos últimas, carecen de relevancia en Europa y no tienen que ver con la reforma magistral que es la que ha configurado el carácter europeo actual”.
Por su parte, José de Segovia cree que “a pesar de lo que algunos creen, hoy en día hay muchos más evangélicos que antes identificados con la Reforma protestante”. Los nombres de Lutero y Calvino ya no provocan “cierta incomodidad”, como antes, sino que “la mayor parte de los protestantes son capaces de distinguir los errores que haya podido cometer cualquier reformador, del valor objetivo que tuvo este movimiento”. Pero habría que conocer más, a la vez, de los reformadores españoles: resulta “increíble” que sean tan poco estudiados, “cuando uno ve la importancia que tiene la obra de Juan de Valdés o la traducción de Reina-Valera”.
Por último, Jaume Llenas concluye que muchas veces los evangélicos desconocen su historia, pero “sin embargo, el Espíritu Santo lleva milenios actuando en su pueblo y nosotros somos la consecuencia de la fidelidad de muchos que vinieron antes de nosotros”. Llenas se siente “vinculado a ellos y soy [somos] parte de esta herencia, aún cuando no comparto todo lo que hicieron y los que vengan después de mí no compartirán todos mis puntos de vista”.

Los matices de lo evangélico
Puede ser interesante, para finalizar esta suma de puntos de vista, añadir una voz más, esta vez desde Latinoamérica, en concreto México. Es la de Carlos Martínez García, sociólogo, escritor e investigador del Centro de Estudios del Protestantismo Mexicano.
En un artículo publicado este pasado domingo en su
columna dominical Kairós-cronos, Martínez García destaca que “los evangélicos adicionan los siguientes componentes” a los principios clásicos del protestantismo (sola fe, sola gracia, sólo Cristo y sola Biblia):
1) Un enfoque, tanto devocional como teológico, en la persona de Jesucristo, especialmente en el significado salvífico de su muerte en la cruz.
2) La identificación de la Biblia como la autoridad final en materia de espiritualidad, doctrina y ética.
3) Un énfasis en la conversión o un “nuevo nacimiento” como experiencia religiosa que produce cambio en la vida.
4) Una preocupación por compartir la fe con otros (fuerte acento en misiones), especialmente a través del evangelismo*.
Por tanto, concluye, “todo evangélico es protestante, pero no todo protestante es evangélico”.
(*Puntos tomados de Alister McGrath, A Passion for Truth. The Intellectual Coherence of Evangelicalism, Inter Varsity Press, Downers Grove, 1996, p. 22).

[Publicado por Protestante Digital, ACPress.net, 18-11-08].

DIÁLOGO RELIGIOSO / LIBERTAD RELIGIOSA

INTERVENCIÓN DEL VATICANO EN LA CUMBRE INTERRELIGIOSA DE NACIONES UNIDAS

Intervención del cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso del Vaticano, en la sesión en la Cumbre Interreligiosa de las Naciones Unidas, el 12 de noviembre de 2008.


Señor presidente:
Con mucho gusto me asocio a todos los que me han precedido en esta tribuna para expresar, en nombre de mi delegación, la más profunda gratitud por la acogida que se nos ha ofrecido.
Tengo el privilegio de transmitiros el aliento cordial del Papa Benedicto XVI para quien la cultura de la paz es una necesidad, como testimonia su magisterio. Él mismo tuvo la oportunidad de expresaros aquí mismo la estima que siente por las actividades de la ONU.
¡Cómo no recordar hoy con motivo del tema que nos reúne --"la cultura de la paz"-- que la ONU, por su naturaleza y misión, debería ser una escuela de la paz! Aquí deberíamos aprender a pensar y a actuar siempre teniendo en cuenta las aspiraciones e intereses legítimos de todos. Aquí todos los países miembros tienen la misma dignidad y los intercambios cotidianos al igual que las grandes decisiones pueden hacer crecer el sentimiento de pertenencia a una misma familia. Al esforzaros por superar la mera lógica de las relaciones de fuerza para dejar lugar a la fuerza del derecho y a la sabiduría de los pueblos os convertís en "artífices de paz".
En esta tarea tan exigente, señoras y señores, los creyentes y sus comunidades tienen un lugar y un papel que desempeñar. Las religiones, a pesar de las debilidades y contradicciones de sus adeptos, son mensajeras de reconciliación y de paz.
En sus familias y escuelas, así como en los lugares de culto respectivos, los creyentes que rezan practican la solidaridad y alientan todas las iniciativas que contribuyen a la defensa de la persona y de la tierra, enseñando asimismo el lenguaje y gestos de paz. Se esfuerzan por escuchar, comprender, respetar al otro, confiar en él antes que juzgarle. Todas estas actitudes educan y abren un espacio a la paz.
Nosotros, creyentes, deseamos ofrecer a todos este patrimonio de valores y actitudes, pues estamos convencidos de que la paz "peligra por la indiferencia ante lo que constituye la verdadera naturaleza del hombre" (Benedicto XVI, mensaje con motivo de la Jornada Mundial de Oración por la Paz, 1 de enero de 2007).
Cada semana, millones de creyentes se reúnen en sus sinagogas, iglesias, mezquitas y otros lugares de culto para rezar. Hacen la experiencia de la fraternidad. Realizan la unidad en la diversidad. ¡Recuerdan a todos que "el hombre no sólo vive de pan"! Queremos poner a disposición de todos este "saber hacer". Al invitar a la interioridad, a la armonía consigo mismo, con los demás y con la creación, las religiones dan sentido a la aventura humana.
Para ello, en primer lugar, es necesario, claro está, que los creyentes sean coherentes y creíbles. No pueden utilizar la religión para limitar la libertad de conciencia, para justificar la violencia, para promover el odio y el fanatismo, o para socavar la autonomía de lo político y de lo religioso.
Por otra parte, al participar en el diálogo público en las sociedades de las que son miembros, los creyentes se sienten llamados a cooperar en la promoción del bien común, que sigue el surco de los valores comunes a todos, a creyentes y a no creyentes: el carácter sagrado de la vida, la dignidad de la persona humana, el respeto de la libertad de conciencia y de religión, el apego a la libertad responsable, la acogida de la las opiniones en su diversidad, el recto uso de la razón, el aprecio de la vida democrática, la atención a los recursos naturales, por citar sólo algunos.
En julio pasado, durante la Conferencia de Madrid, los participantes, pertenecientes a diferentes religiones, han afirmado, en la Declaración final, que el "diálogo es una realidad esencial de la vida. Es un medio importante para hacer que los pueblos lleguen a encontrarse para reforzar su cooperación... para buscar la verdad, contribuyendo de este modo a la felicidad de la humanidad". ¡Este es el diálogo que estamos practicando aquí, en estos días!
Para terminar, señor presidente, quisiera hablar ahora en nombre de la Iglesia católica para confirmar a la comunidad internacional su voluntad, tanto de sus pastores como de sus fieles, para seguir ofreciendo a todos sus hermanos y hermanas en la humanidad un espíritu --el de la fraternidad--; una fuerza --la de la oración--, una esperanza --la que ofrece Cristo quien "destruyó el muro de odio que separaba a hermanos enemigos " (Efesios 2,14)--. Estos son los valores que inspiran nuestra acción sobre el terreno, allí donde el ser humano sufre y espera.
¡Que todos juntos, sin renunciar a nuestros aspectos específicos culturales y religiosos, podamos trazar el camino hacia un mondo más seguro y solidario! ¡Vayamos más allá de la mera tolerancia y de compromisos inciertos! ¡Hagamos que la fraternidad no sólo sea un ideal, sino una realidad!

“EL SI A DIOS EN TIEMPOS DE POCA FE”

Libro de la autora argentina Inés Riego de Moiné, entrevistada por Omar Arcega de “El Observador”, Querétaro, México.

¿Qué ideas o circunstancias le impulsaron a escribir este libro?

En realidad fueron ideas y circunstancias a la vez dado que difícilmente las ideas puedan desvincularse de nuestra propia vida. En mi caso, desde hace muchos años vengo estudiando la mística -es decir, los caminos de búsqueda del encuentro y unión personal con Dios- y sus relaciones con la filosofía, las religiones y la vida misma, encontrándome con grandes silencios en este terreno en los discursos de la actualidad, principalmente de gran parte de los filósofos contemporáneos que ponen en tela de juicio la necesidad de este diálogo, cuando no su carácter absurdo. Pero, al mismo tiempo, y he aquí la circunstancia clave, alentadora y paradójica, me preguntaba cómo en este tiempo de cultura posmoderna en que predominan el nihilismo, la desesperanza, el relativismo y la indiferencia religiosa, existen aún sobre la Tierra millones de creyentes cristianos que dan su Sí a Dios cada día, desafiando por lo general un ambiente hostil para quien se atreve a creer.
Esta es una realidad que vivimos a diario los latinoamericanos y sobre lo que casi no hace falta dar ejemplos. Por eso intento en mi libro llevar a los creyentes -y también a los que se sienten lejos de la casa del Padre- un fuerte mensaje de esperanza y coherencia que nos permita repensar y revivir la fe como posible y razonable, esperable y esperanzadora, desde la experiencia concreta de cada cual y en un lenguaje sencillo, sin la gravedad del discurso teológico o filosófico puros. Y para que eso fuera posible había que ubicar este mensaje no dentro de una isla solitaria sino en medio de un gran continente dialógico, como lo es la realidad compleja de la persona humana que podemos comprender mirándola desde cuatro parámetros fundamentales e ineludibles : yo, el otro, la fe y Dios. Ellos marcaron los cuatro capítulos en que el libro se articula.

En su libro habla de doble crisis: de la razón y de la fe. ¿Cual es la relación entre ellas?

Hablamos de “crisis” de la razón y de la fe porque es la palabra que mejor refleja el estado actual de la cuestión aunque ésta sea una historia de décadas o siglos, pero no para mirar sólo la parte negativa de estas crisis -la poca fe de los creyentes sería una de ellas- sino sobre todo para advertir que estar en crisis puede ser también signo positivo de crecimiento y madurez si optamos por el camino verdadero y lo hacemos entre todos, en comunidad y comunión, con el compromiso y la seriedad que ello requiere.
El hombre conoce la realidad por la razón y por la fe y ambos modos de conocer son dones que Dios le ha dado al hombre para que alcance su plenitud, y el hombre así lo comprendió durante siglos respetando lo propio de cada nivel como un pendular armónico e intrínseco al Logos originario. Pero con el advenimiento de la modernidad, la soberbia se apoderó del hombre y la razón todopoderosa eclipsó a la fe, no permitiéndole ser un modo plenamente legítimo de conocer y amar, con lo cual la historia de la salvación humana dio un giro de 180º.
¿En qué consistió este giro? En que el hombre creyera que su salvación ya no pasaba por su fe en el Dios persona cuya esencia es el amor, sino por su acatamiento a los mandatos de la nueva diosa razón que vemos hoy deformada en sus muchas caretas destructivas: desde el hedonismo, el utilitarismo y la tecnocracia que caracterizan a nuestras sociedades marcadas por el individualismo, hasta el relativismo que siembra confusión en las mentes y en los corazones, sin dejarnos ver la luminosidad que irradian las verdades conocidas por la fe, únicas que verdaderamente salvan al hombre, no sólo para la vida eterna sino para una vida digna y feliz sobre la tierra donde ya comienza la eternidad, mano a mano con el rostro del hermano.

¿Cuáles son sus consecuencias?
Las consecuencias están a la vista de todos: un hombre que oscila entre la indiferencia y la poca fe, con una fe acomodaticia y débil cuando la hay, que sólo se acuerda de Dios en los momentos difíciles de su existencia, es en definitiva un hombre opacado, sin la mirada amorosa y compasiva de la trascendencia, inmanente e individualista, olvidado del otro, lo cual produce la caída libre de todos los valores y virtudes que son el suelo nutricio necesario para construir una humanidad digna de llamarse “humana”.
Signo de todo ello son: la violencia global que acecha a la puerta de nuestras casas; la terrible deshumanización que producen las adicciones sobre todo en nuestros jóvenes; el abismo casi obsceno que separa a los que tienen mucho de los que no tienen lo elemental para una vida digna; las corrupciones de todo tipo y a todo nivel que llevan a una falta de moral generalizada o, en el mejor de los casos, a una moral a la carta libre de responsabilidades; el irrespeto absoluto por la vida humana en sus inicios y en su término llegando este irrespeto a tener carácter de ley en muchos estados y países; los fundamentalismos de todo signo, la intolerancia y la xenofobia que siembran guerras por doquier; la indiferencia ante al dolor ajeno que es una especie de epidemia silenciosa que va endureciendo los corazones más nobles; y podríamos continuar largamente la lista de amargas consecuencias letales para el ser humano que, en su dimensión comunitaria, ya no puede dejar de habitar esta doble crisis.

¿Cómo superar ambas crisis?
Volviendo al mandato más elemental, y a la vez el más excelso, que Dios le pide al hombre: el mandamiento del amor, “ama a tu prójimo como a ti mismo”. Sólo ocupándonos con ahínco de poner en el lugar central de nuestra existencia este mandamiento sublime, podremos superar ambas crisis pues razón y fe recobrarían el carácter verdadero y sagrado del saber y el creer subordinados al orden superior del amor, de aquel “ordo amoris” de que hablaba San Agustín. Comenzaríamos así siendo testigos y colaboradores de Dios -“adiuctores Dei” como enseña San Pablo- en la gran revolución cordial (revolución del corazón) que está implorando nuestro tiempo. El mundo clama por ejemplos de vida, y nos lo reclama a nosotros los cristianos, que decimos tener la clave de la verdad.
Es hora ya de que no posterguemos más aquel “metanóete” -conviértete- de Jesús de Nazareth instándonos a la conversión personal, que, si se diera realmente, invadiría con sus efectos recíprocos a la sociedad entera porque el amor se transforma en responsabilidad por el otro, es difusivo, compasivo, contagioso, generador de esperanza y de futuro. Todo comienza con la toma de conciencia personal, con mirar a fondo el propio interior, y ver qué parte le corresponde a cada uno desde su pequeño o gran lugar para ir creando sinergias que transformen en bien los males que padecemos, en caridad los odios y rencores que nos van matando en vida.

¿Existe tensión entre la fe y la libertad? ¿De ser así como conciliarlas?
Sí, por supuesto que existe tensión entre la fe y la libertad, pero estemos seguros que nadie como Dios ha querido tanto la libertad del hombre. Si Él nos ha creado a su imagen y semejanza, también en la libertad humana está grabada a fuego su imagen. Pero, por lo general, los hombres malentendemos y distorsionamos la libertad pensándola sin límites y sin responsabilidades, sobre todo en esta época en que rendimos culto a una libertad extrema entendida como “estar libre de ataduras”, libre de todo vínculo.
Del mismo modo, la fe que me permite creer y darle mi Sí a Dios no sería tal si no se diera en el marco de mi actuar libre, porque de lo contrario ¿qué valor tendría para mí mismo un Sí forzado, necesario o coercitivo? Y ¿qué valor tendría para Dios un “Sí, te amo” si este sí no fuera libre? Pensemos en el amor de pareja, el mayor icono del amor de Dios: ¿qué varón o qué mujer aceptaría de su compañera o compañero un amor forzado, no libre?
Lo mismo sucede en la relación entre el hombre y Dios: Él, en su infinito amor hacia cada uno de nosotros, espera paciente, y tantas veces dolorosamente, que aceptemos su invitación a amarle mientras nosotros en muchas ocasiones le devolvemos tan sólo migajas de amor. Creemos en libertad y como no hay nada ni nadie que nos obligue a ello, la tensión estará siempre presente. Por eso necesitamos orar y pedirle a Dios las fuerzas necesarias para no claudicar. De eso se trata la fe, que en sí misma es conciliadora porque incluye a la libertad. El problema es otro cuando no hay fe, cuando el hombre no puede conciliar su libertad ante Dios, cuando no puede desfallecer ante su amor, un misterio de la conciencia humana que nos merece el mayor de los respetos.

Una de las ideas de su libro es que el sí a Dios es un sí al hombre ¿Cómo explicar la filantropía atea?
Muy interesante su pregunta, más en estos momentos de la historia en que la solidaridad para con el prójimo necesitado parece haberse convertido en un valor universal, que va más allá de la condición confesional, agnóstica o atea de las personas, lo cual habla de un proceso de madurez de la autoconciencia humana que debe alegrarnos mucho.
¿A qué obedece esta tendencia cada día más manifiesta? A que la naturaleza del ser humano no se modifica por sus actos o creencias y esa naturaleza común o esencia universal nos une como humanidad más allá de nuestras grandes diferencias, por eso la empatía -sentir con el otro- y la filantropía -amar al ser humano- son virtudes de humanidad que algunos desarrollan más que otros pero que están al alcance de todos.
Un creyente y un ateo participan de una misma ley universal que no siempre estamos capacitados o dispuestos a ver: somos en primer lugar personas y por ser personas sólo el amor puede definirnos, no la mera inteligencia o la racionalidad que no dan la tecla en lo esencial. Aunque escapamos de las definiciones porque ellas pertenecen al universo de las cosas, sí podemos aproximarnos a una certeza que el pensamiento personalista ha puesto en evidencia: somos en tanto y en cuanto somos amados, y si yo fui un hija o hijo no querido sé que Dios me amó desde el principio y en ese amor hace pie mi existencia entera. No me define el “pienso luego existo” sino el “soy amado luego existo”, y este orden del amor es el que Dios grabó en nuestros corazones y por eso un ateo puede amar tanto como un creyente.

¿Cómo educar en la fe en tiempos donde ésta escasea?
Si la fe es escasa hay que redoblar los esfuerzos y no quedarse de brazos cruzados, colaborando activamente con este desafío de educar en las verdades de la fe. La Iglesia que conformamos todos es la responsable de educar en la fe a las nuevas generaciones, pero no hagamos como que “a mí esa parte no me corresponde” porque tanto el educador formal, en el colegio y la universidad, como el informal, en la familia y la comunidad creyente, deben educar en primer lugar formándose para hacerlo con excelencia pero eminentemente con la propia vida, dando ejemplo de coherencia moral y de vida cristiana.
Los niños y los jóvenes están cansados de recibir mandatos y consejos de quienes no viven la fe auténticamente, sintiéndose muchas veces desilusionados de quienes son sus figuras emblemáticas en la fe. He aquí donde se necesita una renovación profunda partiendo de un gran “mea culpa” colectivo. Escucharlos, incluirlos, contenerlos, no condenarlos ni discriminarlos por no pensar como nosotros dando muestras de esa autenticidad amorosa que ellos piden a gritos silenciosos, sería el paso elemental para que la realidad de la fe sea un futuro posible para ellos, y por ende para la humanidad entera en breve.

Los hombres y mujeres del s. XXI ¿qué podemos hacer para transformar un ambiente de fe debilitada en un espacio de confianza en un Dios personal y amoroso?
Me animo a decir que el presente estado de debilidad de la fe es una gran oportunidad histórica que tenemos los hombres y mujeres de este siglo para producir el viraje necesario hacia un nuevo tiempo del Reino anunciado por Jesús, tiempo que debe estar signado por la confianza y el encuentro personal con el Dios Amor Trinitario. Durante todo el siglo XX los profetas modernos han hablado de “la agonía del cristianismo” (Miguel de Unamuno), “la cristiandad difunta” (Emmanuel Mounier), “la poca fe” (Alberto Wagner de Reyna), denunciando el estado de caída de la cristiandad por todos conocido, pero como nos lo había advertido ya nuestro místico mayor San Juan de la Cruz, hay un camino eterno que no debemos olvidar y que el mismo Cristo encarnó con su vida, muerte y resurrección: “para venir a serlo todo, no quieras ser algo en nada”.
Es decir, traduciendo esta sublime poesía a términos actuales, que bien podremos alcanzar el todo, la plenitud, pasando por este estado de poca fe parecido a la nada en que nos encontramos, la noche oscura de la humanidad. Hemos tocado ya ese fondo que nos permite ver la luz. Pero esto no debe quedarse en bonita metáfora discursiva sino que implica un trabajo a conciencia de todos los creyentes, un trabajo que debe pasar por reavivar las cenizas que los místicos supieron encender buscando con pasión y emoción el encuentro verdadero con el Dios de la vida que se hace carne en el rostro de cada hermano.
Los hombres y mujeres de hoy, hasta los que viven en los rincones más remotos del planeta, están ávidos de la experiencia de Dios -por eso la proliferación de sectas y propuestas espirituales de variada procedencia- porque ni los discursos religiosos, ni los pseudo caminos de la cultura actual sacian el anhelo más profundo del alma humana que es el encuentro y unión interpersonal con Dios, no porque ese deseo obedezca a un capricho absurdo, ni porque el impulso proceda del hombre a secas, sino porque el mismo Dios nos provoca con su amor desmedido a participar de su banquete, donde lo que se prodiga es precisamente amor, lo único que calma la sed humana.
Él nos amó primero y quiere de nosotros sólo un Sí transido de amor. Recordemos la pregunta insistente de Jesús a Pedro luego de su muerte y resurrección: “¿Me amas? Apacienta mis ovejas”.
[Publicado en ECUPRES, 5-11-08].

LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y DE CONCIENCIA: CONFLICTO GLOBAL

Las discusiones son muchas y la controversia aumenta en torno al conflicto entre la libertad de expresión y religiosa, en Europa y fuera de ella. Un análisis de la situación mundial y de las posibles soluciones a cargo de Mats Tunehag, Presidente de la Alianza Evangélica Sueca y Portavoz de Libertad Religiosa de la Alianza Evangélica Mundial, publicado con los títulos de:
- Libertad de expresión y de conciencia: conflicto global [Publicado en Protestante Digital, n. 251, 21-10-08].
- El equilibrio entre libertad de expresión y respeto [Publicado en Protestante Digital nº. 252, 28-10-08].
- La libertad de expresión en el Islam [Publicado en Protestante Digital, nº. 253, 4-11-08].

El conflicto entre libertad de expresión y de conciencia (I)


¿Debería permitirse a la prensa publicar viñetas que pueden ser ofensivas para los musulmanes? ¿Se debería pedir a los comerciantes que se abstuviesen de decir «Feliz Navidad» a sus clientes? ¿Es discriminatorio decir que la práctica homosexual está en desacuerdo con la Biblia? ¿Es correcto permitir que se construyan minaretes en Europa Occidental? La lista puede hacerse mucho más larga.
Necesitamos identificar algunos de los temas clave, para que no nos centremos en batallas secundarias y perdamos la verdadera guerra. En el núcleo de estos temas están la libertad de expresión y la libertad de religión. La libertad de expresión es fundamental y esencial para otras libertades y derechos, sin las cuales tampoco tendremos libertad de prensa ni tampoco el derecho para abrir debate político, ni libertad para manifestar creencias religiosas, ni libertad de expresión en el arte, la música, etc.
La Declaración de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas protege la libertad religiosa. El artículo 18 de la declaración tiene tres componentes principales: tener, expresar y cambiar la propia fe. Esto implica, entre otras cosas, el derecho de expresar la fe en el área pública, encontrarse con miembros de la misma fe, incluso en edificios designados, así como también cambiar de fe, o sea, convertirse.
Las democracias han desarrollado estos derechos a través de los años, mientras que la mayoría de los países gobernados por las leyes islámicas tienen un déficit con relación a la libertad y los derechos. Pero cada vez hay más ataques a los fundamentos de la democracia, incluso en el mundo occidental. Algunos musulmanes, secularistas y grupos homosexuales, piden aplicar restricciones de carácter extraordinaro a la libertad de expresión que afectaría negativamente a otros derechos humanos. Este artículo dará una breve mirada a algunos ejemplos alrededor del mundo. También analizaremos las preocupantes implicaciones de estos casos.
Un factor que todavía complica más estas cuestiones es el uso de la terminología y el significado de las palabras y expresiones. Hay diferencias significativas entre lo que las democracias occidentales quieren decir al hablar sobre la libertad de expresión y de religión y cómo estos conceptos son definidos y aplicados, por algunos, en la comunidad musulmana mundial. El Corán y las leyes islámicas (sharia) restringen gravemente los derechos humanos.
Además, necesitamos explorar hasta qué punto las interpretaciones del mundo islámico de la libertad de expresión y religiosa suplantan las leyes nacionales, incluso en países como Suiza, Alemania y Holanda. ¿Acatarán los ciudadanos y residentes las leyes del país o darán su lealtad a la sharia y a la comunidad mundial musulmana, la Ummah?
Los desafíos son muchos y complejos. ¿Cómo deberíamos responderles y que podemos aprender de Jesús? Este artículo intenta responder estas preguntas.

Una panorámica mundial
El concepto de libertad de expresión tiene muchas ramificaciones en el área de la libertad religiosa. En un mundo globalizado, donde las leyes son cada vez más internacionales, tenemos que entender mejor varias tendencias, peligros y oportunidades que nos pueden afectar a todos. Cada vez más los eventos mundiales señalan la importancia del tema.

- DINAMARCA
Las viñetas sobre Mahoma, publicadas en el periódico «Jyllandsposten» en Dinamarca, muestran claramente que estos temas son globales. Por todo el mundo los musulmanes provocaron disturbios, los imanes promulgaron fatuas y se produjeron boicots y duros enfrentamientos diplomáticos internacionales. También existieron demandas, explícitas e implícitas, para que la libertad de expresión y de prensa fuera restringida.

- SUECIA
Hubo un caso similar y también un desastre en 2007 cuando una foto de una obra de arte se publicó en un periódico. Esto se percibió como una ofensa por algunos musulmanes. El artista y el editor jefe recibieron amenazas de muerte y necesitaron protección y guardias de seguridad. El primer ministro sueco tuvo una reunión especial con embajadores de varios países musulmanes intentando apaciguarles.
En octubre de 2007 un anuncio aparentemente inocente en el metro de Estocolmo causó un debate nacional con políticos prominentes que pedían la prohibición de ese tipo de mensajes. El anuncio, patrocinado por la Alianza Evangélica Sueca, promocionaba mantener la definición legal de matrimonio de manera exclusiva para el binomio hombre-mujer (la mayoría de partidos políticos favorecían la introducción de un tratamiento para el matrimonio como de género neutro). El anuncio decía simplemente: «papá, mamá, niños»; pero aquellos que pedían una prohibición del anuncio dijeron que podía ser percibido como una ofensa a personas solteras, divorciadas o gays. Algunos incluso lo calificaron de «expresión de odio».
Otro caso, el del pastor Ake Green en Suecia, ilustra el punto donde la libertad de expresión y la libertad religiosa chocan. En Julio de 2003 indicó en un sermón, en su pequeña iglesia local, que la práctica homosexual es pecado según la Biblia. Aproximadamente un año después fue sentenciado a un mes de cárcel por expresar desprecio hacia los homosexuales. Posteriormente fue absuelto por el Tribunal Supremo el 9 de noviembre de 2005. Su caso resultó ser de importancia internacional y fue seguido de cerca por abogados y legisladores de todo el mundo.

- CANADÁ
Artur Pawlowski dejó la Polonia comunista donde los cristianos eran perseguidos. Su familia emigró a Canadá, un país con libertad de expresión y de religión. No obstante, en Agosto de 2006, fue bruscamente arrestado cuando estaba orando y leyendo la Biblia en la esquina de una calle llena de gente en el centro de Calgary. Pawlowski trabaja con drogadictos y personas sin hogar y muchos de ellos han sido restablecidos gracias a su ministerio. Pero, cuando manifestó pacíficamente su fe de forma pública, cerca de un área del “New Age Festival”, fue denunciado y posteriormente arrestado. Según su abogado Gerald Chipeur ésta no es la primera vez que pasa algo así; las libertades de expresión están siendo infringidas cada vez más.

- AUSTRALIA
El pastor Daniel Scot tuvo que huir de Pakistán a causa de la ley contra la blasfemia, pero terminó siendo acusado de ofender a musulmanes e islámicos en la democrática y «cristiana» Australia. La causa es que realizó un análisis comparativo entre el islam y el cristianismo en el seminario de una iglesia. Debido a este hecho, el pastor Scot tuvo que hacer frente como castigo penal a varias multas y a un tiempo de prisión por no querer retractarse públicamente de sus ideas y postura religiosa. A partir de esta situación su caso siguió un proceso según el sistema de los tribunales de Australia durante casi cinco años. Finalmente, a finales de Junio de 2007, el Consejo Musulmán de Victoria (Australia) estuvo de acuerdo en retirar los cargos contra el pastor Scot. Es importante señalar que tres estados de Australia tienen unas leyes que, en nombre de la tolerancia, no toleran la crítica –aunque sea la crítica aparente- al Islam. - PAKISTÁN
Las leyes contra la blasfemia en Pakistán (295-298) limitan gravemente la libertad de expresión y también la de religión, haciendo que sea delito el siquiera insinuar algo sobre el Islam que pueda ser percibido como negativo.

- NACIONES UNIDAS
Pakistán fue también el agente de la Conferencia Islámica que apoya la resolución que fue aprobada por el Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra en marzo de 2007. El mensaje básico y el propósito de la resolución es crear una «zona de libre crítica» hacia el Islam.
Vale la pena apuntar que los países islámicos y otros países no democráticos votaron a favor de la resolución, mientras que los representantes de los gobiernos democráticos votaron en contra. «En el fondo de esta resolución permanece un intento, por parte de la organización de la Conferencia Islámica, de imponer leyes universales anti-blasfemia -un delito que merece la pena de muerte en muchos países— y de esta forma abren agobiantes discusiones sobre creencias religiosas. Este es un desarrollo preocupante, especialmente desde que diferentes países por todo el mundo están incrementando el uso de leyes anti-blasfemia para castigar a las minorías religiosas por cuestionarse las creencias de la religión mayoritaria. Tales leyes ya no se limitan a los países islámicos; ahora se están pidiendo en sociedades democráticas. Individuos que llegan a Occidente para escapar de la persecución están de nuevo en peligro». (Tina Ramírez, Congressional Fellow for Rep. Trent Francks, USA)

- REINO UNIDO
Las Regulaciones de Orientación Sexual, así como una posible nueva legislación han causado una gran preocupación. Grupos cristianos, que creen que la práctica homosexual es éticamente incorrecta, están inquietos por las posibles implicaciones de estas leyes, que pueden limitar la libertad de expresión, especialmente a los cristianos a la hora de expresar sus creencias y valores.
El Dr. Don Horrocks de la Alianza Evangélica dice: «Existe un riesgo real de que la libertad de expresión sea severamente restringida y, en consecuencia, la gente sienta miedo de implicarse en debates legítimos».
El Instituto Cristiano advierte que esta ley se utilizaría para señalar a los cristianos. «Declaraciones razonables y respetuosas de las creencias cristianas a menudo se indican como «odio« por parte de gente que está enérgicamente en desacuerdo con ellas», se dice. «En una sociedad democrática las personas deberían ser libres para expresar sus desacuerdos sin miedo de censura por parte del Estado».
El NHS (Servicios Médicos & Hospitales del Estado) de Escocia ha emitido un folleto de 52 páginas destinado al personal del NHS. Para evitar la «discriminación» u ofender a personas lesbianas, gays, bisexuales o transexuales, el folleto instruye al personal para que cuide su lenguaje. Cuando se usan los términos «marido», «esposa» y «matrimonio» se asume que las relaciones son con el sexo opuesto y puede ofender a los no-heterosexuales. Así, se recomienda utilizar las palabras «pareja» y «ellos» para referirse a la pareja evitando de esta forma el problema. Cuando se dirigen a los niños, deben considerar usar los términos «padres», «cuidadores» o «tutores» en lugar de «madre» o «padre». En este ejemplo, «madre», «padre», «matrimonio», «marido» y «esposa» se convierten en sinónimos y ejemplos de lenguaje homófobo, y como tales podrían catalogarse, posiblemente como una manera de hablar «con odio». - TURQUÍA
La ley 301 contra la infamia de Turquía prohibe «insultar todo lo turco». El laureado Premio Nobel turco Orhan Pamuk ha sido acusado, así como otros islámicos conversos. Estos últimos están acusados de ofender «lo turco» por haber dejado el Islam.

- ESTADOS UNIDOS
Cada año en los Estados Unidos hay un debate y algún que otro fracaso legal sobre la expresión «Feliz Navidad» y la exposición en lugares públicos de árboles de Navidad.
¿Van a ser estos hechos interpretados como una ofensa a los no cristianos? En los EEUU el proyecto de ley HR 1592 sobre «Lenguaje de odio y delito» está siendo discutido en el Congreso. «Es una medida discriminatoria que criminaliza pensamientos, sentimientos y creencias, y provee mejor protección a unas víctimas que a otras a causa del estatus, elegido o propio. El proyecto de ley, tal como está propuesto, tiene el potencial de interferir en la libertad religiosa y la libertad de expresión y crea riesgos adicionales para el futuro». (Memorándum Alliance Defense Fund, Abril 9, 2007).

EL EQUILIBRIO ENTRE LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y RESPETO

El conflicto entre libertad de expresión y de conciencia (II)
Mientras es cierto que debemos defender enérgicamente la libertad de expresión, reconocemos a la vez la necesidad de ponerle limitaciones. La libertad general absoluta es anarquía; la libertad de expresión absoluta puede tener consecuencias indeseables.
Las libertades y los derechos necesitan ser definidos y operar dentro de un marco concreto, que relacione en armonía los sistemas éticos y legales.
Hay algunas limitaciones legales comunes a la libertad de expresión. No se puede instigar violencia, ni transmitir secretos militares o de Estado, y pretender estar ejerciendo la libertad de expresión. Hay también algunas otras limitaciones relacionadas con la calumnia y la difamación contra los individuos.
El derecho y la libertad para expresar los propios puntos de vista y opiniones de forma escrita, oral y artística significa inevitablemente que otros puedan diferir o incluso ofenderse. Pero esta es la naturaleza de la libertad de expresión. Nadie puede garantizar que nadie se ofenderá por un mensaje político, religioso o de otro tipo. Algunos pueden decir que Mahoma fue el último profeta, otros pueden estar en desacuerdo. Algunos pueden asegurar que Jesús es Dios y otros pueden pensar que eso es estúpido e incluso ofensivo. Algunos pueden estar de acuerdo con el matrimonio homosexual y otros con limitar los derechos de la práctica legal del aborto. Pero todas estas cosas son fundamentales para una democracia funcional, que está basada en el derecho individual de expresar y comunicar varias y muy diferentes opiniones. Hablar y escuchar
La libertad de expresión pone el énfasis en el que habla y en lo que se dice; el derecho de decir básicamente algo, incluso cosas que no son verdad, (por ejemplo, que la tierra es plana).
Una tendencia preocupante es el cambio que hace el oyente entre lo que realmente está oyendo y cómo lo percibe, incluyendo la posibilidad de que un individuo o grupo pueda sentirse herido u ofendido por su percepción de lo que ha sido expresado.
Esto supone un movimiento que traslada lo objetivo (lo que se expresa) a lo subjetivo (como es recibido y percibido). Esto es contrario a la norma fundamental de la ley de principios.
Se puede ver esta tendencia tanto en los medios de comunicación como en las legislaciones de muchas partes del mundo, muy a menudo relacionadas con los musulmanes o aquellos que siguen una práctica homosexual.
El fiscal, en el caso del pastor Ake Green declaró que «los homosexuales pueden haber sido ofendidos» por el sermón que ellos habían oído. No había ninguna instigación a la violencia en el sermón, y no hubo testimonios que testificaran sobre el perjuicio que pudiera haber sufrido alguien como resultado del sermón de Green. El énfasis se situó en los potenciales oidores y como ellos podía percibirlo subjetivamente; y por supuesto, si podía ser considerado ofensivo.
La absolución de Green por el Tribunal Supremo sueco hacía referencia a la Convención Europea de los Derechos Humanos (ECHR) que dice que los individuos tienen el derecho de expresar puntos de vista que pueden ser hallados ofensivos por otros: individuos, grupos o incluso el estado. De acuerdo con la ley sueca (Código criminal 16:8), el Pastor Green era culpable. De todas formas, el ECHR está incorporado en la ley sueca y tuvo prioridad.
Este y otros casos y debates públicos ilustran un cambio desde la libertad de expresión a «la libertad de oír»; del que habla al que oye; del como se dice al como se percibe; del instigar violencia al «fui ofendido»; de un criterio y unas leyes objetivos a subjetivos.

Leyes predecibles
Otro tema sobre este desarrollo de la libertad de expresión que se está produciendo es la pérdida de predictibilidad, otro principio del área de lo legal. Las leyes y las consecuencias cuando se desobedecen, deberían ser predecibles. Por ejemplo: por conducir a 60 km/h en una carretera donde el límite es de 50, hay parámetros objetivos, se impone una multa. La ley debe ser entendida y cada ciudadano puede actuar en consecuencia. Pero ¿cómo puedo saber si alguien puede sentirse ofendido por algo que digo?
En el ejemplo de las viñetas danesas, el periódico «Jyllandsposten» ejerció la libertad de expresión/prensa y publicó unos dibujos de Mahoma. La respuesta fue disturbios, amenazas de muerte, asesinatos, boicots y violencia con demandas implícitas y explícitas de «libertad de oír/ver».
El periódico operó dentro del marco legal y democrático, esto es indiscutible. Si la publicación fue inteligente y apropiada es otra cuestión y no debería confundirse con sus derechos legales.
La Conferencia Islámica, que consta de 57 países musulmanes, propuso una resolución que fue aprobada por el Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en marzo de 2007 en Ginebra, que estaba relacionada con las viñetas de Mahoma (Nota: no hay ningún consenso dentro del Islam en lo que se refiere a realizar dibujos de Mahoma. Se pueden comprar dibujos de Mahoma en Irán, por ejemplo).
La resolución de la Conferencia Islámica habla sobre el vilipendio y la difamación, pero es muy diferente de la legislación sobre libelo y difamación de las sociedades que se rigen por leyes democráticas. Hay varios defectos graves en la resolución. En primer lugar, se refiere esencialmente al Islam y a los musulmanes. En segundo lugar, tiene un concepto de la libertad de expresión basada en su contenido. En tercer lugar, es el mayor cambio del paradigma de las libertades y derechos individuales a la protección de un grupo y su supuesto «derecho» a no ser ofendido. Cuarto, esto presupone que la verdad en los temas religiosos puede y debería ser establecida en los Tribunales de Justicia (cf. Inquisición). «Esta resolución presenta una grave amenaza para los derechos de los individuos -tanto a los musulmanes como a los no musulmanes- para descubrir y vivir sus creencias religiosas sin miedo a padecer persecución. Es imprescindible que la comunidad internacional se levante en contra del apoyo de las Naciones Unidas a las leyes anti-blasfemia, y descubra qué son realmente estas resoluciones: justificaciones legales para socavar las libertades de religión y de expresión, e institucionalizar la intolerancia en contra de las religiones minoritarias» (Tina Ramirez, Congressional Fellow for Rep. Trent Franks, USA).
Así como discutimos sobre las leyes de blasfemia (Pakistán), las resoluciones sobre difamación (Naciones Unidas) y las «leyes de tolerancia religiosa» (Australia), también tenemos que analizar y cuestionar las leyes de blasfemia del Reino Unido y Noruega, así como también las limitaciones a la libertad de expresión en Alemania (donde es ilegal negar el holocausto) y en Francia (donde nadie debe negar el genocidio armenio).
Entonces, ¿hacia dónde vamos? Existe una tendencia a derivar de la libertad de expresión hacia el «derecho a NO ser ofendido» (en particular, parece ser, para los musulmanes y los homosexuales) y ¿de este modo limitar los derechos de los otros a expresar opiniones diferentes? «La libertad de oír» elimina la libertad de expresión. Las ramificaciones son enormes, una amenaza no sólo para la libertad religiosa sino para la propia democracia y, por lo tanto, para todos nosotros.

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN EL ISLAM

El conflicto entre libertad de expresión y de conciencia (III)

El término «Derechos Humanos» es utilizado por mucha gente. Pero esto no implica necesariamente que aquellos que lo usan tengan el mismo concepto de él; esto es importante tenerlo en cuenta cuando hablamos de libertad de expresión y religiosa. Buen ejemplo de ello son las declaraciones sobre derechos humanos de las dos principales entidades mundiales: Naciones Unidas (ONU) y la Organización de la Conferencia Islámica (OIC).
Las Naciones Unidas (ONU) se fundaron después de la Segunda Guerra Mundial. La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos está basada en la ética judeo-cristiana y fue establecida en 1948.
La Organización de la Conferencia Islámica (OIC) fue fundada en 1969, tiene 57 estados miembros y representa la quinta parte de la población mundial. Sus miembros producen la mayoría del petróleo y el gas del mundo. La OIC ha desarrollado y adoptado su propia declaración de derechos humanos, en parte para oponerse a la versión de las Naciones Unidas, declarando que los Derechos Humanos del Islam son diferentes. Estos países musulmanes han firmado la declaración de las Naciones Unidas, pero no la cumplen demasiado a la hora de ponerla en práctica y se aferran preferentemente a la versión islámica, llamada la Declaración de El Cairo.
La Declaración de El Cairo afirma que los 57 estados musulmanes deben acatar la declaración, pero además aclara que la declaración se aplica a la «ummah», o sea, a todos los musulmanes alrededor del mundo, incluso los que viven en países no musulmanes.
Esto es digno de atención y extraordinario. Es la norma de los tratados internacionales y de las convenciones que las naciones han firmado y se han comprometido a acatar. Pero la Declaración de El Cairo anula indirectamente las fronteras y las leyes nacionales, declarando que la interpretación de la sharia sobre los derechos humanos se aplica a todos los musulmanes sin tener en cuenta la ciudadanía ni el país de residencia. Esto significa que las leyes islámicas (y la Declaración de El Cairo) suplanta las leyes nacionales en cada caso y en todo lugar.
La Declaración afirma una y otra vez —en el preámbulo, en varios artículos y en la conclusión— que todo esta sujeto a la sharia y debería interpretarse a la luz del Corán y de las leyes islámicas. Por lo tanto, puede mencionar la libertad y los derechos, pero están limitados por el Corán y la Ley Islámica.
El artículo 10 de la Declaración de El Cairo trata de la libertad religiosa y afirma que la religión no debe ser impuesta, pero, por supuesto, sujeta a la sharia. Es un hecho conocido que todos aquellos que dejan el Islam están en riesgo y muchos son castigados, incluso con la muerte.
El artículo 18 de la Declaración de las Naciones Unidas trata de la libertad religiosa y tiene tres componentes principales: El derecho de tener, expresar y cambiar la propia fe. Pero en los países en los que el Islam tiene una mayor influencia hay limitaciones precisas en relación a la expresión de creencias y al cambio de religión; esta última especialmente para los musulmanes. En general, a los cristianos se les permite convertirse al Islam, pero es ilegal y peligroso para un islámico abandonar el Islam.
Esto es lo que dice la Declaración de El Cairo sobre la libertad de expresión: «Cada individuo tendrá el derecho a expresar su opinión libremente siempre y cuando no sea contraria a los principios de la shariah. Cada individuo tendrá el derecho de defender lo que es justo y propagar lo que está bien y advertir sobre lo que es malo y perverso, según las normas de la sharia islámica».
De este modo, la libertad de expresión es siempre interpretada y limitada por la sharia.
Las estadísticas muestran, una y otra vez, que los ciudadanos de países musulmanes sufren opresión; carecen de los derechos humanos y las libertades más elementales en lo que se refiere a la política, los medios de comunicación, la religión, la igualdad de género, etc. Se puede hablar de derechos humanos, pero las versiones islámicas del mismo tema conducen a lo contrario, como resultado de la supremacía de la ley de la sharia mundialmente en la fe y la práctica musulmanas.
Esto también afecta a la libertad de expresión y religión, el tema central de estos artículos. De esta manera, necesitamos ser conscientes que existen términos iguales o similares que pueden llenarse con diferentes contenidos.

EL TEMBLAR DE LOS TEMPLOS

Son abundantes los ejemplos de empresas políticas y militares que se han justificado por representar la voluntad de Dios, desde el antiguo Egipto, pasando por las cruzadas de todo tipo, la conquista de América, hasta los cristianos que hoy confían más en la razón de las armas que en el amor indiscriminado del Nazareno, y los islamistas que prefieren inmolarse en Su nombre, olvidando que alguna vez Mahoma dijo que la tinta del sabio era más valiosa que la sangre del mártir.
No hace muchos días alguien hacía la siguiente reflexión por la radio pública de Estados Unidos: "Siempre hemos dicho que Dios estaba de nuestra parte. ¿No será tiempo de preguntarnos qué hacemos nosotros por estar de parte de Dios?" Una luz verde y el río de autos que retomaban la marcha me impidieron distinguir el nombre del autor de estas palabras. Unas horas más de camino se escuchaba la voz aguda de Sarah Palin, casi a los gritos ante una multitud de seguidores. La candidata a la vicepresidencia recordaba la teoría -o habrá que decir, "el hecho", porque muchos conservadores odian las teorías- de la excepcionalidad de este país elegido por Dios. La idea de que "Dios está de nuestra parte" implica siempre que el sujeto activo somos nosotros; luego Dios decide apoyarnos en nuestros planes. También en el refrán castellano, según el cual el "hombre propone y Dios dispone", permanece implícita la idea de que es el hombre el que ejerce la imaginación creadora del mundo.
Sin embargo, estos lugares comunes de la narrativa social de la generación anterior ya no funcionan o han caído entre comillas. Lo significativo es que, siendo un fenómeno que se expresa desde un recambio generacional en Estados Unidos, se haya manifestado de forma tan abrupta, apenas en un año, como una cuerda que revienta ante el exceso de tensión acumulada.
Ken Mehlman, ex presidente del Comité Nacional Republicano, comentó en The New York Times que cuando George Bush ganó las elecciones en el 2004 el partido Republicano se encontraba en la posición más fuerte desde la Gran Depresión de los treinta. Pero aún antes de la crisis financiera del 2008, el presidente Bush ya había cosechado el rechazo a su gestión de más del setenta por ciento de la población, uno de los más altos de la historia de este país. En el 2006, los demócratas habían recuperado la mayoría de las cámaras baja y alta, lo que significa que el punto de inflexión y la vertiginosa caída comenzó por lo menos en el 2005. Ese es el año de Katrina.
Cuando este huracán azotó Nueva Orleans y la costa sur de Estados Unidos, varios líderes religiosos que habían apoyado al partido de gobierno manifestaron que Katrina había sido un soplo de Dios para castigar la ciudad del pecado. Pat Robertson, fundador del poderoso The 700 Club, de la Coalición Cristiana de América y ex candidato presidencial por el partido Republicano, afirmó que el huracán había sido enviado por Dios para persuadir a algunos jueces para que votasen en contra del aborto. Para evitar el asesinato de los por-nacer, según los pro-vida, Dios había decidido ahogar en el Diluvio a miles de ya-nacidos. Según Hal Lindsey, en cambio, Katrina era la prueba de que el juicio de América había comenzado, lo que significaba que estábamos próximos al "renacimiento de un Imperio Romano en Europa para dominar el mundo". Michael Marcavage, director de Repent America afirmó que Dios había destruido esta ciudad viciosa por haber permitido la celebración de un festival gay durante cincuenta años. En cambio, para Stan Goodenough, el fenómeno había sido el castigo de Dios al pueblo estadounidense por poner en peligro la tierra y el pueblo de Israel ("What America is about to experience is the lifting of God's hand of protection [...] the nation most responsible for endangering the land and people of Israel"). Charles Colson, ex consejero de Richard Nixon y actual comentarista de radio y colaborador de Christianity Today, dijo que Dios había permitido que ocurriese la tragedia del Katrina para recordar a la nación la importancia de ganar la guerra contra el terrorismo.
La idea de un Dios bondadoso que no acomete el dolor pero lo permite es un clásico de la teología, tanto como vincular un fenómeno climático con la ira interior de algunos individuos es un clásico del romanticismo.
Quizás Katrina fue un error de interpretación teológica, lo que demuestra la falibilidad de la ira interpretativa de los más importantes arengadores políticos en cada sociedad. Si Dios tiene por política actuar de formas tan indirectas, los hechos a largo plazo demuestran que el Katrina fue sólo el inicio del castigo divino a los administradores de su palabra, a sus ministros y voceros oficiales.
Uno de los pilares centrales del ascenso de los conservadores radicales en las últimas décadas fue el rechazo y la demonización del mundo exterior, especialmente del mundo socialista. El pilar central de los últimos años fue el rechazo y la demonización del mundo islámico, tanto como lo es para los islamistas más conservadores la demonización de Occidente. Aunque Obama no es socialista ni es musulmán, sino cristiano y liberal, la estrategia republicana de las últimas semanas antes de las elecciones del 2008 se centró en repetir que Barak Hussein Obama es socialista, teólogo de la liberación, musulmán o tolerante del islam y amigo de terroristas. Cuatro años atrás esta estrategia hubiese demolido al más blanco de los cristianos capitalistas. Lo significativo es que, como resultado electoral, no haya provocado ningún efecto.
Ya no sólo es una novedad y una rareza en el mapa político que un afrodescendiente sea el nominado por un partido tradicional sino que, además, llegue a la Casa Blanca. Es casi un misterio que ese hombre negro, o medio negro (lo que es peor, porque su madre era una antropóloga liberal y su padre un musulmán africano), sea un hombre de una cultura tradicional inaudita en un presidente y a ello sume el hecho de haber vivido hasta su adolescencia en un país musulmán, Indonesia, en un momento en que dominaba una dictadura militar apoyada por Estados Unidos. Y para peor, con ese nombre que el presidente Bush repitió tantas veces como el enemigo número uno de la nación. ¿Hubiese imaginado el presidente que metió a su país en Irak que al final de su segunda presidencia un Hussein lo sustituiría? Un Hussein que se opuso a la guerra desde el inicio y que ganó las elecciones, repitiendo que, como el Nazareno, también es posible dialogar con los enemigos. Un Obama que fue votado con entusiasmo por millones de norteamericanos a los que tampoco importó que su apellido suene similar al nombre del enemigo número uno, porque han visto algo más allá de las apariencias según las cuales estaban acostumbrado a pensar y a votar.
Los cambios más radicales de Obama -y en esto no cabe esperar demasiados cambios radicales- vendrán en el término de su segunda presidencia. Claro que también ésta es la fórmula perfecta para una tragedia nacional. Pero no vamos a especular con lo negativo ahora. Pero Barak Hussein Obama lo sabe.
En una curva veo una estación de servicio con la gasolina muy barata y me desvío para recargar. A mi lado, un hombre de gorra de los NY espera de pie que se llene su tanque. Está pensativo y algo inclinado sobre el dispensador, como si rezara ante un altar. Lo que me recuerda la recomendación de la gobernadora Palin de rezar en las gasolineras para bajar el precio del combustible. Aparentemente ha dado resultado, pero de la forma más imprevista. La crisis económica, que ha traído deflación de los precios, también ha asegurado la derrota de los oradores.+ (PE/La República)
Por Jorge Majfud, uruguayo, que vive en Estados Unidos, y es profesor en la Lincoln University.
[Publicado en ECUPRES, 07-11-08].


EN EL NOMBRE DE ALÁ

“En el nombre de Alá” es una obra del madrileño Manuel Martínez, autor que inició su carrera de escritor en Estados Unidos (ha escrito hasta el momento seis obras de teatro, dos de ellas en inglés), en la que lanza un severo interrogante: ¿qué ocurriría si una de las profecías de Nostradamus, aún no interpretada, se cumpliera? Con este pretexto argumental, el escritor destaca cómo la intolerancia, bien política, religiosa o de cualquier otra índole, puede acabar con todo lo que se ha construido a través de generaciones.
En la obra, un Nostradamus intemporal apunta que una de sus profecías puede plantear algo así como que Cataluña se separa de España y la gente adinerada se marcha, debido a la situación económica y a las guerras, empujada por una altísima inmigración musulmana. Es entonces cuando Cataluña se convierte en una república islámica y las guerras civiles acosan a esta zona durante más de veinte años. La historia que se desarrolla a partir de ahí parte, lógicamente, de las luchas ideológicas entre el cristianismo y el islam. En el nombre de Alá nos habla, fundamentalmente, de la intransigencia de las religiones y de los nacionalismos, pero también de la intolerancia de los unos con los otros.
"Los personajes de Manuel Martínez se mueven entre la razón y el sentimiento, entre el odio y la filosofía, cabalgando en esa línea que separa la fe de la razón y, claro, a veces se caen de un lado y a veces lo hacen del otro", señala el director del montaje, José Bornás, curtido en el teatro junto a profesionales como Eduardo Vasco y Helena Pimenta. En el nombre de Alá cuenta con un amplio reparto en el que no faltan profesionales de primerísimo nivel, como Ruth Gabriel, María Isasi, José Lifante, Pilar Barrera, Susana Hernáiz, Ivana Heredia y Mónica Caballero, entre otros. Además, destacan la escenografía y el vestuario de Víctor Navarro, y la iluminación de Miguel Ángel Camacho.
[Publicado en guiadelocio.com, R.T.].

NUEVOS MOVIMIENTOS RELIGIOSOS / SECTARISMOS

EL ESOTERISMO EN LOS QUIOSCOS: “ESPIRITUALIDAD” DE SALDO

Recientemente el boletín informativo Aceprensa publicó un interesante artículo sobre la difusión de material esotérico y de lo “paranormal” en España, firmado por José María Sánchez Galera.
Aunque se dice que vivimos en un mundo materialista, el supermercado de productos espirituales está más saturado que nunca. Surtido no tanto de religión, como de “espiritualidad”. La moda de temporada no es la búsqueda de Dios, siempre exigente y radical, sino los remedios inmateriales utilizables como recetas psicológicas a la carta y las revelaciones de supuestos misterios esotéricos. Basta ver que hasta nos los ofrecen en los quioscos de prensa.
De enero a junio de este año, el diario El País ha ofrecido a sus lectores la colección de libros y DVD Cuarto Milenio, formada por 25 capítulos. Inspirada en el éxito del programa que le da nombre, esta colección abarca “casos y enigmas de lo oculto”. Brujería, ovnis, poltergeist, fantasmas, exorcismos y visiones sobrenaturales constituyen algunos de los temas. Lo cual revela que, a la hora de las ventas por promociones, el talante positivista y secularista de El País no hace ascos a la superchería irracional.
En su edición televisiva, Cuarto Milenio mezcla tres ingredientes. Por una parte, asuntos carentes de base científica, como el aura, los bosques encantados, o el “hombre polilla”. Por otra parte, disputas que se sustentan en documentación más o menos contrastada: papeles desclasificados de la CIA, posibles paraderos de nazis fugados, hambrunas de la historia española. Y, por último, divagaciones delicuescentes acerca de sucesos macabros, fotografías borrosas, libros de alquimia o portulanos anónimos.
Supercherías con envoltorio progre
Cuarto Milenio (emitido en las noches de los domingos en el canal español Cuatro, del mismo grupo empresarial que El País) recoge las características más relevantes del esoterismo occidental. Sin llegar a ser el programa más popular, consigue un nivel suficiente de audiencia. El planteamiento del programa no consiste en admitir abiertamente todo el abanico que compone la cosmogonía post-cristiana: espectros, karma, chakras, dianética, civilizaciones perdidas, energías místicas, etc.
Íker Jiménez, su presentador, intenta aplicar a este tipo de cuestiones un escueto análisis científico, aunque sólo para advertir una pátina de misterio. En realidad, Jiménez ni afirma ni niega prácticamente nada, puesto que sólo señala conjeturas de lo más variado, por peregrinas que parezcan. Por ejemplo, bases militares secretas en la Luna, apariciones siniestras que sufría Felipe II en El Escorial, o la capacidad del agua de sufrir emociones.
La combinación de fantasía, morbo y unas gotas de investigación da al programa un aroma de atractivo misterio, y, a la vez, cierta credibilidad. Podría decirse que Cuarto Milenio sabe engranar relativismo y gnosticismo. Por una parte, renuncia a esclarecer los sucesos y desentrañar los mecanismos ocultos; se contenta con mostrar la complejidad del mundo, sin proclamar “dogmas” que lo expliquen. Por otra parte, da a entender que la verdadera verdad sólo resulta accesible a unos privilegiados que permanecen escondidos.
Lo “alternativo” se hace común
Desde la Ilustración gotean en Europa influencias orientales que, en muchos casos, están embebidas de cosmogonías específicas. Prácticas terapéuticas como el reiki, la acupuntura, el yoga o el taichi a veces entran en el mundo occidental acompañadas de explicaciones filosóficas que no encajan con el pensamiento grecolatino o judeocristiano.
La proliferación de este tipo de doctrinas, sumadas a las modas de amuletos, piedras de la suerte y refritos de esoterismos diversos, compone un magma en que cristalizan algunas actitudes neo-gnósticas. En bastantes ciudades europeas hay estancos que dejan de vender tabaco o papel timbrado, porque les resulta más rentable la comercialización de varas de incienso, sales de baño para aromaterapia, discos de música relajante y pirámides de cuarzo.
Ciudades como Barcelona celebran desde hace un par de décadas ferias de esoterismo, lo que implica una aceptación social bastante asentada. Ya no llama la atención la apertura de una tienda “alternativa” en cualquier calle. En este tipo de comercios se venden libros de “crecimiento personal”, junto con guías pedagógicas idénticas a las de cualquier librería, y alimentos macrobióticos.
Hasta hace unos años, estas técnicas se vinculaban a grupos con claro matiz religioso, por lo que eran interpretadas como ritos de sectas. Ahora existe una visión más relativista y más tolerante acerca de todo método de sabor esotérico, oriental o naturista. Incluso las leyes se adaptan a este fenómeno: algunos países aplican la Directiva 2005/9/CE de la Unión Europea (norma genérica sobre prácticas comerciales) para regular los términos de la relación mercantil entre los brujos, mediums o adivinos y sus clientes.
Confusa amalgama
En la tesitura actual, la clave estriba en la confusa amalgama que no permite distinguir la simple arte terapéutica o gimnástica de la predicación pseudorreligiosa. En la inauguración de una feria esotérica el pasado marzo en Madrid, se incluía una ceremonia de monjes budistas con cánticos sánscritos. En este salón de muestras hay talleres de masajes y venta de artículos, pero también consultas de tarot, santería cubana y sacerdotisas videntes.
Esta mezcolanza absorbe todos los campos de investigaciones difusas, como la “ufología” en su búsqueda de naves espaciales extraterrestres. En paralelo, proliferan actividades gnósticas y publicaciones abracadabrantes. Por un lado, destaca el caso de los raelianos. Por otro, un periodista como Juan José Benítez ha escrito más de una docena de libros sobre ovnis, además de una saga sobre Jesucristo, Caballo de Troya. Benítez sostiene que ha tenido acceso a la verdad sobre Jesús de Nazareth, gracias a una misión secreta de los Estados Unidos que consistía en un viaje a través del tiempo.
Algunos de los ejemplos citados mueven a risa. Pero conviene tener en cuenta que se trata de remedios con los que bastantes personas pretenden rellenar sus lagunas espirituales. Los conflictos, el estrés, el desamor y las catástrofes naturales no pueden ser exorcizadas por el relativismo. Por eso, desde una perspectiva postcristiana, el feng-shui y el yin-yang, o el Club de Bilderberg, resultan suficientes. En cualquier caso, estas tendencias reposan sobre una nueva forma de pensamiento mágico que, siempre, oculta la responsabilidad personal. Si falla la lógica, ¿por qué no probar suerte recitando un mantra?
Del estrés al nirvana
Precisamente, un reportaje de El País (28-05-2008) refleja el creciente recurso a las técnicas orientales (yoga, zen, meditación, taichi…) para combatir el estrés y la falta de armonía interior. De manera general, la mayoría de estos aspirantes a yogui acuden a “un supermercado espiritual en donde escogen supuestas salidas al estrés, la competitividad y la agresividad”, comenta una especialista en budismo. Pero pocos se involucran seriamente en los aspectos religiosos o filosóficos de estas disciplinas.
Una directiva que asistió a un “retiro de silencio” asegura que “fue una bomba”: “He mejorado mi relación con los demás, no me dejo llevar por las emociones en las reuniones y consigo una comunicación eficaz”. Sin embargo, pretende mantener todas las causas del estrés: “Me gusta el ritmo de vida que tengo y he de ganar mucho dinero”. Y quien dice “yoga”, dice “Camino de Santiago”.
En un mundo donde muchos no diferencian la peregrinación jacobea de la ascesis budista, Juan Pablo II y Benedicto XVI han estimado conveniente encontrar puntos de encuentro, pero también aclarar los conceptos y separar el grano de la paja.
Hace casi veinte años, la Congregación para la Doctrina de la Fe –dirigida entonces, 1989, por el cardenal Ratzinger– publicó un documento sobre la meditación cristiana, para distinguirla de las técnicas de meditación orientales que ya entonces se difundían (cfr. Aceprensa 186/89). Recordando la tradición cristina sobre la vida de oración, decía que para hallar la unión con Dios el cristiano no necesita ir a buscar fuera lo que tiene mucho más plenamente en casa.
A diferencia del yoga o la meditación trascendental, la oración del cristiano es ante todo –dice el documento– “un diálogo personal, íntimo y profundo, entre el hombre y Dios”. En la oración, la propia personalidad ni se diluye en una atmósfera impersonal de lo divino, ni lleva a buscarse a uno mismo. No persigue la emoción, ni es una fuga hacia sensaciones placenteras ni una terapia. Exige un acto de fe, y no el simple dominio de unas técnicas.
La expresión corporal, tan valorada en las técnicas orientales, puede ayudar al recogimiento del espíritu, pero también “puede degenerar en un culto al propio cuerpo y hacer que se identifiquen subrepticiamente todas sus sensaciones con experiencias espirituales”. La oración jalona un compromiso de vida abierto a los demás, con un crecimiento basado en el esfuerzo y, sobre todo, con la ayuda de la gracia y los sacramentos. En suma, la oración cristiana lleva a abrirse a Dios y a los demás, no a centrarse más en el propio yo. Sin duda, proporciona también paz y armonía interior –y además gratis–, pero como un efecto secundario, no por la búsqueda del propio bienestar psicológico.
Así que, antes de acudir al supermercado espiritual a la búsqueda de una marca oriental, valdría la pena que quien vive en un país de tradición cristiana conozca primero lo que constituye su propia herencia.
[Fuente: Info-RIES nº 104 (30/10/08). Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas].

CRISTIANISMO Y MASONERÍA

La masonería es una institución respetada y querida en los países de tradición democrática. Numerosos pastores, diáconos y creyentes evangélicos han ceñido el mandil masón, y no resulta difícil encontrar en muchos hogares de EEUU, Inglaterra, Canadá o Francia, una desgastada Biblia junto a símbolos masónicos Desgraciadamente, la masonería ha sido perseguida por la mayoría de las dictaduras, difamada por sectarios y objeto de escalofriantes calumnias.
Sin embargo, han pertenecido a la masonería personalidades como Wolfgang Amadeus Mozart, Henri Dunant (fundador de la Cruz Roja), Albert Schweitzer (pastor protestante, teólogo, músico, misionero y Premio Nobel de la Paz), Santiago Ramón y Cajal (Premio Nobel de Medicina), Franklin D. Roosevelt (Presidente de los Estados Unidos), Alexander Fleming (descubridor de la penicilina, Premio Nobel de Medicina), George Washington (Presidente de los EEUU)…
Por otra parte, sería injusto omitir a relevantes masones cristianos como J.E. Freeman (inolvidable obispo episcopal de Washington) G.C. Barber (Presidente de la Iglesia Metodista), Ballington Bootle (impulsor del Ejército de salvación), James A. Garfield (fundador de la Iglesia Cristiana de Cristo), A. Lorney Mackey (Presidente del Sínodo de la Iglesia Presbiteriana), W.C. Martin (Presidente del Consejo Mundial de Iglesias Cristianas), J. Harvey Murphy (Presidente de la Iglesia Cristiana Reformada), Norman Vincent Palé (Pastor de la Iglesia Reformada de Nueva York), S. Seabury (Primer obispo episcopal de América), Henry Tucker (Sacerdote, presidente del Consejo Federal de Iglesias Cristianas de América)…
Y la lista se volvería interminable con personalidades como G.K. Chesterton, Walt Disney, Antonio Machado, Blasco Ibáñez, Rudyard Kipling, Clara Campoamor, José de San Martín, etc.
Ninguno de los que arremeten contra la masonería serviría ni para quitarle la caspa a cualquiera de los mencionados o a otros miles de masones anónimos que contribuyeron a un mundo más justo y libre.
En ese sentido, hace unas semanas encontré en internet unos ataques furibundos contra la masonería. Los firmaba un tal Vicente Alejandro Guillamón. Conformaban una maraña de tópicos y argumentos prestados, mal expuestos y peor redactados. No dudé en escribirle retándolo a un debate público.
Por supuesto, rehusó alegando que “yo sólo he escrito unos cuantos artículos”. Todo esto puede comprobarse buscando en google su nombre junto al mío.
Dado que los que difaman a la masonería rehuyen cualquier debate sobre el tema, no me queda más obligación que dejar a la inteligencia y honradez del lector lo que implica ser masón.
Así, me parece oportuno transcribir el decálogo masónico. Fue hallado el 4 de junio de 1859 en los bolsillos de un soldado francés muerto en la batalla de Solferino. He sustituido la expresión Gran Arquitecto del Universo por Dios, el Señor o Cristo, al objeto de acercarnos más a la esencia de lo escrito y porque así se ha adaptado en muchas logias. Confío en el buen juicio de cada uno:

DECÁLOGO MASÓNICO
I. Reverencia al Señor, que es Dios: el verdadero culto a Cristo consiste en las buenas costumbres.II. Conserva siempre tu mente en estado de pureza para que puedas honorablemente ponerte delante de El Señor.
III. Escucha la voz de tu conciencia: no hagas mal; haz bien por amor al bien mismo.
IV. Ama al prójimo; sé el padre del pobre.
V. Honra al benemérito: sé compasivo con el débil, huye del malvado, no odies a nadie.
VI. Respeta a la mujer: jamás abuses de su debilidad, muere antes de deshonrarla.
VII. Evita las querellas: impide los insultos, siempre ten la razón de tu parte. Habla juiciosamente con los superiores, prudentemente con los iguales, dulcemente con los jóvenes, cariñoso con los desgraciados.VIII. Sé compasivo en todas partes y con todos. Piensa que no es tu condición la que te honra o degrada, sino la forma en que la ejerces: alégrate con lo justo, sé celoso contra la iniquidad, sufre sin quejarte.IX. Lee y aprovéchate: observa y copia; reflexiona y obra. Da importancia a la utilidad de los hermanos y así trabajarás para ti mismo.
X. No juzgues ligeramente las acciones de los hombres; no condenes de antemano, ese es asunto de Dios, que profundiza en los corazones para juzgar.
Añadiré que la materia prima de la masonería es la amistad y el apoyo mutuo. Así, fueron masones los fundadores de los Rotarios, los clubs de Leones, la Cruz Roja, los Boy Scout… organizaciones de carácter universal que exaltan la amistad, la ayuda mutua y las buenas obras.
Pero creo que la mejor manera de analizar el agua es acudir a la fuente donde, de primera mano y sin adulteraciones interesadas y perversas, pueda conocerse de verdad lo que la masonería es y representa.
De este modo, quien lo desee libremente puede buscar a través de google las siguientes siglas: GLE, GLSE, GODF, DH, CLIPSAS, GLFE, GLC, CIMAS (Confederación Interamericana de Masonería Simbólica), GOLA (Gran Oriente de Latinoamérica) y, en general, si añadimos la palabra “masonería” a nuestro país podremos obtener información de la fuente original, limpia de prejuicios y maledicencias.

MASONES Y PROTESTANTES

A principios del siglo XX, el 60% de los fieles evangélicos suramericanos eran masones (“Historia del protestantismo en América Latina”. Jean Pierre Bastian, Cupsa, México, 1990, pág. 138).
No obstante, el desconocimiento, el fanatismo o, simplemente, la prostitución intelectual pueden conducir a negar este hecho. Así, no faltan quienes autodenominándose cristianos apoyan bombardeos, injurias, calumnias, privatizaciones (es decir, saqueos) de servicios públicos y políticas económicas que arrasan, tarde o temprano, a la mayoría. Me refiero, como puede deducirse, a las posturas “neocon”, totalmente incompatibles con la pureza del Evangelio.
Estos “cristianos de salón” son los que se oponen más sañudamente a la masonería y racionalizan su conducta mediante proclamas de mojigatería sexual y frases floridas para consumo de mentes simples. Como sepulcros blanqueados, se cubrirán con una capa de pintura blanca, la moralina. Por dentro apestará la podredumbre. Cualquier mente libre y racional los “cala” desde lejos
Frente a estas posturas, me agradaría transcribir la declaración de principios adoptada por la Gran Logia de España en mayo de 1.931. Habrían de transcurrir casi 50 años para que en España se hablara de algo parecido…
Como principios generales proclama la Francmasonería la inviolabilidad del derecho humano en todas sus manifestaciones y por consiguiente:
El derecho a la vida y la seguridad de la misma. El derecho a la libre emisión y difusión del pensamiento. El derecho a la libre expresión de la conciencia y al libre ejercicio de los cultos.
La escuela única, neutra y obligatoria: enseñanzas superiores con cátedra libre, y tanto estas como la primaria, completamente gratuitas; enseñanza de un idioma universal hasta el segundo grado.
Trabajo obligatorio controlado por el Estado y repartido a medida de las fuerzas y aptitudes de cada uno, garantizando las necesidades del individuo tanto en su periodo activo como en su vejez.
La inviolabilidad del domicilio y la correspondencia.
La igualdad ante la ley
La justicia gratuita para todos los ciudadanos y en vigor el Jurado para toda clase de delitos.
La libertad de reunión, asociación y manifestación pacíficas.
El gobierno, genuina representación del pueblo, expresada en todos sus grados por medio del sufragio universal.
El matrimonio civil con ley del divorcio y legitimación de los hijos naturales.
Separación de Iglesia y Estado, abolición de la pena de muerte y de todas las perpetuas, estableciendo como jurisdicción única la civil para todos los delitos, régimen penitenciario sobre la base de la reeducación.
Servicio militar voluntario, limitada su actuación a la defensa del País en caso de agresión hasta que el espíritu pacifista entre todas las naciones lo haga innecesario.
Tan solo me resta invitar a cualquier lector para que me señale lo “anticristiano” de estos planteamientos, así como el fundamento bíblico en que base sus razonamientos. La Razón no es mala. De hecho, Dios nos diferenció en este punto de los animales. ¿Seremos capaces de usarla?
Gustavo Vidal Manzanares, España
[Publicados ambos en Lupa Protestante].

La Frase

Que estás en la tierra, Padre Nuestro,
que te siento en la púa del pino, en el torso azul del obrero,
en la niña que borda curvada la espalda mezclando el hilo en el dedo.
Padre nuestro que estás en la tierra en el surco, en el huerto,
en la mina, en el puerto, en el cine, en el vino, en la casa del médico.
Padre nuestro que estás en la tierra,
donde tienes tu gloria y tu infierno y tu limbo
que está en los cafés donde los pudientes beben su refresco.
Padre nuestro que estás en la escuela de gratis y en el verdulero,
y en el que pasa hambre y en el poeta, ¡nunca en el usurero!
Padre nuestro que estás en la tierra, en un banco del Prado leyendo,
eres ese Viejo que da migas de pan a los pájaros del paseo.
Padre nuestro que estás en la tierra, en el cigarro, en el beso,
en la espiga, en el pecho, en todos los que son buenos.
Padre que habitas en cualquier sitio.
Dios que penetras en cualquier hueco.
Tú que quitas la angustia, que estás en la tierra,
Padre nuestro que sé que te vemos los que luego te hemos de ver,
donde sea, o ahí en el cielo.

Gloria Fuertes (1918-1998). Décimo aniversario de su muerte. 27 noviembre 2008.

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